Eugenio Rosado Garrido – 12 de agosto de 2017.
CONSIDERACIONES PREVIAS
Por si algunos lo desconocieran, mi nombre es EUGENIO ROSADO GARRIDO, nací en Ávila hace 71 años y llegue a esta localidad en Diciembre de 1968,
por lo tanto pronto hará 49 años; vine como Agente Comarcal del Servicio de Extensión Agraria del Ministerio de Agricultura; me case con la tabaresa Toña Romero Pascual, y somos los padres de Felipe, Juan, Salvador y Sonsoles.
Yo simplemente soy un estudioso de las cosas verdadera-mente acaecidas en nuestra villa, otros méritos no tengo; pero desde luego sobre pretendidos acontecimientos que no tienen fundamento alguno, jamás he realizado ni elucubraciones, ni conjeturas inverosímiles.
INTRODUCCION
Quizás les resulte extraño el título del acto cultural que comienza a desarrollarse en este momento, pero tiene su explicación. En Tábara los “beatos”, que ya se dirá lo que son, comenzaron a copiarse e iluminarse nada menos que alrededor del año 940, es decir hace casi 1.100 años, ¡ya ha llovido desde entonces!, aunque no siempre lo necesario.
Aunque el anterior hecho histórico tiene suma importancia universal, no es menos cierto que generaciones y generaciones de tabareses, lamentablemente a penas lo han conocido; el mismo, a nivel general, comienza a comentarse muy reciente-mente. Es a partir del año 2001 cuando en tertulias y hogares familiares se empieza a hablar algo de nuestros “beatos” y del “scriptorium” donde fueron realizados.
Pero, ¿qué hechos ocurrieron, para que la mayoría de los tabareses comenzaran a interesarse por ellos?.
* El 31 de julio de 2001 se inauguró, en la Iglesia de Santa María (nuestra “Torre”), la Exposición: SCRIPTORIUM. TABARA VISIGODA Y MOZARABE, que pudo visitarse hasta el 16 de septiembre; tan extraordinario evento fue posible gracias a la unión de esfuerzos que realizaron: Ayuntamiento, Parroquia de la Asunción, Centro de Estudios Benaventanos “Ledo del Pozo”, con Fernando Regueras Grande como comisario, el tabares Manuel García Fincias en acciones de coordinación y unos pocos colaboradores más; fue visitada por 12.465 personas. A la par de la exposición se publicó un magnífico libro con igual título, cuyos autores fueron Fernando Regueras Grande y Hermenegildo García-Aráez Ferrer. Varios de los elementos que conformaban la exposición fueron retirados, pero la misma dio origen al Centro de Interpretación del Beato de Tábara, que después de remodelado y dotado de nuevos elementos, en 2015 fue reinaugurado como Centro de Interpretación de los Beatos de Tábara, visitable de martes a sábado, de 12 a 14 horas.
* El 10 de septiembre de 2010, en Tábara, el eminente profesor John Wesley Williams (fallecido el 6 de junio de 2015), Emérito de la Universidad Norteamericana de Pittsburg, pronuncio una memorable conferencia sobre “Tábara y la revolución pictórica del Beato”, que fue seguida por una multitud de tabareses. Sobre ella, el C.E.B. “Ledo del Pozo” publico el libro “El Scriptorium de Tábara, Cuna del Renacimiento de los Beatos”.
* El 4-6 de octubre de 2015, el Comité Consultivo Internacional de la UNESCO, en su 12º reunión de Abu Dhabi, acordó que se inscribiera en el Registro de la Memoria del Mundo, como patrimonio documental, entre otros, el Beato de Tábara.
* En abril de 2016, el Archivo Histórico Nacional declaro, como Pieza del Mes, al Beato de Tábara, cuyo original custodia desde alrededor de 1900, bajo la signatura Códices, L. 1097 y que fue restaurado y reencuadernado en 1974.
* Durante los días 31 de marzo y 1 de abril de 2017, la Dirección General de Bellas Artes y Patrimonio Cultural del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, en colaboración con la Dirección General del Libro, Archivos y Bibliotecas de Portugal, el Ayuntamiento de Tábara y el Centro de Estudios Benaventanos “Ledo del Pozo”, organizaron las Jornadas: “Los Beatos medievales: una herencia compartida”, conmemorativas de la inclusión en el Registro de la Memoria del Mundo de la UNESCO de los códices medievales más significativos del Apocalipsis de San Juan, que se conservan en los principales archivos y bibliotecas de España y Portugal. Fueron impartidas varias conferencias por expertos de España y Portugal y el día 1 de abril fue expuesto en la Iglesia de Santa María el códice original del Beato de Tábara, que fue contemplado por más de 2.000 personas entre tabareses y otras gentes.
Los anteriores cinco acontecimientos, junto a todos los actos que se derivaron de ellos, han hecho posible que muchos tabareses sepan que son “los beatos” y otras muchas cuestiones relacionadas con ellos.
Pero, lamentablemente, he comprobado que todavía hay personas que no tienen una idea clara sobre “los beatos” y otros conocimientos afines a ellos; algunas manifiestan que son unos frailes que hubo en la “Torre”, otras tienen ciertas confusiones y otras manifiestan que tal cuestión es para entendidos.
A todas las anteriores y a aquellas que tienen el ánimo de conocer un poco más sobre “los beatos” y su entorno, va dirigido lo que expondré a continuación; de aquí el título anunciante del acto cultural que estamos celebrando, el cual tendrá seis partes: Historia-Monasterio, Scriptorium, El Beato, Los Beatos y Scripto-rium, Beatos en Tábara, para finalizar con unas Imágenes.
HISTORIA-MONASTERIO
El territorio tabares, desde el Siglo VI a. C. ha estado ocupado sucesivamente por los siguientes pueblos: Astures Augustanos, Vacceos, Romanos, Vándalos Asdingos, Suevos y Visigodos; en el año 675, reinando Wamba, se inicia el XI Concilio de Toledo, en cuyo contexto aparece mencionado el topónimo de Tábara, dentro del Reino Astur-Leones.
– 711: El musulmán Tariq Ibn Ziyad derrotó al rey visigodo Rodrigo en la batalla de Guadalete, iniciándose la conquista de la Península Ibérica.
Los territorios al Norte del Duero quedan casi desérticos, ya que la población emigro hacia el Reino Astur, entre 750 y 893.
– 718 / 720: En las montañas asturianas, D. Pelayo (que muere en 737) rechaza a los musulmanes, comenzando la Reconquista.
– 750: Los reyes astures Alfonso I el Católico y su hijo Fruela I, inician hostilidades contra los musulmanes y les capturan tierras hasta el Duero; pero se replegaron llevándose a los habitantes para repoblar Asturias y Cantabria.
– 750 / 893: Después del anterior repliegue la faja de tierras desde el Norte del Duero hasta las Montañas Astur-Cántabras, quedaron destruidas, despobladas y yermas; tal zona era un semidesierto, lo que hacía muy difíciles las razzias o aceifas musulmanas.
– 878: Batalla de la Polvoraria, en la que el rey astur Alfonso III el Magno vence al ejército del Emir de Córdoba (Al-Mundhir) en la confluencia de los Ríos Esla y Órbigo. Inicia la repoblación de las tierras al sur de la confluencia de dichos ríos, hasta el Rio Duero.
COMIENZA LA PRIMERA REPOBLACION, que funda-mentalmente se hace mediante: “presura” (adueñamiento por los propios colonos de las tierras no ocupadas), “monacatos cenobíticos” y algunos “eremitorios”.
– 883: El rey astur Alfonso III y los Omeyas Muhammad y Al-Mundhir firman una tregua, la cual permite la reorga-nización de los territorios recién incorporados a la Monarquía.
– Fines S. IX, ¿878?: Fundación del Monasterio dúplice de San Salvador de Tábara, sobre una instalación tardorromana o visigoda procedente de finales del siglo VI; promovida por Froilán (833-905), luego Obispo de León y por Atilano (835-915), luego Obispo de Zamora, bajo los auspicios del rey astur Alfonso III el Magno, aunque el fundador material parece ser que fue el Abad Arandisclo, probablemente maestro de San Genadio en el Monasterio de Ageo de Ayoó de Vidriales. En la Biblia de Juan y Vimara (copista e ilustrador), del 920, que está en la Catedral de León, se cita la fundación de un “Tabarense Cenobium”.
También fundaron otro monasterio en Moreruela de Suso (Moreruela de Tábara), parece ser dedicado al Arcángel San Miguel y que tuvo 200 monjes benedictinos.
Así mismo hubo monasterios en: San Pedro de Zamudia, Camarzana de Tera y Santa Marta de Tera.
El monasterio de San Salvador de Tábara, reconstruido o fundado, tiene por base un arco mozárabe, sobre el que se elevaba una torre “alta et lapídea”, origen de la actual torre románica de la Iglesia de Santa María de Tábara; albergó 600 miembros entre masculinos y femeninos.
Después volveremos al Monasterio, ahora proseguimos con la Historia:
– 893: Repoblación de Zamora por el rey astur Alfonso III, con mozárabes; la misma se consolido en el 901.
– 901 / 986: SIGUE LA PRIMERA REPOBLACION del territorio, erigiéndose la Diócesis de Zamora en el año 901. La comarca de Tábara se pobló con: Presores (colonos que ocupaban tierras abandonadas), Eremitas (ermitaños) y Monasterios (Cenobios), instalados, frecuentemente sobre el viejo hábitat tardoromano y visigodo; predominando la modalidad del Monacato Cenobítico, presidido siempre por una iglesia.
– 901: San Atilano es nombrado Obispo de Zamora y San Froilán de León.
– 981 ó 988: Los territorios repoblados son arrasados por las razzias o aceifas de Almanzor (muere en 1002); el monasterio de San Salvador de Tábara fue destruido y no se repuso de inmediato, así como el de Moreruela de Tábara.
– 1002 / 1059: Una vez pasada la destrucción de Almanzor, las tierras de los monasterios aparecen bajo el DOMINIO REGIO DIRECTO (Tierras de Realengo), ya que no se conocen personas que ostentaran patronazgo o señorío concedido por el Rey.
– 1031: Al desaparecer el Califato de Córdoba, se intensifican las tareas de reconstrucción.
– 1065: Muere el rey castellano-leonés Fernando I (1037-1065) y testamenta que las tierras de todos los monasterios del reino sean repartidas entre sus hijas: Urraca de Zamora y Elvira o Geloira de Toro.
– 1099: Doña Elvira o Geloira, que era hermana del rey castellano-leonés Alfonso VI, es la dueña, entre otras, de las posesiones de los Monasterios de Tábara y de Moreruela.
Por manda testamentaria, todas sus posesiones de Tábara (o Alfoz de Tábara) pasaron a su resobrina Doña Sancha Raimúndez, nieta del rey castellano-leonés Alfonso VI y hermana del rey Alfonso VII, y por ello paso a ser Señora del Infantazgo de Tábara.
– 1130: Doña Sancha Raimúndez, que muere el 28-2-1159, entrego a los Templarios todos sus dominios de Tábara, que incluían todo lo que perteneció a los Monasterios de Tábara y de Moreruela.
– 1143: Los Monjes del Cister (Monjes Blancos), cuyo fundador fue San Bernardo, se establecen en Moreruela de Frades (La Granja de Moreruela), recibiendo donaciones del rey castellano-leonés Alfonso VII y de su hermana Doña Sancha Raimúndez. En varias localidades de las donadas establecieron unidades agrarias o “granjas”.
– 1157 / 1188: El rey leonés Fernando II efectúa importantes repoblaciones, sobre todo en la zona del Duero (Benavente). A las poblaciones repobladas se las daba un fuero o carta-puebla, la cual recogía derechos y obligaciones frente al Rey.
ES LA SEGUNDA REPOBLACION, que tiene carácter concejil; al frente del concejo había una autoridad real (Alcalde, Merino, Adelantado, Etc.). A cada vecino se le asignaba casa, huerto y tierra de labor, más tierra comunal para pastar los animales.
Volvemos al Monasterio:
– 988: Anteriormente se ha indicado que el Monasterio de San Salvador de Tábara fue destruido por las razzias o aceifas de Almanzor (muere en 1002); así como el de Moreruela de Tábara.
– 1137: Una vez reconstruida, se consagra la Iglesia destruida por Almanzor, como Santa María de Tábara, estando presentes: el Obispo Roberto de Astorga, Doña Sancha Raimúndez y el Abad Domingo Alfonso del Monasterio de San Martín de Tábara, al que parece que fue llevado, lo que pudo salvarse de las razzias o aceifas que sufrieron los Monasterios de Tábara y de Moreruela de Tábara. La actual torre y parte de las fachadas sur y norte son de esta época
– 1761: Se remodela totalmente el interior y la cabecera de la Iglesia de Santa María de Tábara, a expensas del XI Marques, D. Pedro de Alcántara Alvarez de Toledo y Silva.
– 1925: Se cierra al culto la Iglesia de Santa María de Tábara.
– 3-6-1931: La Iglesia de Santa María de Tábara es declarada Monumento Histórico-Artístico. La misma es restaurada en: ¿1958?, 1962, 1963 (dirigidas por L. Menéndez Pidal y F. Pons Sorolla), 1979, 1981 (dirigidas por E. González Mercadé) y 2008.
– 8-12-1991: Se reabre al culto la Iglesia de Santa María de Tábara.
– 30-11-2010: Se inspecciona el exterior de la Iglesia mediante georadar, el cual no detecto estructuras constructivas.
SCRIPTORIUM
Los monjes de los monasterios para desarrollar su vida espiritual, entre otras cosas, necesitaban ciertos libros para su lectura en oración individual o para la oración comunitaria en voz alta. Tales libros, junto a otros, constituían la biblioteca del monasterio, la cual solo tenía unos pocos ejemplares, ya que la posesión de un libro suponía copiarlo manualmente de otro y este proceso, que era lento y muy caro, solo lo realizaban unos pocos.
La biblioteca de un monasterio solía estar formada por: Biblia completa, Ejemplares sueltos de algún libro de la biblia (Génesis, Pentateuco, Evangelios, Epístolas, Etc.), Comentarios a libros de la biblia (Apocalipsis, Salmos, Evangelios, Etc.), Obras de Padres de la Iglesia, Textos de la liturgia hispánica o romana, Códices de Concilios, Libros históricos y Libros sobre cuestiones internas del monasterio o notariales (llamados Cartularios, Tumbos o Becerros [por cierto en el AHP de Zamora, se encuentra un Libro Becerro del Marquesado de Tábara]). Tales libros eran copiados: con simple escritura, con algún adorno, o con escenas.
La copia de libros solo era realizada en un escaso número de monasterios, a los que se les encargaba que hicieran la copia procedente, pues los mismos disponían de scriptorium y de personas cualificadas para realizar las distintas operaciones necesarias para llevar a efecto tal copia.
En general un scriptorium constaba de varias dependencias: salas para la transformación de las pieles en pergaminos, sala de corte de los pergaminos, sala de preparación de plumas y tintas, sala de pautado, copia e ilustración (es el verdadero scriptorium) y sala de encuadernación. Las copias se hacían sobre pergamino, que era el producto resultante de la transformación de una piel de oveja, de la que podían obtenerse hasta 4 bifolios (8 folios u hojas = 16 páginas).
Normalmente la copia era ejecutada por dos tipos de artistas: los “escribas”, que realizaban el texto y los “miniaturistas o pintores”, que realizaban la iluminación; esta podía ser: ornamental o de engalanamiento decorativo del texto, o bien de ilustración con escenas que visualmente explicaban el texto.
Para la copia de un manuscrito primero se escribía el texto y después se iluminaba, lo que conllevaba ornamentar-decorar las letras iníciales o capitales e ilustrarlo con miniaturas coloreadas.
Muchos manuscritos finalizaban con un “colofón”, que es una hoja iluminada en la que se dan detalles sobre la realización de la obra.
En el folio 167 v del Beato de Tábara, existe una ilustración en la que aparece una torre y adosado a ella un scriptorium. Tal torre es la “turre tabarense alta et lapídea” que se describe en el colofón del folio 167 r del Beato de Tábara, la cual tiene cinco pisos más el cuerpo de campanas. El anejo scriptorium está conformado en dos pisos, el inferior con las estancias de entrada y de acceso a la planta superior, y esta con la sala de preparación de pergaminos donde hay un operario y la sala de copia e ilustración o verdadero scriptorium donde trabajan dos personas (Emeterius y Sennior).
BEATO
Beato en singular, no lo tenemos que confundir con los Beatos en plural. Beato se corresponde con una persona y los Beatos son unos manuscritos medievales.
Pero, ¿Quién fue Beato?.
Beato, que es el masculino de Beatriz, conocido como Beato de Liébana, fue un personaje medieval del siglo VIII cuya vida y obra a día de hoy sigue presentando controversias; parece ser que fue un monje de origen mozárabe (cristianos hispano-visigodos que vivían en los territorios conquistados por los musulmanes), que se afinco en el Monasterio de San Martín de Turieno, después llamado de Santo Toribio de Liébana, ubicado en la Liébana, que es una comarca de Cantabria en las estribaciones de los Picos de Europa, y del que pudo llegar a ser abad; debió morir a finales del s. VIII (798) o principios del s. IX. Su capacidad intelectual fue más bien escasa.
Hacia el año 776 escribió una obra titulada “Comentario al Apocalipsis de San Juan”, que reformo en 778 ó ¿784? y la redacto definitivamente en 786, resultando con unos 300 folios. Para la confección de tal obra, dividió el Apocalipsis de San Juan (también llamado Libro de las Revelaciones, ya que narra los últimos días del mundo y que fue escrito en la isla de Patmos sobre los años 90, siendo el último libro del Nuevo Testamento) en 68 secciones, y al final de cada una de ellas coloco un comentario; cada uno de ellos, Beato los elaboro a partir de diferentes textos de variados autores de los siglos II al VII, entre ellos: San Ireneo de Lyón (130-202), Ticonio (330-390), Gregorio de Elvira (330-393), San Ambrosio de Milán (340-397), San Jerónimo (340-420), San Agustín de Hipona (354-430), Fulgencio de Ruspe (468-533), Apringio de Beja (¿-540), San Isidoro de Sevilla (556-636), que desarrollaron su labor en Africa Menor
Romana (ya cristianizada), Hispania, Italia o Francia; de todos ellos, Ticonio explico por completo el Apocalipsis y de su obra, Beato extrajo la mayor parte de los comentarios que elaboro.
Por lo tanto Beato de Liébana, se limitó a confeccionar una ”catena” de fragmentos tomados de diversos autores cristianos, enlazados con muy breves aportaciones suyas. Beato, decidió ilustrar cada uno de los 68 comentarios, bien por sí o por ayudante; en cualquier caso crearon las escenas que siguen a los comentarios.
El éxito del libro de Beato de Liébana, fundamentalmente se debe a las ilustraciones que lleva y también a la proximidad del comienzo de un nuevo siglo (800), fecha en la que se acabaría el mundo, y monjes y gentes deseaban prepararse para dicho evento, al cual tenían pavor. También se considera al Apocalipsis como el libro de la resistencia cristiana frente a la invasión islámica y el anuncio de la reconquista
La notoriedad del Beato de Liébana más bien le vino por su activa lucha contra la herejía del “adopcionismo”, impulsada por Félix, obispo de Urgel y apoyada por Elipando, arzobispo de Toledo. Para ello, junto con Eterio de Osma, escribieron la obra “Apologeticum adversus Elipandum”. Aunque se le atribuyen otras dos obras, se duda que fuera su autor.
LOS BEATOS
Anteriormente ya se indicó que los Beatos eran unos manuscritos realizados en la Edad Media, es decir unos libros.
¿Pero qué tipo de libros?.
Se denominan “beatos” a un conjunto de manuscritos medievales que contienen los Comentarios al Apocalipsis que realizo Beato de Liébana. Parece ser que empezaron a ser copiados a partir de la obra del 776, pero también fue copiada la del 778 ó ¿784? y por supuesto la definitiva del 786; de aquí que el texto y las ilustraciones de los “beatos” no sea idéntico en todos ellos. A partir del s. X, algunas copias incluyeron también el Comentario del Libro de Daniel que realizo San Jerónimo (340-420), con las correspondientes ilustraciones.
Se desconoce cuál fue el arquetipo o primer beato que sirvió de modelo para iniciar las copias, algunos autores señalan la obra del 776, que ya estaría ilustrada con miniaturas.
La presentación de las copias de la obra de Beato, fue muy distinta: unas solamente contenían el texto, otras tenían el texto
pero engalanado u ornamentado y otras a parte del texto contenían ilustraciones.
De los 26 Beatos que nos han llegado, 4 carecen de iluminación, 1 esta iluminado y 21 están ilustrados. Fueron creados en España 23, en Francia 1 (Beato de Saint-Sever) y en Italia 2 (Beatos de Berlín y Ginebra). Casi todos están escritos en letra visigótica (derivada de la cursiva romana), alguno en carolina y los tardíos en carolinagótica.
Estas copias se dividen en tres ramas:
* Rama I.- Provienen del modelo original, en el que las ilustraciones estaban insertas en las columnas del texto sin marcos. Se conocen 9 ejemplares, que van desde el Beato de Cirueña (900) al Beato de León (segunda mitad del s. XIII).
* Rama II a.- Derivan del Beato de Magio o de San Miguel, que tiene grandes escenas con marcos (algunas a doble página) con influencias del estilismo mozárabe; cambia el color y el espacio. Hay 7 ejemplares, que van desde el Beato de San Miguel (940-945) al Beato de Navarra (finales S. XII).
* Rama II b.- Parecida a la Rama II a, pero con otras influencias distintas a las mozárabes. Se conocen 9 ejemplares, que van desde el Beato de Tábara (970) al Fragmento del Beato de León.
1 ejemplar, el Beato de Ginebra (final S. XI), aún no ha sido clasificado
SCRIPTORIUM Y BEATOS EN TABARA
No queda ninguna evidencia física de que en el Monasterio de San Salvador de Tábara, destruido por Almanzor en el 988, existiese un scriptorium; así como tampoco en la reconstruida Iglesia de Santa María en el 1137. Pero no cabe duda alguna de que existió un importantísimo scriptorium, tal y como está ilustrado en la página 167 v del Beato de Tábara, en el que trabajan dos copistas y un cortador de pergaminos; dicha ilustración vuelve a aparecer en la página 183 del Beato de Las Huelgas de 1220, que es una copia del Beato de Tábara.
El scriptorium de Tábara estuvo especializado en la realización de “beatos”, pues no se conocen otras producciones.
En el referido scriptorium se copiaron e ilustraron los tres “beatos” que seguidamente se referencian:
BEATO DE MAGIO, DE SAN MIGUEL o MORGAN
* 940 / 945.- Encargado por un abad llamado Víctor, bien del monasterio leones de San Miguel de Escalada (según John Willians), o del monasterio de San Miguel de Moreruela de Tábara (según José Ferrero Gutiérrez), o del monasterio de San Miguel de Camarzana de Tera (según Augusto Quintana Prieto).
Tiene 293 folios con 89 miniaturas; fue escrito por Maius o Magio y por otros dos escribas desconocidos, e ilustrado por Maius. Se debió de realizar en el scriptorium de Tábara, aunque también es posible que Magio se desplazara al scriptorium de San Miguel de Escalada a ejecutarlo.
Es un ejemplar de excelente ejecución, muy ornamentado e ilustrado y con novedoso diseño del espacio y de los colores, basado en conceptos pictóricos mozárabes; todo ello supuso una revolución en la copia de beatos. Este beato incluye el Comentario al Libro de Daniel por San Jerónimo.
En el colofón figura un verso acróstico que contiene el nombre de MAIUS y mediante una fórmula cabalística se data, pero su interpretación origina fechas muy inciertas.
Se encuentra en la Biblioteca Pierpont Morgan de Nueva York, con la signatura Ms. 644.
BEATO DE TABARA
* 27-7-970.- Realizado en el scriptorium de Tábara, para el propio monasterio.
Tiene 167 folios y de las 100 miniaturas originales solo se conservan 14, 3 de ellas muy deterioradas; fue comenzado por Magius o Magio como escriba e ilustrador, que falleció el 30-10-968, con la colaboración de Monnium o Monnio (que dejo su firma en el folio 166: Monnium presbiter scripsit) y posiblemente Sennior como escribas, y lo termino Emeterius o Emeterio como ilustrador y también como posible escriba. Escrito en latín con letra visigótica redonda a dos columnas.
Este ejemplar no alcanza la excelencia del anterior, a partir de la muerte de Magio su ejecución decae y se introducen otras tendencias pictóricas, como las carolingias; en sus márgenes figuran varias glosas en árabe de letra masji oriental. Este beato también incluye el Comentario al Libro de Daniel.
El folio 167 es de una importancia excepcional, su anverso (o recto) contiene la figura de una gran “omega” y debajo de la misma está el colofón; el reverso (o vuelto), a página entera, es ilustrado con la imagen de una torre con scriptorium, que corresponde a la de San Salvador de Tábara, la cual es de una gran belleza.
El colofón nos informa que la obra la inicio el presbítero Magio (arcipictore onestum Magii Presbiit et conversi)) y la suspendió el 13 de octubre, falleciendo el 30-10-968 (día de San Fausto), siendo enterrado en un sarcófago dispuesto en el claustro; también indica que el presbítero Emeterio, discípulo de Magio, fue llamado al Monasterio de San Salvador de Tábara para terminar la obra, acción que realizo entre el 1 de mayo y el 27 de julio del 970 (ante diem sextum Kalendas Augustas, hora nona); así mismo en el colofón se menciona la torre como: “O turre tabarense alta et lapídea”.
En una estancia del scriptorium aparecen sentados dos personajes escribiendo, ambos llevan bonete y ropas talares; por encima de sus cabezas hay sendas inscripciones que identifican al de la derecha como Emeterius (ubi emeterius prsbr fatigatus sinesalus) y al de la izquierda como Sennior (ubi sennior velat pariter cum), todo ello según G. Menéndez Pidal, aunque C. Crespo hace otra lectura [ubi emeterius prsbr fatigatus sepe scriptura / etiam sennior una pariter cum].
El Beato de Tábara pudo estar entre 1570 y 1770 en el monasterio jerónimo de Guadalupe; en 1872 se encontraba en la Biblioteca de la Escuela Superior de Diplomática, por compra a D. Ramón Alvarez de la Braña; desde alrededor de 1900 se encuentra en el Archivo Histórico Nacional, bajo la signatura: Códices, L. 1097. Fue restaurado en 1974, cambiando de lugar los dos folios de las genealogías (que estaban al final) y colocando al final el folio del colofón (recto) y la torre (vuelto).
Copias del Beato de Tábara son:
+ Beato de Cardeña, copia parcial realizada entre 1170 y 1185 en el Monasterio de San Pedro de Cardeña, de 165 folios, con escritura carolino-gótica, se halla en el Museo Arqueológico Nacional. De este beato, se copió el Beato de Manchester, entre 1170 y 1185 posiblemente en Cardeña, de 240 folios, en letra carolino-gótica, guardado en la Biblioteca Universitaria Jhon Rylands de Manchester.
+ Beato de Las Huelgas, copia total realizada en 1220, de 184 folios, con escritura gótica, reproduce la omega, el colofón y la torre; se encuentra en la Biblioteca Pierpont Morgan de Nueva York.
BEATO DE GERONA
* 6-7-975.- Encargado por un abad llamado Domingo y ejecutado en el scriptorium de Tábara.
Tiene 284 folios y 114 miniaturas, casi todas a folio entero; fue escrito por Sennior (que dejo su firma en el folio 283 v: Senior Presbiter Scripsit) y Otro escriba, e ilustrado por Emeterius o Emeterio y Ende o En. Escrito en letra visigótica. Sennior y Emeterio son los mismos artistas que participaron en la ejecución del Beato de Tábara. Ende o En pudo ser una religiosa del monasterio, ya que este era dúplice, o una persona de alto rango; pues la calificación Dei aiutrix que se la da, se aplicaba a ambos estatus; desde luego es la primera mujer pintora que se conoce.
Hago un inciso para indicar que hasta Septiembre de 1991, prácticamente la totalidad de autores, a la ilustradora del Beato de Gerona, la denominaban ENDE. En el III Curso de Cultura Medieval, del Centro de Estudios del Románico de Aguilar de Campoo (Palencia), celebrado en Septiembre de 1991, dentro del Seminario: Repoblación y Conquista, la historiadora María-Rosa Ferrer Dalgá, presento una ponencia con el título de “Una miniaturista en tierras de repoblación”.
En tal ponencia propone que la palabra Endepintrix que hay en el texto del Colofón (folio 284 r), en vez de leer Ende (pintrix) hay que leer En (depintrix), ya que entre la n y la d hay una mayor separación que la existente entre otras letras y en consecuencia no es una sola palabra, sino que son dos.
En depintrix et Dei aiutrix frater Emeterius et presbíter
Es cierto que la mencionada proposición lentamente la han ido adoptando algunos autores, pero los más siguen llamando ENDE a nuestra ilustradora. Por lo tanto, hasta que la comunidad científica se pronuncie taxativamente sobre tal cuestión, a día de hoy en manera alguna están en ningún error los que la denominan ENDE, ni están en la verdad los que la llaman EN. La profesora Ferrer Dalgá solo hizo una proposición, no un dogma de fe a imponer por la fuerza para ser creído por todos sin más.
Comparado con los anteriores, a este beato le falta algún cuidado en la presentación del texto y las imágenes; en él se introducen nuevas formas de expresión e influencias, como las de Florentius del scriptorium de Valeránica (Tordómar -Burgos-).
En su folio 284 r figura el colofón cuyo centro está ilustrado por una gran “omega”; arriba se indica que abad Domingo lo encargo; abajo consta que fue pintado por Ende o En (servidora de Dios: Dei aiutrix) y por Emeterio (presbítero), y que se terminó el 6 de julio del 975.
Esta archivado en el Museo de la Catedral de Gerona desde el 6 de octubre del 1078, al ser donado por el capiscol o chantre (maestro del canto) Juan, bajo la signatura: MS. 7
De este beato se copió, posiblemente en monasterio catalán, el Beato de Turín sobre 1100, en letra carolina; tiene 214 folios, con 106 miniaturas; no tiene colofón.
IMAGENES
Ahora visionaremos una serie de imágenes, relacionadas con el tema desarrollado y que pertenecen a seis bloques
distintos.
Con el fin de fijar ideas, finalizamos este acto cultural con el siguiente resumen:
* Los territorios reconquistados a los musulmanes fueron repoblados, fundándose monasterios en muchos de ellos.
* Tales monasterios, para su uso, disponían de una pequeña biblioteca. La misma se formaba con manuscritos que eran copiados en otros monasterios que disponían de “scriptorium”.
* En el siglo VIII, un monje llamado Beato de Liébana, realizo un manuscrito en el que hizo unos Comentarios al Apocalipsis de San Juan, el cual fue ilustrado.
* Tal manuscrito fue copiado en distintos “scriptorium”; recibiendo tales copias el nombre de “beatos”. Las distintas copias no eran iguales, pues existían diferencias en el texto, en la ornamentación, o en las ilustraciones.
* El Monasterio de San Salvador de Tábara, dispuso de un importantísimo “scriptorium”, en el que trabajaron prestigiosos escribas: Magio, Monnio, Sennior y Otros, e ilustradores: Magio, Emeterio y Ende o En. De todos ellos destaca el copista e ilustrador Magio, ya que revoluciono latécnica pictórica introduciendo novedosos conceptos, siendo calificado por su discípulo Emeterio como arcipictore onestum (príncipe de los pintores).
* Los anteriores artistas del Scriptorium de Tábara, confeccionanaron los siguientes tres “beatos”: BEATO DE MAGIO, DE ESCALADA o MORGAN, BEATO DE TABARA y BEATO DE GERONA.
* Lamentablemente solo desde hace unos 15 años, los tabareses empezaron a conocer su “scriptorium” y sus “beatos” y solo el coraje de unos pocos ha hecho posible que se comenzara a ponerlos en valor. Bastante se ha realizado, pero es mucho lo que queda por ejecutar, y para ello es preciso que todos, sin excepción, impulsen animosamente lo iniciado.
El Scriptorium y los Beatos realizados en Tábara, hace casi 1100 años, comenzaron a dar a nuestra Villa una importancia universal; conocer su historia y sus hechos contribuyen a incrementar la grandeza que alcanzo y a que nunca más quede casi desconocida.
Con el deseo de que lo expuesto, haya sido útil, solo me queda agradecerles profundamente su asistencia, deseándoles lo expresado en el siguiente pensamiento, que hace seis años tome en el Albergue de Peregrinos de Rabanal del Camino (León):
Una sonrisa no cuesta nada
y significa mucho.
Enriquece a los que la
reciben, sin empobrecer a
los que la dan.
Solo dura un instante, pero
su recuerdo es eterno y
nadie es tan rico como
para poder vivir sin ella,
ni tan pobre como para no
poder regalarla.
¡SONRIAMOS!
Muchas gracias, Gracias.
EUGENIO ROSADO GARRIDO
Tábara, 11 de Agosto de 2017