almeida – 9 de agosto de 2015.
El Scripttorium Tabarense volvió de nuevo a iluminarse con la inauguración del “Centro de Interpretación Beato de Tábara” en la Iglesia de Santa María de Tábara.
El acto estuvo presidido por José Ramos alcalde de Tábara, Alberto de Castro Delegado Territorial de la Junta de Castilla y León y José Manuel Ramos párroco de la localidad.
Culminaba de esta forma un proyecto largamente gestado por José Ramos con el apoyo del párroco José Manuel Ramos para situar a Tábara en ese lugar privilegiado que tiene en el desarrollo y ejecución de estos códices que son una de las muestras más hermosas que desde los antiguos monasterios se ha aportado al arte en la historia.
Origen
Todo surge cuando en el siglo VIII, el llamado Beato de Liébana, un monje del monasterio de San Martín de Turieno situado en una comarca cántabra, va recopilando una serie de anotaciones sobre los comentarios que se hacían al libro del Apocalipsis de San Juan.
La creencia de que el fin del mundo se encontraba muy cercana, hizo que muchos recurrieran a los textos sagrados para ver si en ellos encontraban algún pasaje que pudieran interpretar y saber cuándo llegaría ese fatídico día que estaban convencidos que se revelaba en sus páginas. Se estima que este trabajo fue realizado entre los años 776 y 778 y el fin del mundo se especulaba que aconteciera en el año 800.
Beato fue tomando fragmentos de las interpretaciones que otros autores hacían al mismo texto y de su cosecha propia poco hay, la mayor parte de estos comentarios proceden de Ticonio, el autor más antiguo de los comentarios a esta parte de los textos sagrados.
La obra que Beato concibió, tuvo una enorme aceptación en la época en la que fue creado y fueron numerosas las peticiones por parte de otros monasterios para hacerse con una copia de este libro y disponer de él en su biblioteca por lo que algunos comisionaron a sus mejores escribas para que copiaran aquellos textos.
Localización del Scriptorium Tabarense
Durante el reinado de Alfonso III el Mayor, las fronteras del reino asturiano se extendían hasta las orillas del Duero y en esta época comenzó un programa frenético de construcción y fundación de monasterios y sobre los restos de una antigua construcción hispano-mozárabe se pensó en la construcción de un monasterio que estaría dedicado a San Salvador.
Fueron dos hombres santos los que se encargaron de llevar a cabo este proyecto; San Froilán y San Atilano que más tarde se convertirían en obispos de Zamora quienes pusieron todo su saber y trabajo en levantar lo que más tarde sería uno de los centros más importantes en toda la península en la confección de códices y manuscritos medievales con una frenética actividad en la que la comunidad llegó a contar con cientos de residentes de los dos sexos que se dedicaban casi de una forma exclusiva a este artístico trabajo.
Sobre los restos mozárabes fue cogiendo forma lo que más tarde sería conocido como el Tabarense Cenobium que en el siglo IX ya acogía a una comunidad importante de monjes.
Cuando las hordas de Almanzor pasaron por la zona en la destructiva campaña que llevó al caudillo musulmán hasta la ciudad que acogía los restos del apóstol, fue arrasando a su paso con todo lo que se encontraba contrario a sus creencias y los monasterios de la zona, incluido el de San Salvador sufrieron las iras del líder árabe.
Entre el periodo de su fundación y el paso de Almanzor, fue cuando el Cenobio Tabarense adquirió su mayor grado de esplendor con algunas de las obras más hermosas que jamás se hayan creado. Actualmente se conservan tres de estos trabajos y se desconoce los que fueron destruidos y no tuvieron el mismo destino.
Sobre los restos del Cenobio de San Salvador, se erigió la nueva iglesia en estilo románico dedicada a Santa María y consagrada en el año 1137 por Roberto que era en aquellos momentos el obispo de la diócesis de Astorga.
De aquella construcción original, únicamente han llegado hasta nosotros los muros laterales y la torre que es como se conoce popularmente a este templo en la actualidad.
La torre tiene planta cuadrada, está construida en piedra silícea y consta de tres cuerpos en cada uno de los cuales hay ventanas en forma de arco de medio punto. La parte superior es románica del siglo XII y la inferior data del siglo IX.
Los beatos del Scriptorium tabarense
Fue el abad Víctor del cercano monasterio de San Miguel de Moreruela quien encomendó el encargo de realizar una copia del Beato de Liébana para la biblioteca de su monasterio y entre los años 940 y 945 vio la luz el primero de los beatos que tuvieron su fábrica en la comarca tabarense.
Beato Morgan
Este primer beato conocido también como San Miguel, se encuentra en la actualidad en la Biblioteca Pierpont Morgan de Nueva York.
No hay unanimidad en cuanto al lugar en el que fue elaborado, algunos estudiosos afirman que se realizó en el monasterio de San Miguel de Escalada, pero los que han profundizado en el cenobio tabarense y son los más doctos en esta materia como el profesor Williams, aseguran que se trata de San Miguel de Moreruela y José Ramos, alcalde de Tábara, en la inauguración de este Centro de Interpretación apoyó esta tesis asegurando que de ahora en adelante y a falta de una constatación documentada, él apoya la tesis de Williams y desde ahora en adelante se referirá a este primer beato como el beato Morgan o el beato de San Miguel de Moreruela.
El monje al que se encomendó este trabajo fue Magius que realizó la mayor parte del mismo aplicando técnicas revolucionarias en la época, que no se contemplaban en el beato del que fue tomando la inspiración.
Los ornamentos geométricos que fue empleando, la iluminación con la que elaboró las 89 miniaturas, incluso la utilización del oro en algunas páginas que posteriormente fue raspado, confirieron a este primer beato una luminosidad desconocida hasta la fecha.
Beato de Tábara
Este beato elaborado íntegramente en el scriptorium tabarense, se encuentra en la actualidad en el Archivo Histórico Nacional de Madrid.
Ha perdido parte de sus ilustraciones aunque conserva algunas en muy buen estado, destacando la representación de la torre-escritorio en el que se refleja la actividad de los monjes artistas trabajando en los códices que elaboraban.
Comenzó esta obra Magius, pero el día de San Fausto (30 de octubre) del año 970 fallece dejando el trabajo incompleto y es su discípulo más aventajado, Emeterio, quien culmina esta obra para la que es ayudado por el escriba Monnius quienes la dan por concluida el 27 de julio del año 970.
Beato de Gerona
Un tercer beato se conserva de la fábrica tabarense y se le conoce como el beato de Gerona porque desde el año 1070 que fue donado a la catedral de esta ciudad por capiscol Juan y desde entonces se conserva y se custodia entre los muros de este templo catalán.
Este beato conserva 114 miniaturas y fue realizado por Emeterio y el escriba Senior y también colaboró Ende, seguramente una monja del monasterio que fue la primera mujer de la que se conserva en la península una obra firmada.
Este beato fue terminado en el año 975, pocos años antes del avance del guerrero musulmán que asoló buena parte de los centros en los que se realizaba un culto cristiano.
Los tres beatos constituyen ese patrimonio que Tábara ha dado al arte del mundo, seguramente en esos momentos de la historia, como afirmaba José Ramos, Tábara era el centro cultural más importante que había en el mundo porque el trabajo que se hacía en el scriptorium no ha tenido parangón en la historia.
Centro de Interpretación Beato de Tábara
Por ese motivo, Tábara tenía que ser el lugar en el que se pudieran interpretar estas obras maestras del arte y el empeño de su alcalde José Ramos y del párroco local José Manuel Ramos en dotar al lugar donde fueron concebidos de ese espacio para que los visitantes puedan conocer lo que la historia ha conservado y podamos ver y comprender estas obras inigualables.
La inauguración de esta exposición fue realizada por Alberto de Castro, Delegado Provincial de la Junta de Castilla y León que se encontraba acompañado por los artífices y valedores de este proyecto, el alcalde de la localidad y el párroco de Tábara.
Jose Ramos, en un sencillo pero emotivo acto quiso dedicar unas palabras para todos los que habían colaborado de una forma o de otra en que este proyecto fuera una realidad y antes de comenzar con los agradecimientos pidió un respetuoso minuto de silencio por el profesor John Williams fallecido recientemente.
El profesor Williams, una de las máximas autoridades en esta materia, ha sido uno de los principales valedores del Scriptorium de Tábara y desde el mismo momento en el que llegó a la población han sido numerosas las ocasiones en las que ha trabajado para que los beatos del scriptorium tabarense estuvieran en el lugar que les corresponde.
Ha sido una pena que el profesor Williams no pediera realzar con su presencia este acto porque el 6 de Junio falleció, pero muchos de los presentes, estaban convencidos que se encontraba allí en espíritu, porque lo que se inauguraba también era una cosa de él.
Fue uno de los principales valedores sobre la autoría y ubicación del primero de los beatos que se establecen en la comarca y era de la opinión que el beato Morgan tenía la fábrica del monasterio de Moreruela.
El alcalde, anuncio que en sesión plenaria y por unanimidad se había decidido hacer hijo adoptivo de la villa de Tábara a John Williams y este reconocimiento lo recogerán sus allegado en un acto para el cual ya se está trabajando al objeto de que se encuentren las personas que mejor pueden representar al profesor.
En el momento de reconocer la labor que cada uno había tenido una parte de responsabilidad, José Ramos fue citando a los que de una u otra forma habían apoyado el proyecto que ahora se presentaba.
La Junta de Castilla y León apoyó esta iniciativa con la presencia de Alberto de Castro, Delegado Provincial en Zamora.
La agencia de Desarrollo ADATA, ha sido uno de los valedores de este proyecto financiando el 90% de la inversión realizada, siendo el Ayuntamiento quien se hizo cargo del 10% restante. Ildefonsa Salgado presidenta de ADATA y José Maria Polo gerente de esta entidad ratificaron con su presencia el compromiso de ADATA en este proyecto y como Ildefonsa decía, apoyando la cultura de nuestro pueblo porque es uno de los patrimonios más importantes que crea sinergias en otros sectores de actividad económica; medio rural, turismo, gastronomía,…
José Manuel Ramos, desde que se hizo cargo de la parroquia de Tábara, ha sido uno de los principales valedores de este proyecto que debido a sus conocimientos como licenciado en historia, se dio cuenta de la importancia que tiene lo que hace más de mil años se fue creando en la población.
Fernando Regueras es catedrático de historia que ha realizado uno de los mejores trabajos que se han publicado sobre el scriptorium tabarense y como decía muy bien el alcalde, lo ha hecho por amor al arte, nunca mejor dicho porque su trabajo se ha realizado de una forma desinteresada y altruista.
También se encontraban en este acto Teresa Martin una aventajada discípula del profesor Williams que de alguna manera representaba a este estudioso del arte de los beatos.
Representando a la Asociación de estudios Benaventanos Ledo del Pozo, se encontraba su secretario José Mariño.
Finalmente, estaban los artífices de lo que a continuación íbamos a poder contemplar; Emilio Alejando, Monica Major y Eduardo Penedo que es Historiador y el responsable del equipo técnico que ha llevado a cabo el montaje de la exposición.
Rompiendo el protocolo, el Delegado Territorial tomo la palabra y quiso mencionar y agradecer a una persona que no se había nombrado, José Ramos, alcalde de Tábara que con su tesón, entusiasmo y trabajo ha conseguido colocar al Scriptorium de Tábara en el lugar que le corresponde y que los beatos tengan ese reconocimiento y conocimiento por parte de las generaciones futuras y una muestra de ello es el Centro de Interpretación que se inauguraba.
Pero José Ramos, sabe que es solo el comienzo de lo que quiere dejar como legado a la población y a los más de ocho mil visitantes que cada año visitan el Scriptorium, el proyecto es más ambicioso y ya está trabajando en una reproducción del Scriptorium y una del Monasterio de San Salvador que está convencido que con el apoyo institucional será a corto plazo una realidad.
Visita al Centro de interpretación Beato de Tábara
Eduardo Penedo, responsable de la exposición, fue el que tomó la palabra para explicar a los asistentes lo que se iban a encontrar en su recorrido que estaba reflejado en un tríptico que se había confeccionado para las visitas.
En un panel se muestra cómo es la Iglesia de Santa Maria de Tábara y las distintas fases que ha conocido a lo largo de la historia desde su construcción.
Hay una muestra de las piezas arqueológicas que se han conseguido recuperar y las que han ido apareciendo en algunas de las excavaciones que se han realizado.
Un panel en el que se muestra cómo estaba concebido el monasterio de San Salvador de Tábara.
Referencias históricas sobre la época en la que está centrada la muestra que hay en el interior de la torre.
Un panel que explica qué son los beatos y los que se conocen que se han conservado a lo largo de la historia así como el lugar en el que fueron concebidos.
El códice iluminado, cuando el color comenzó a formar parte de los códices y los fue llenando de luminosidad convirtiéndolos en unas obras de arte inigualables.
Un panel que muestra lo que fue el scriptorium de Tábara y lo que representó en su momento en la elaboración de todos los códices que allí se concibieron.
Otro panel explica cómo fue realizado el beato de Tábara y algunas de las láminas más relevantes y conocidas de este códice.
En una vitrina se muestran cuatro facsímiles con la reproducción fiel de los tres beatos que se concibieron en el scriptorium, el beato Morgan consta de dos códices.
En un panel se pueden ver el resto de los beatos que se conservan dando una información sobre el lugar en el que fueron creados y lo más destacado de cada uno de ellos.
Finalmente hay una sala en la que se muestra de una forma continua un documental que explica de una forma audiovisual todo lo que son y representan los beatos que se concibieron en el scriptorium en el que nos encontramos.
Los amantes del arte, tienen ya un lugar en el que poder satisfacer su interés y ampliar su conocimiento sobre esta parte de la historia y sobre este patrimonio que se creó en Tábara hace más de mil años y que representa la mayor muestra del arte que se podía uno imaginar en la época en la que fue concebido.