• El excesivo tráfico de camiones pesados que transportan los pinos quemados por el incendio por todo el centro de la población, están deteriorando la única carretera, única vía de comunicación con el exterior. Aparte del daño para salud de los vecinos que tienen que respirar las ennegrecidas partículas de los troncos quemados que van dejando a su paso.

Conseguir en un pequeño pueblo como Ferreras de Abajo, que más de 100 personas (más del 80% de la población), plasmen su firma en un documento, reclamando una situación que para todos los firmantes resulta incomprensible, delata un problema que, como casi siempre, quienes lo han provocado no se muestran dispuestos a solucionarlo.

Únicamente en aquel escrito, se pedía que se cumpliera lo que está establecido. Que, en el acceso al pueblo de Ferreras de abajo desde la nacional 631, los vehículos de gran tonelaje se ajustaran a las limitaciones que en su día se pusieron, las cuales seguramente estarán avaladas por informes técnicos, limitando la velocidad y el peso de los vehículos que transitan por esta carretera.

Es de suponer, que cuando se establecieron estas limitaciones, los técnicos tuvieron en cuenta el estado del firme, la anchura de la vía, las canalizaciones que se encuentran bajo el pavimento, y otra serie de situaciones, que aconsejaban establecer estas medidas para evitar la degradación de esta vía.

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Los vecinos que firmaron esta petición, pedían únicamente que los vehículos que triplicaban la limitación existente, circularan por vías alternativas, evitando tener que cruzar el pueblo, porque estaban degradando la única vía que comunica a Ferreras de Abajo con el exterior.

Como única respuesta, hemos escuchado a representantes institucionales diciendo que, si se degrada esta vía, se subsanará por quienes tienen la competencia sobre ella.

También es de suponer, que cuando se ha autorizado el tránsito de estos vehículos, habrá informes técnicos que lo avalen, cosa que los vecinos desconocen.

Pero además de la situación en la que está quedando la carretera y el riesgo que representan estos vehículos para las canalizaciones de los servicios públicos que el pueblo necesita, hay otra situación preocupante que seguramente no se ha tenido en cuenta, o por lo menos al pueblo no se le ha informado de ello.

Cada día que pasa, los socavones se van haciendo más grandes y en su desplazamiento, los vehículos que transportan la madera quemada, están dejando el entorno por el que circulan, ennegrecido por los restos que este transporte está depositando en la arteria principal de este pueblo.

Son visibles a simple vista, los cercos de ceniza que se van acumulando en esta arteria y suponemos que las partículas invisibles que se mezclan con el aire, además de buscar su acomodo en esta arteria, también acabarán en los pulmones de los vecinos cuando son inhaladas en su respiración.

Suponemos, que por parte de nuestros representantes, que son los que tienen competencias en nuestra salud, habrán tenido en cuenta esta situación y dispondrán también de informes medioambientales y médicos, que garanticen que estas partículas de ceniza, no representan un riesgo para la salud de los vecinos.

Aunque resulta mucho imaginar, porque también imaginamos y creíamos en su momento, que nos encontrábamos suficientemente protegidos para evitar que el pueblo fuera devastado por las llamas y ya vimos lo que ocurrió recientemente.

Sí, en el momento que ocurrieron los incendios, la responsabilidad aconsejó evacuar a la población, no comprendemos como los efectos que acabaron desolando nuestro pueblo, circulan libremente por él, vertiendo los restos del incendio en esta población sin tomar medidas que garanticen la salud de los vecinos.

La carretera puede ser de quiénes tienen la competencia sobre ella e irresponsablemente pueden actuar como les parezca, y si se degrada, siempre se puede echar mano de los recursos públicos, para solucionar el problema que se ocasione, pero el pueblo, es nuestro y nuestra salud nos pertenece a nosotros, por eso, consideramos que se debe tener en cuenta nuestra petición de desviar los vehículos por rutas alternativas, para evitar que perjudiquen nuestro pueblo y a nuestra salud, porque estos, nos pertenecen a los vecinos que estamos padeciendo esta situación.

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