Ángel Ferrero – 09 de mayo de 2018.

 

Cómo llora el río Esla

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allá por Castrogonzalo,

entre cipreses de ensueño

y sauces de verde llanto.

 

La juventud abatida

al cielo envía un reclamo

que sobre urdimbre de urgencias

pone trama de desmayos.

 

Ángeles bajan del cielo

por si pueden hacer algo.

En las plumas de sus alas

traen los divinos bálsamos.

 

El alma cogen en vilo

para llevarla a lo alto

como un ramo de azucenas

robadas al mes de mayo.

 

En Tábara las campanas

no dan sonidos, dan llanto

que se trenzan por el aire

con los de Castrogonzalo.

 

El mismo León Felipe

lanza un suspiro, y su llanto

se pierde por las estrellas

en esta noche de mayo.

 

Cómo lloran los cipreses

de todos los camposantos

y cómo lloran los sauces

de los ríos zamoranos.

 

Por el borde sinuoso

de las orillas del llanto

los ángeles de la guarda

andan con pañuelos blancos.

 

Ay mi Leticia Rosino,

rosa de pétalos blancos,

ante la Virgen del Carmen

das comienzo al mes de mayo

con baile de paloteo

que a ella le gusta tanto.

 

Ay mi Leticia Rosino,

rosa de rosal humano

que en la ramas abatidas

espinas nos has dejado.

 

Pero en las ramas ya vemos

tu recuerdo rebrotando

con hojas de siemprevivas

y perfumes de pasado.

 

Duerme en paz, cara Leticia,

envía desde lo alto

consuelos de hierbabuena

para los que te aman tanto.

 

Y mientras el río Esla

va desgranando su llanto

nosotros, joven Leticia,

estamos por ti rezando.

 

Ángel Ferrero

Colmenar Viejo 7 de mayo de 2018

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