Isaías Santos Gullón – 26 de septiembre de 2018.
Publicado en la página cuatro CORREO DE TÁBARA en El Correo de Zamora de 15/8/1974
Queridos tabareses:
Estamos abrumados, lo mismo doña Paz que yo, de tantas atenciones y agasajos como estáis dedicando al Magisterio Nacional de Educación Primaria y por repercusión a nosotros dos.
No sé si podré expresaros nuestro profundo agradecimiento a tanta amabilidad.
Ya no soy el maestro de va treinta años, ni el de va quince, que son los que aproximadamente llevo separado de vosotros por mi cese en nuestras escuelas.
Si entonces nuestras facultades y fuerzas eran cortas y limitadas, hoy lo son casi nulas, así que sabréis perdonar las muchas deficiencias que voy a tener en las breves palabras que voy a dirigiros.
Quiero en primer lugar enviar un respetuoso y cordial saludo al señor alcalde y miembros del Ayuntamiento de esta villa, así como a las demás autoridades civiles, eclesiásticas y militares de la misma.
A los compañeros y amigos que ejercen en este colegio escolar comarcal.
Al grupo de prensa de Tábara.
A los iniciadores, organizadores y colaboradores de este conmovedor y simpático acto de homenaje al Magisterio Nacional.
A los que han presentado trabajos literarios alusivos a este concurso-homenaje.
A todos los tabareses en general y de una manera especial para los que fueron mis discípulos, muchos de los cuales están ocupando buenos puestos, y muy de veras deseo que sigan conquistando más altos cargos.
Este homenaje al Magisterio que habéis tenido la amabilidad de tributarle en estas vuestras fiestas patronales, lo considero como un alto honor que enaltece a este pueblo y que a la vez sabe agradecer esa labor diaria y constante, silenciosa y abnegada que realiza el maestro de primaria en todos los lugares de la geografía patria.
Pero, señores, en lo que disentimos y no estamos de acuerdo con la Comisión Organizadora, lo mismo doña Paz que este servidor, es en una cosa: Que ese maestro al que se rinde este homenaje esté representado simbólicamente por nosotros dos.
Nuestra labor en la escuela nunca tuvo nada de particular como para merecer tan alta distinción. Fue simplemente el cumplimiento del deber, que tuvo más de corriente y vulgar que de significativo y ejemplar.
Todos los méritos que se atribuyan a nuestra labor, más que hijos de la realidad, son consecuencia de la estimación un tanto desmesurada de nuestros discípulos y de la benevolencia de este pueblo de Tábara.
Por tanto, en virtud de este inmerecido honor y distinción de que se nos ha hecho objeto, quedamos doblemente obligados con vosotros al eterno agradecimiento que ocupará el corazón de estos ancianos maestros en lo poco que pueda quedarnos de vida.
Damos igualmente las gracias a los que han presentado trabajos literarios a este concurso por sus molestias y sacrificios.
Y de manera muy especial se las damos al autor del trabajo galardonado con el primer premio por las abundantes y elocuentes frases de encomio y alabanza, aunque inmerecidas, a nuestra labor en la escuela.
A la vez damos nuestra más efusiva enhorabuena por el éxito obtenido.
Y antes de terminar quiero dedicar un piadoso recuerdo para las dos señores maestras que ejercieron en profesión en esta villa cuando nosotros, y que Dios ha llamado a mejor vida.
Y nada más, señores.
Muchas gracias.
Natalio DIEZ
NOTA: Las maestras ya fallecidas a que se refiere serían su mujer doña Tere y doña Francisca.