
“El poder de cada persona. Cada gesto cuenta”
El próximo día 14 de Junio es la Fiesta de Corpus Christi. A esta fiesta le llamamos también “Día de Caridad”, expresión para unos desconocida, para otros mal interpretada o devaluada y para algunos de un valor y una fuerza que cura y transforma muchas situaciones de la realidad de pobreza y exclusión social que padecen tantas personas. En el lenguaje secular se le llama Solidaridad que brota de la bondad y compasión humana inscrita en el corazón del hombre. En el caso de la Caridad arranca de una motivación que hunde sus raíces en el Evangelio. La acción es la misma, la motivación distinta, pero los beneficiarios también los mismos, los pobres y excluidos; y esto en definitiva es lo fundamental.
La crisis a la que nos ha sometido esta brutal pandemia del coronavirus ha puesto de manifiesto el valor de la Caridad Organizada a fin de poder afrontar eficazmente las situaciones de los diversos sectores de pobreza y exclusión a los que se ven sometidas las personas y que de otra manera sería imposible poder afrontar por falta de recursos humanos y económicos. En este empeño estamos ahora en la Diócesis: hacer más extensible la organización de la Caridad.
Lo que esta pandemia ha puesto de manifiesto es la capacidad de Cáritas, de otras instituciones y de tantas personas, para hacer efectivo el socorro afectivo y efectivo a los heridos y tirados en la cuneta por la sociedad del bienestar y el consumo y ahora por el coronavirus.
Cáritas Diocesana de Astorga, a través de sus diversos centros, parroquias o en colaboración con otras entidades sociales ha llevado y está llevando a cabo acciones que ayuden a paliar los efectos sangrantes de esta crisis económico sanitaria que ha afectado a tantas personas y familias. Se ha puesto de manifiesto más fehacientemente “el poder que cada persona” tenemos y que desgranado en “pequeños gestos” ha sido capaz de afrontar situaciones de menesterosidad que de otra manera hubiera sido imposible hacerlo.
Así, en nuestro caso, hemos contado con la imprescindible fuerza de nuestros voluntarios, socios, trabajadores y colaboradores, la reserva de nuestros almacenes de alimentos, los recursos económicos propios de cada Cáritas o parroquia y el aporte de otros recursos venidos para el caso.
Hemos recibido de la Diócesis 100.000 € y 96.000€ de la asignación que la Conferencia Episcopal Española le ha concedido a Cáritas Diocesana de Astorga. Todo esto, más los donativos que van llegando fruto de la importancia y el valor de cada gesto, por pequeño que sea, han hecho posible esta realidad:
HAN SIDO AYUDADAS A AFRONTAR LA SITUACIÓN DE PENURIA EN LAS ZONAS DIOCESANAS DE ZAMORA, ASTORGA-LA BAÑEZA, EL BIERZO Y GALICIA 772 FAMILIAS, QUE SON 1544 PERSONAS.
Si bien esta situación pasa fundamentalmente por soluciones políticas y económicas sí hacemos una llamada a la Caridad de los creyentes y a la solidaridad de las personas de buena voluntad con nuestra Institución a fin de poder seguir paliando los efectos devastadores para tantas personas de esta crisis sanitaria y económica. Pueden hacer sus donativos llamando al teléfono 987.616.796 o ingresandolos en el número de cuenta ES87 2103 4205 6800 3200 1368 (UNICAJA BANCO).Vaya por delante nuestro agradecimiento a quienes han escuchado el grito de los pobres y han contribuido con su “pequeño gesto” a hacer una acción grande.
La Junta Gestora de Cáritas Diocesana de Astorga.
DÍA DE CARIDAD 2020
Este año, la celebración del Día de Caridad va a ser un poco especial, rara, me atrevería a decir. Tendremos que celebrarlo dentro de las normas que nos marca la pandemia que estamos viviendo, de las circunstancias que atravesamos. Durante todo este tiempo hemos tenido momentos de cuestionarnos, pensar, descubrir lo frágiles que somos, aunque nos creamos superhéroes. Un bichito al que ni siquiera vemos, nos ha paralizado, ha cambiado nuestra forma de vivir, nos ha encerrado a cada uno en nuestra casa, en nosotros mismos, y quizá… la incertidumbre, el miedo nos pueden.
Pero tanto dolor, inseguridad… nos ha hecho mirar a nuestro alrededor y descubrir que cada uno necesitamos del otro y que el otro necesita de nosotros. A veces, casi sin darnos cuenta, han ido saliendo de nosotros capacidades, posibilidades que tenemos y que no habíamos descubierto.
Desde Cáritas Diocesana hemos vivido esta situación con dolor y esperanza. Han aumentado las necesidades, se han multiplicado las situaciones difíciles, pero, también, hemos vivido la disponibilidad, el entusiasmo, la entrega de las personas que trabajan en las Cáritas parroquiales e interparroquiales, en los distintos centros de Cáritas, para intentar paliarlas con lo poco o mucho que tenían. Cada uno ha aportado lo mejor de sí mismo para hacerlo realidad.
Y así, fruto de esta entrega y disponibilidad, ha sido posible mantener el reparto de alimentos en todas las Cáritas, coordinándose con Protección civil, Servicios Sociales de los distintos Ayuntamientos y otras Instituciones para que a nadie le falte algo tan básico como es la comida.
Se ha mantenido la acogida y atención inicial, con restricciones; en muchos momentos de forma telefónica, acompañando a personas y familias que sufren situaciones difíciles y de soledad.
Desde el programa de Empleo se ha hecho un esfuerzo de intermediación laboral para seguir ayudando a parados, inmigrantes y refugiados, a las personas extranjeras en el arreglo de papeles y clases de español.
Amanecer, programa de ayuda a la mujer víctima de distintas formas de explotación y semi esclavitud, se ha visto incrementado durante este tiempo de pandemia, ya que muchas mujeres han quedado en la calle, sin techo donde cobijarse. Aunque hay actividades específicas del programa que están suspendidas hay otras que se han puesto en marcha intentando salir al paso de las nuevas dificultades que van surgiendo.
Es verdad que la Casita de San José ha tenido que cerrar por falta de condiciones sanitarias seguras para funcionar, pero su responsable ha seguido colaborando en todo aquello que ha sido necesario y ya se pone de nuevo en marcha.
El Centro Social las Cinco Llagas y Hogar 70 han seguido funcionando con normalidad, eso sí, extremando las medidas de seguridad fuertemente de modo que hasta ahora no han tenido ningún contagio.
Desde Cooperación internacional se ha seguido apoyando, en colaboración con Manos Unidas, proyectos educativos y sanitarios que mejoran la calidad de vida y reducen la mortalidad infantil
Personas voluntarias, anónimas, se han preocupado de acompañar a personas solas necesitadas, en muchos casos, de una palabra, una compra, …
Con las limitaciones que la situación nos ha ido imponiendo se ha podido seguir atendiendo, con la entrega y disponibilidad de voluntarios y trabajadores, las necesidades que se han ido presentando, que no fueron pocas y que van en aumento. Se ha podido seguir haciendo presente la fraternidad y el amor que como comunidad cristiana nos confió Jesús en la última Cena.
Como dice el lema de este año, CADA GESTO CUENTA. Las personas tenemos un increíble poder dentro de nosotros, porque cuando alguien da lo mejor de sí mismo todo es posible. Tenemos el poder de hacer el mundo mejor con nuestra palabra, con nuestra presencia, con nuestra aportación…
En Cáritas necesitamos de tu ayuda, de la ayuda de todos, para poder seguir haciendo realidad de forma afectiva y efectiva el servicio de la caridad allí donde es necesario, para seguir siendo testigos de una caridad activa.
Tu presencia, tu palabra, tu contribución siempre son bienvenidas, ¡solos no podemos! Agradecemos desde aquí la aportación sistemática de muchos de vosotros; a todos los que durante estos días de pandemia os habéis hecho presentes con vuestra ayuda, a todos los que de una manera o de otra, vais haciendo posible que la Iglesia siga presente en medio de los más necesitados, siga descubriendo en el que tenemos al lado el rostro de Cristo, siga recordando “lo que hicisteis a uno de estos más pequeños a mí me lo hicisteis”.
Tú gesto sumado al mío, al del otro, al de los otros ya no es un gesto, se convierte en algo mucho más grande … porque si una sola persona es capaz de hacer tanto, ¿te imaginas lo que podemos conseguir juntos?
¡Hagámoslo posible!
Gracias por todo. Hasta pronto
Un abrazo fraterno
Mª Inmaculada del Peso
DIA DE CARIDAD 2020
“SENTADO A LA MESA CON ELLOS (Le 24,18)”
Este año el Día de C a r id a d 2 0 2 0 , que se celebra siempre coincidiendo con la solemnidad de clara referencia eucarística de Corpus Chrísti, ha de centrarse necesariamente en la urgente llamada a paliar los efectos de la situación de emergencia ocasionada por la crisis de la pandemia global del coronavirus c o v id – 1 9 . Las consecuencias están siendo, -y seguirán golpeando de forma muy dura en un futuro próximo- muy lacerantes para muchas familias, además de mortíferas para tantas y tantas personas. Esta realidad tan dañina que vivimos con mucha incertidumbre ha hecho aflorar, sin embargo, los mejores sentimientos humanos que parecían estar adormecidos en mucha gente a causa de un conformismo social que se mostraba plácido y despreocupado de todo y de todos, sumergido en la aspiración egoísta del propio bienestar y un consumismo despersonalizador. Así, han surgido en muchos lados «pequeños gestos” y acciones que humanizan un poco la situación de los más afectados, saliendo al paso, sobre todo, de las realidades más urgentes y sangrantes. Todo ello es expresión de la caridad auténtica que cada persona lleva en su corazón, aunque no se sepa o se quiera darle ese nombre. Y en ella está siendo especialmente protagonista la Iglesia.
La Subcomisión Episcopal de Acción Caritativa y Social de la CEE en su Mensaje con motivo de la festividad del Corpus Chrísti, Día de la Caridad, que en este año 2020 se celebra bajo el título S e n t a d o a la m e s a con e l l o s (Lc 24, 18), afirman -y nosotros con ellos- que «quienes se preguntan dónde está la Iglesia en estos momentos, pueden dirigir su pregunta a los pobres, a los enfermos, a los discapacitados, a los que están solos, a los ancianos abandonados, a los que buscan sentido en medio de la oscuridad, a los que han
perdido un familiar querido, a tantos que buscan a alguien que les escuche… Ellos han encontrado el rostro de la Iglesia en la acogida de los miembros de Cáritas y de tantas otras entidades de Iglesia…, en tantos hombres y mujeres creyentes, que también son la Iglesia, y que se gastan y desgastan por edificar un mundo más justo, más fraterno, más humano y más abierto a Dios… La Iglesia, con la ayuda del Señor, seguirá realizando este servicio diariamente, con humildad, sin pretender ocupar las primeras páginas de los periódicos».
En este sentido, Cáritas Diocesana de Astorga, a través de los diversos centros que coordina y gestiona, siempre ha estado ahí, no ha cerrado; de manera silenciosa, pero real, ha acompañado, acogido y sostenido a quienes ha podido, y en algunos casos ha vivido con temor y temblor, pero con valentía, la situación de las personas residentes en sus centros, el Hospital «Las Cinco Llagas” y en la Residencia de Ancianos «Hogar 70».
Para ellos, quizás, no haya habido aplausos, aunque sí la cercanía de algunos y la siempre suficiente gracia de Dios que acompaña. A todos los voluntarios, trabajadores y colaboradores en Cáritas, gracias en nombre de todas las personas que han encontrado su puerta abierta.
Por otra parte, toda esta situación que vivimos vuelve a poner de manifiesto lo imprescindible que resulta el que la comunidad cristiana tenga organizado el servicio de la Caridad. ¿Cómo se habría podido y se podrá seguir llevando a cabo con efectividad el servicio la caridad si no tenemos una estructura eficaz que lo haga posible? La crisis de la pandemia del coronavirus ha sido un despertador eclesial y social que nos ha urgido a poner en práctica y avivar el objetivo que al principio del curso pastoral nos marcábamos desde Cáritas Diocesana: constituir o reorganizar las Cáritas Arciprestales, y que éstas sean las que, aprovechando su mayor cercanía a la gente, animen, promuevan, y alienten el servicio de la caridad en la realidad propia de las respectivas zonas donde están. Esto ayudará a que la acción caritativa y social que se lleva a cabo en nuestras comunidades cristianas se haga mucho más cercana, sea más eficaz en la concreción de su propuesta evangélica de opción preferencial por los pobres y su gestión sea más transparente.
El poder de actuación que cada miembro de la comunidad cristiana posee tal vez no sea mucho, pero es el suficiente para empujar, animar e ir desgranando la acción solidaria que brota de un corazón fraterno. Cada pequeño gesto cuenta para conseguir la transformación de la realidad e ir haciendo que ésta se vaya configurando según el proyecto de Dios: un mundo de hijos y hermanos.
En el Día de Caridad, ligado en clave cristiana muy íntimamente al impulso fraterno del sacramento de la Eucaristía, es en estos momentos más que nunca un llamamiento a promover en toda su expresión la ayuda fraterna como signo vivo de la caridad que brota de cada corazón. Significa también un toque a nuestra conciencia para compartir nuestros bienes, a fin de que se pueda ir llevando a cabo el servicio a los
últimos, a aquellos a los que nadie llega porque no se consideran «rentables” o se ven directamente como «una carga» para la sociedad.
Que la paz renovadora de Cristo Resucitado inunde nuestros corazones y los mueva a la acción para transformar este mundo desde el amor de Dios.
Un saludo fraterno en el Señor.
José Luis Castro Pérez
Administrador Diocesano de Astorga – Sede Vacante