Señoras, Señores.
Buenas tardes y muchas gracias por acompañarnos en este día tan especial para nosotros. Significa mucho contar con vuestra presencia.

Autoridades civiles, militares, judiciales… mandos, policías, familiares…, muchas gracias a todos.
Hace poco menos de un año, 10 policías llegaban a la Comisaria de Zamora para cumplir con su periodo de prácticas. Entonces, no tengo duda alguna, ni siquiera podrían imaginar lo intenso, complicado y difícil de este periodo que han tenido que vivir.

Hoy, 10 meses después, tengo el honor de daros las gracias por los servicios prestados en este periodo y el privilegio de desearos la mejor de las suertes en esta nueva etapa profesional que hoy emprendéis.

Llegáis a la meta de una carrera que comenzó cuando tomasteis la decisión de formar parte activa del Cuerpo Nacional de Policía. Y subrayo el concepto de parte activa, porque entre las muchas cosas que me ha enseñado esta crisis sanitaria de infinitas dimensiones que estamos afrontando, es que cada ciudadano lleva un policía dentro. Y gracias a ello, a la colaboración ciudadana, hemos podido prevenir y resolver muchos asuntos graves en nuestra provincia.

Decía que esta ha sido una carrera larga. Primero la decisión de opositar a una de las instituciones mejor valoradas de nuestro país.

La Policía Nacional ha sido capaz de acercarse a los ciudadanos siendo garantes de proximidad y eficacia. Acercamiento que también han sentido nuestros jóvenes, que ven cada día como la estrategia de comunicación en redes sociales les permite interactuar y estar plenamente informados. Esos mismos jóvenes que, por miles y cada vez más formados, pretenden incorporarse a la plantilla del Cuerpo Nacional de Policía cada año, en las pruebas de selección que para ello se convocan. No hay mejor termómetro que este para medir la salud de una institución: seguid recibiendo savia nueva y seguid formándolos en unos valores tan antiguos como fundamentales.

Vosotros, que hoy estáis en el estrado, derrochasteis esfuerzo en la preparación y superación de las pruebas de acceso; afrontasteis con solvencia los ejercicios teóricos y prácticos en la Escuela Nacional de Policía de Ávila. Distéis, en resumen, un gran paso para terminar el periodo de formación. Esa, podríamos decir, es la primera etapa, la primera fase del servidor público. La del aprendizaje.

La segunda fase es la que hoy dais por concluida aquí en Zamora. La del periodo de prácticas. Una fase fundamental que os ha enfrentado estos meses a la auténtica problemática del puesto de trabajo; que os ha dejado entrever los riesgos a los que os enfrentaréis en el futuro, que son muchos, y las alegrías y satisfacciones, que también vendrán; el compañerismo, la vocación de servicio público, la entrega, el valor… Y tantos otros principios fundamentales que cada día observo en todos los trabajadores de esta casa, con el hasta hace unos días comisario jefe, Ubaldo de la Torre, al frente, y ahora, de forma accidental, comandados por el inspector jefe, Guillermo Vara.

Pero como os decía, todo esto es solo el principio, la parte iniciática de una trayectoria profesional que dará comienzo ahora, cuando toméis posesión de vuestros cargos y ocupéis vuestro destino. Y es ahora cuando tendréis que ser firmes en vuestras convicciones y cuando tendréis que demostrar que vuestro código deontológico es más fuerte que todas las tentaciones a las que os enfrentaréis. Estoy seguro de que os espera una brillante carrera profesional y un futuro lleno de éxito y esperanza. Seguid formándoos, seguid creciendo, cultivad vuestras inquietudes, sed inconformistas… No dejéis de intentar, en definitiva, que el Cuerpo Nacional de Policía sea mejor cada día.

No quisiera terminar esta intervención sin unas palabras de agradecimiento y admiración para aquellos que más sufren, y sufrirán en el futuro, vuestra perenne dedicación: vuestras familias. Vuestros seres queridos, que hoy se sientan en el patio de butacas, sonrientes y orgullosos, pasarán muchas horas añorando vuestra presencia, deseando veros entrar por la puerta, sanos y salvos. Quiero que sepáis que estamos plenamente orgullosos de estos hombres y mujeres que hoy se convierten en miembros de pleno derecho del Cuerpo Nacional de Policía.

Termino ya.
He tenido el privilegio de trabajar un año entero a vuestro lado; de comprobar cómo habéis aprendido de vuestros mandos, pero también de cómo enriquecéis con vuestra fuerza y juventud nuestra Comisaria Provincial; un año entero, en definitiva, de duro e intenso trabajo y aprendizaje para todos, también para mí.

Sigamos haciendo de nuestra ciudad, una de las más seguras de España. Sigamos consiguiendo que la ciudadanía vea en el Cuerpo Nacional de Policía un compañero de viaje. Y no dejemos de hacerlo juntos.

Policías de la trigésimo cuarta promoción de ingreso en la escala básica de Policía Nacional:
Recibid mi más sincera enhorabuena y bienvenidos al Cuerpo Nacional de Policía.

Ahora, exclamemos juntos:
Viva España!
Viva el Rey!
Viva la Policía Nacional!

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