SAF – 11 de marzo de 2019.
D. Diego Miñambre, el sacerdote que durante más de cinco décadas ha ejercido como párroco, dedicando una buena parte de su vida y de su labor pastoral a los vecinos de Faramontanos de Tábara, nos ha dicho adiós, ha dado el último suspiro para acceder a esa resurrección con la que tanto esperaba encontrarse algún día y la que ha venido predicando a sus fieles a lo largo de estos más de cincuenta años de labor pastoral.
Su entierro y la misa de funeral se van a realizar en el pueblo que le vio nacer, en Villarrin de Campos y el Ayuntamiento de Faramontanos ha dispuesto un autobús para el desplazamiento de aquellos vecinos que deseen estar en este adiós, con el cura que para muchos es el de toda la vida.
Descanse en paz este buen hombre que ha cumplido con creces la tarea que se propuso de llevar la palabra de Dios desde el mismo momento en el que fue ordenado sacerdote.
D. Diego Miñambre, el sacerdote que durante más de cinco décadas ha ejercido como párroco, dedicando una buena parte de su vida y de su labor pastoral a los vecinos de Faramontanos de Tábara, nos ha dicho adiós, ha dado el último suspiro para acceder a esa resurrección con la que tanto esperaba encontrarse algún día y la que ha venido predicando a sus fieles a lo largo de estos más de cincuenta años de labor pastoral.
Son muchos los vecinos de Faramontanos que recordaran siempre a este buen hombre, porque él fue el que les bautizó, les dio la primera comunión y a muchos les casó. Por eso, para el pueblo en el que tanto tiempo ha pasado, a pesar que la avanzada edad del sacerdote hacía concebir que el día menos pensado podía irse para siempre, estas noticias no dejan de causar un poco de sorpresa y sobre todo un vacío para todos aquellos que lo apreciaban.
Su entierro y la misa de funeral se van a realizar en el pueblo que le vio nacer, en Villarrin de Campos y el Ayuntamiento de Faramontanos ha dispuesto un autobús para el desplazamiento de aquellos vecinos que deseen estar en este adiós, con el cura que para muchos es el de toda la vida.
Descanse en paz este buen hombre que ha cumplido con creces la tarea que se propuso de llevar la palabra de Dios desde el mismo momento en el que fue ordenado sacerdote.