La Asociación Cultural Sierra de Sesnández, dentro de su programa de la semana cultural, inauguró ayer tarde su parque con el nombre de Leticia Rosino Andrés.

El acto tuvo lugar ayer tarde en el mismo parque, donde se reunieron todos los vecinos de Sesnández para asistir a la inauguración oficial del parque con el nombre de LETICIA ROSINO ANDRÉS.

La Asociación Cultural Sierra de Sesnández un grupo de jóvenes, en el año 2019, había decidido inmortalizar el nombre de Leti, dándole a su parque el nombre de Leticia Rosino Andrés. Tramitaron esta propuesta ante el Ayuntamiento, que fue aprobada en pleno. Sin embargo, la pandemia del Covid-19 que paralizó la vida en España durante dos años, también en Sesnández ralentizó, he hizo posponer este evento hasta ayer tarde, que por fin, podía reunir a todos los vecinos y muchos allegados en el parque para llevar a cabo la nominación de su parque como “Parque Leticia Rosino Andrés”, en memoria de Leti.

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Fue un acto entrañable y lleno de cariño, donde Antonino abría el acto con unas palabras de recuerdo a Leti, que en más de un momento de la alocución, consiguió que los asistentes sintieran la presencia de Leti y su espíritu inundara el ambiente de alegría contenida, cunado Antonino decía “Que todo el mundo lo sepa: me llamo Alegría. Eso significa el nombre Leticia”.

Inauguración del parque Leticia Rosino

Antonino Rodríguez Fínez.

Muy buenas tardes a todos los presentes. A los y, especialmente, a las presentes, no por esta moda explicitar los dos géneros al hablar, sino porque las protagonistas de este acto son dos mujeres: Leticia y su madre Inmaculada. Por supuesto, no nos olvidamos de su padre Antonio, que también es uno de los nuestros, de David y, también, de toda su familia.

La tarde del 3 de mayo de 2018, un execrable acontecimiento nos conmovía a todos. La sinrazón se cebó sobre una persona que todos conocíamos y cuya humanidad era el soporte de un futuro esperanzador. Hablar de conmoción es insuficiente para expresar el sentir de todos los que conocíamos a Leticia. Aún recuerdo el rostro pálido de Mario cuando le dimos la noticia. Curiosamente, y sin proponérselo, se habían encontrado en Copenhague. Ella había ido a ver a una amiga y Mario estaba de Erasmus allí.

Tuve la oportunidad de hablar con ella en diversas ocasiones. La última vez se había comprometido a escribir un artículo para la revista sobre el trigo. Desgraciadamente no tuvo tiempo.

Hago memoria del documento que escribí con motivo de su fallecimiento. Me atreví a poner en su boca el relato titulado alegría. Parte de este relato dice lo siguiente: «Lo decidieron mis padres. Y… ¡Acertaron! Que todo el mundo lo sepa: me llamo Alegría. Eso significa el nombre Leticia. Sí, yo me llamo alegría. Ya mi abuela Obdulia decía que era una rapaza alegre. Desde pequeña me sedujo la alegría. Con música alegre y con el baile de paloteo lo expresaba. Las raíces sesnandino-tabaresas fortalecieron mis aires joviales. Experimentaba la alegría como un gran don y como la gran tarea a desarrollar con intensidad».

Cuando llegué a mi juventud lamentaba que algunos adultos perdieran la imaginación de los niños. Muchas veces, cuando hablaban de problemas, ignoraban que no son más que llaves que hay que utilizar para abrir y ensanchar el horizonte de la vida.

Mi estilo era un tanto quijotesco. Algunos amigos me definen como cultivadora de sueños. De convicciones profundas. Luchadora. Abarcaba todo lo relacionado con la especialidad agroalimentaria. Zamora y su futuro formaban parte de mis preocupaciones. De todo aprendía, con todo ampliaba mi formación. La cultura y el progreso habitaban en mi mente.

En el número de El Cañico correspondiente al verano de 2007, Leticia se convertía en portavoz de toda la familia y especialmente de su tío Antonino, para agradecer la preocupación, el cariño y las atenciones mostradas por todo el pueblo de Sesnández, y también otras muchas personas, ante el recordado hoy con humor accidente de las cancillas. Simplemente, recojo unas líneas de su manifiesto: «tanto yo como toda mi familia queremos dar las gracias a aquellos que día a día habéis estado con nosotros, `pendiente de un informe médico, a los que habéis pasado tantas horas en esas salas tan frías acompañándonos y haciendo que la situación fuese más llevadera, y a los que no podías estar personalmente, pero vía telefónica nos dabais esperanza.
Estamos muy agradecidos y orgullosos de pertenecer a un pueblo cuya gente… En ocasiones como la que hemos vivido te anima y te apoya».

Como la semilla de trigo que tantas veces vi germinar en los campos de Tábara y de Sesnández, quiero convertirme en alimento de esperanza para mi familia, amigos y desconocidos.

No aceptéis la ceguera del odio y la nostalgia. Poco más de 30 años me han servido para descubrir los verdaderos afanes de la vida. En la esbelta torre de nuestro templo me hubiera gustado esculpir este inmemorial principio: solo el amor desbarata la sinrazón”.

Os dejo recitando este poema de José Hierro: “llegué por el dolor a la alegría. Supe por el dolor que el alma existe. Por el dolor, allá en mi reino triste, un misterioso sol amanecía”.

Y ya solo nos quedaría decir: Lety, tu sonrisa es nuestra fuerza y Leticia, nunca te olvidaremos.

A continuación, las amigas de Leti quisieron también aportar su granito de arena al acto con unas palabras cariñosas de recuerdo y unas poesías:

Buenas tardes, hoy nos encontramos reunidos para poder homenajear a nuestra querida Leticia.

Llega un poco tarde por los años de pandemia, pero mucha de la juventud de este pueblo y gracias a la Asociación no queríamos que quedases en el olvido. Como todos ya sabéis un 3  de mayo de hace cuatro años, LETY como la llamaban sus amigos, salió a pasear y no volvió. Porque alguien decidió tener derecho a hacer que ese fuese su último día entre nosotros.

También queremos recordar a aquellas otras víctimas y sus familias para que esos actos y ese dolor no queden en el olvido y debemos luchar para que matar o abusar no les salga “tan barato”, Leticia, como muchas de nosotras, tiene aquí sus raíces y parte de su familia. Queremos así arropar y hacer saber que Sesnández ni olvida ni perdona que tiene nuestro apoyo y cariño.

Nuestras familias nos han enseñado a querer a Sesnández con todo lo que ello conlleva, a preocuparnos de los nuestros, a hacer nuestras sus alegrías y tristezas, a estar unidos y aportar nuestro granito por pequeño que sea.

Leticia era así, además de una persona entusiasta y luchadora, por lo que queremos que su huella permanezca en este pueblo al que también pertenece. 

El Romance que, en su día, Ángel Ferrero escribiera para Leticia, también los organizadores quisieron que estuviera presente:

ROMANCE PARA LETICIA

Cómo llora el río Esla

allá por Castrogonzalo,

entre cipreses de ensueño

y sauces de verde llanto.

La juventud abatida

al cielo envía un reclamo

que sobre urdimbre de urgencias

pone trama de desmayos.

Ángeles bajan del cielo

por si pueden hacer algo.

En las plumas de sus alas

traen los divinos bálsamos.

El alma cogen en vilo

para llevarla a lo alto

como un ramo de azucenas

robadas al mes de mayo.

En Tábara las campanas

no dan sonidos, dan llanto

que se trenzan por el aire

con los de Castrogonzalo.

El mismo León Felipe

lanza un suspiro, y su llanto

se pierde por las estrellas

en esta noche de mayo.

Cómo lloran los cipreses

de todos los camposantos

y cómo lloran los sauces

de los ríos zamoranos.

Por el borde sinuoso

de las orillas del llanto

los ángeles de la guarda

andan con pañuelos blancos.

Ay mi Leticia Rosino,

rosa de pétalos blancos,

ante la Virgen del Carmen

das comienzo al mes de mayo

con baile de paloteo

que a ella le gusta tanto.

Ay mi Leticia Rosino,

rosa de rosal humano,

que en las ramas abatidas

espinas nos has dejado.

Pero en las ramas ya vemos

tu recuerdo rebrotando

con hojas de siemprevivas

y perfumes de pasado.

Duerme en paz, cara Leticia,

envía desde lo alto

consuelos de hierbabuena

para los que te aman tanto.

Y mientras el río Esla

va desgranando su llanto

nosotros, joven Leticia,

estamos por ti rezando.

Colmenar Viejo, 7 de mayo de 2018
Ángel Ferrero

Los organizadores quisieron además resaltar en este acto el valor y coraje de la madre de Leti, Inmaculada Andrés Pascual, a la que le hicieron entrega de un diploma que resumía el cariño de todo un pueblo.

Inmaculada tuvo unas palabras de agradecimiento a los organizadores, al Ayuntamiento y a todos los presentes al acto:

Buenas tardes,

Gracias a la Asociación Cultural Sierra de Sesnández, al ayuntamiento y a todos vosotros por este acto en memoria de mi hija Leticia.

Es de agradecer y muy emotivo, que un parque lleve su nombre, pero a la vez muy doloroso pensar que cada vez que alguien lea su nombre, la recuerde como esa chica brutalmente asesinada.

Sesnández era su segundo pueblo, desde que era pequeñita, era visita obligada venir todos los domingos a ver a la familia.

Disfrutaba, con una lata, ir a quitar los huevos de las gallinas, ver a su abuela, ordeñar las vacas, etc., etc. aprendía todas esas tareas propias de una casa de campo.

Era inquieta, observadora, siempre estaba dispuesta a aprender todo lo relacionado con el pueblo, sus tradiciones, su folklore, de hecho desde muy pequeñita aprendió a bailar la jota con su abuela Obdulia y su tía Carmen, que le cantaban canciones populares que a ella tanto le gustaban.

Esta zona, que ahora es un parque, era una de las rutas de paseo; ¡cuántas moras cogimos en estos zarzales!.

Creo que de alguna manera hoy, ella está aquí, con nosotros revoloteando de contenta y agradeciendo que le dediquéis un parque con su nombre.

Por otra parte, gracias por este diploma, yo creo que no lo merezco, porque no estoy haciendo nada fuera de lo normal, sino tirar para adelante y luchar por las injusticias que, en mi caso, me ha tocado vivir, creo, que cualquier padre o madre aquí presentes haría como yo, todo lo posible y lo imposible para proteger a sus hijos, porque es lo más valioso que tenemos en esta vida, sencillamente, queremos lo mejor para ellos.

Estamos en una sociedad, donde se están perdiendo los valores, no hay humanidad, no hay respeto, nos dejamos llevar por nuestro egoísmo, y no nos importa causar daño o sufrimiento a los demás, una vida no tiene recambio, no se puede comprar, y no podemos quitarla a nuestro antojo.

Las lágrimas son saladas, amargas, cuando son lágrimas derramadas por ojos que sufren, a mí, la vida me ha golpeado duro, muy duro; pero intentaré seguir para adelante, nunca me he sentido rendida, y es que yo soy fuerte, tengo el alma muy valiente, aunque tenga el corazón hecho trizas.

A mí siempre, siempre me veréis, con mi mejor sonrisa

Para finalizar, el coro del pueblo entonó el himno a la alegría, cerrando así el acto con esa alegría contenida de todos los asistentes que terminaron uniéndose al coro y cantando todos al unísono “Canta, vive cantando….”

Galería de fotos – SAF

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