• Las fiestas de Tábara 2024 han tenido un comienzo emotivo con la designación de Carlos Fresno Gago como Socio Honorífico de la Asociación de Peñas Tabaresas (APT), un reconocimiento a su incansable labor en la conservación de las tradiciones de la Villa de Tábara y su constante colaboración con la APT a lo largo de los años. Con motivo de este honor, Carlos fue el encargado de dar el pregón de las fiestas, un discurso cargado de nostalgia, gratitud y reivindicaciones.

Desde lo alto del escenario, Carlos Fresno Gago no solo expresó su emoción al ver a tantos rostros conocidos, sino también la responsabilidad que sentía al dirigirse a sus paisanos. Con humor, comentó que su primer pensamiento fue redactar su discurso con inteligencia artificial, pero rápidamente se dio cuenta de que los recuerdos y anécdotas que él guarda no pueden ser procesados por ninguna máquina, pues pertenecen al corazón y a la memoria colectiva de su generación.

En su discurso, Carlos agradeció a la Directiva de la APT por haber pensado en él para recibir este galardón, aunque modestamente se preguntó si era realmente merecedor del mismo. Recordó con cariño los inicios de su peña, Cosa Nostra, la cual ha ayudado a crecer y mantener durante más de 40 años. También rememoró las primeras fiestas de Tábara que vivió de niño, con anécdotas entrañables que reflejan la esencia de aquellas celebraciones, donde la comunidad y las tradiciones eran el eje central.

Carlos hizo un repaso por la historia de las peñas en Tábara, mencionando a aquellas que marcaron época, como Los Catufos, Los Hijos del Agobio, o La Taurina Olivia, hasta llegar a la formación de peñas más recientes. Con tono reivindicativo, recordó la importancia de mantener vivas las tradiciones, como la Danza de Paloteo y la necesidad de recuperar los Gigantes y Cabezudos, llamando a la colaboración de todos para llevar a cabo estos proyectos.

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También pidió a las nuevas generaciones que retomaran el uso del «farandal» como vestimenta distintiva de las peñas, subrayando la importancia de mantener las señas de identidad que diferencian las fiestas de Tábara de otras celebraciones.

El pregón no estuvo exento de críticas constructivas y un llamamiento a la acción. Carlos Fresno Gago instó a los tabareses a luchar por su tierra, que no está vaciada, sino olvidada y abandonada. Reivindicó una sanidad digna, servicios completos, y mejores infraestructuras para que aquellos que desean regresar a su pueblo puedan hacerlo con calidad de vida. «No somos ciudadanos de segunda», afirmó, insistiendo en que Tábara tiene mucho potencial y talento, y que es necesario unirse para crecer como sociedad.

Al final de su discurso, Carlos enfatizó la importancia de ceder el testigo a las próximas generaciones, enseñándoles el valor del esfuerzo colectivo y la colaboración para que las fiestas sigan siendo un éxito. Cerró con un fuerte aplauso para todas las peñas que integran la APT, reafirmando el lema de la asociación: «SOMOS COLORES QUE SUMAN».

Tras el emotivo pregón, se le hizo entrega de la placa como socio de honor. Recordemos los inicios de Carlos Fresno Gago en la  Peña Cosa Nostra, a los 17 años, cuando era el benjamín del grupo. Con el tiempo, la peña ha evolucionado, pasando de la bodega de la señora Enriqueta en la calle Otero a un local reformado en la misma calle, donde hoy en día siguen reuniéndose. Cosa Nostra, fundada en 1983, celebra este año su 42º aniversario y es una de las peñas más veteranas de Tábara, con 14 integrantes actuales, aunque este año solo serán 13 en las fiestas.

Carlos recordó los logros de la peña, como la organización de eventos y su contribución a la vida festiva de Tábara, destacando su papel en la APT y su disposición para tomar decisiones importantes. Cosa Nostra, a lo largo de los años, ha ganado varios concursos de decoración y campeonatos de fútbol-sala, siempre mostrando un compromiso inquebrantable con la comunidad.

Con la entrega de la placa, se reconoció no solo a un hombre, sino a toda una vida dedicada a la preservación de las tradiciones y al fortalecimiento del tejido social de Tábara. La celebración de este año es un testimonio de la importancia de la memoria colectiva y de cómo las tradiciones, cuando se cuidan y se transmiten, pueden perdurar y seguir uniendo a las generaciones.

¡Viva Tábara, sus peñas y sus tradiciones!

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