almeida – 2 de enero de 2015.

El primer día del nuevo año, suele dedicarse a actividades que frecuentemente no son habituales. Para algunos, es el día en que los nuevos propósitos de un cambio comienzan a ponerse en práctica,
aunque en muchas ocasiones sea como un espejismo por la poca voluntad que hay para darles una continuidad, otros lo emplean para sumergirse en aguas gélidas en un espectáculo que llega a producir escalofríos, los menos van a esos conciertos elitistas donde solo los más selectos tienen cabida y las gentes de la Comarca de Aliste, disfrutan presenciando las mascaradas que se organizan en algunos de los pueblos y cuentan con una gran tradición porque son actividades que se han vivido desde la infancia.
Son representaciones que se pierden en el tiempo ya que no se dispone de información sobre cuando comenzaron a celebrarse y los más mayores de cada lugar como Antonio Giraldo de Sarracín que a punto de cumplir nueve décadas, recuerda desde muy pequeño haber presenciado estas mascaradas mientras sus abuelos le contaban como ellos también cuando eran pequeños las presenciaron mientras escuchaban de labios de sus abuelos como era una tradición de la que no se sabía cuando comenzaron a celebrarse.
Su origen es medieval y cuenta con algunos elementos míticos que pueden ser prerrománicos, el caso es que de ninguna de estas mascaradas se ha encontrado documentación que pueda dar una idea de su antigüedad ni tan siquiera en los archivos más antiguos.
Este primer día del nuevo año, las poblaciones de Riofrio, Abejera y Sarracín, han vuelto a poner en escena una nueva edición de esta fiesta que está considerada de interés turístico y afortunadamente se han preocupado de coordinarlas, para que los actos principales no coincidan en las tres cercanas poblaciones y los visitantes puedan ir de un pueblo a otro para presenciar las tres celebraciones, por lo que es justo alabar esta medida y felicitar a quien haya tenido la excelente idea de que las numerosas personas que acuden de otros pueblos puedan pasar el día presenciando las tres mascaradas, porque han sido numerosas las personas que se han podido ver en los tres pueblos, algunas de ellas procedentes del país vecino.
Quizá para una optima organización y satisfacción de los asistentes, por algunos comentarios que se escuchaban en Sarracín, sería perfecto que esta representación no se alargara en exceso y las representaciones principales se realizaran con un poco más de fluidez para evitar que pueda llegar a resultar un poco cansina por lo excesivo que se ralentiza el último acto de esta representación.
Aunque los nombres por los que las mascaradas son conocidas difieren dependiendo de la población en la que se realicen; en Riofrio son conocidos como los Carochos, en Abejera, se les llaman los Cencerrones y en Sarracín se denominan Los Diablos. Los personajes son similares en todas ellas, algunos coincidentes (los diablos, la filandora, el monacillo,….), tienen particularidades que los hacen diferentes y en los próximos días iremos describiendo cada una de estas mascaradas.
En todos los casos, se trata de una representación teatral en la que lo religioso se mezcla con lo pagano, es la lucha del bien contra el mal, en la que en la mayoría de las ocasiones es el bien el que sale victorioso de la contienda.
La caracterización de los personajes que originariamente eran interpretados por los quintos del pueblo suele ser un tanto estrafalaria llevando disfraces excesivamente llamativos con una caracterización excesiva y grotesca.
Hay varios denominadores comunes en todos ellos porque han ido desarrollándose desde la misma idea original, pero en cada uno de los pueblos se les ha dado un toque particular que permite diferenciarlos unos de otros.
Las coplas y las recitaciones sarcásticas están presentes en todos los casos y el ingenio de quienes elaboran las coplas y de quienes las interpretan hacen que los asistentes disfruten con algunas de las ocurrencias que se manifiestan.
Generalmente en estas coplas se alude a situaciones especificas de cada pueblo y a aquellos personajes que de alguna manera se han significado de una forma negativa con la mayoría de los vecinos, aunque en varias coplas de diferentes mascaradas, uno de los personajes recurrentes ha sido el joven Nicolás que tan de moda está en gran parte de los medios de comunicación y no precisamente con referencias buenas y agradables.
Las peleas entre algunos de los personajes y la extensión de estas peleas al público que lo está presenciando, es otro de los denominadores comunes de estas mascaradas en las que se emplean todo tipo de elementos y utensilios para provocar los enfrentamientos y las carreras entre los protagonistas y el público. La ceniza es uno de los elementos habituales en todas ellas y alguno de los personajes o varios de ellos se proveen de los restos de la lumbre y los van arrojando al cuerpo de quienes presencian la representación. También algunos utensilios para fustigar y largas tenazas de madera son utilizados para provocar situaciones que para los mayores son de regocijo y para los más pequeños origina una provocación de miedo a estos personajes.
Como en los tafarrones, es frecuente presenciar algunas carreras entre los protagonistas y el público ante el júbilo de quienes las presencian que se sienten aliviados por no haber sido ellos los elegidos para esa persecución.
Pero ante todo es una representación un tanto carnavalesca en donde los personajes van disfrazados de una manera un tanto grotesca y quienes solo van a disfrutan con el espectáculo, no se libran de salir también un poco diferentes a como llegaron, unas veces por ser el blanco de los puñados de ceniza que se van arrojando y otras por terminar con la cara pintada como la mayoría de los protagonistas.
El aguinaldo es también uno de los objetivos de todas estas mascaradas porque bien a través de las carreras, de las visitas que se van haciendo casa por casa o simplemente como en el caso de la celebración de Abejera en el que el pobre porta un saco en el que pide a los asistentes el aguinaldo y a cambio pinta la cara de los que han contribuido con su aportación.
Estas mascaradas que también tienen raíces en toda la zona de Tras-os-montes y están arraigadas en algunos pueblos portugueses, han contado con la visita de personas del país luso que disfrutan presenciando estas tradiciones.
Uno de los objetivos que nos hemos marcado en tuvozdigital.com, es recuperar las costumbres y tradiciones de la zona de Tábara, Alba y Aliste y de algunos otros lugares de la provincia, por eso en los próximos días, dedicaremos un monográfico algo más extenso sobre las particularidades de cada una de estas representaciones para que nuestros lectores puedan conocer los personajes que participan en cada una de ellas y también de una manera detallada trataremos de explicar cómo se realizan estas mascaradas.
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