Tábara, conocida por su rica historia, se convirtió en el epicentro musical el pasado 24 de agosto, cuando la Academia Internacional de Música de Tábara presentó un emocionante concierto de solistas. El evento, que tuvo lugar en el Salón de Actos del Edificio del Reloj, reunió a jóvenes talentos musicales de la academia en una noche que celebró el buen hacer y la pasión por la música clásica.
El Concierto de Solistas fue el culmen de un arduo trabajo de los estudiantes y profesores, por igual, demostrando el compromiso de la academia con la formación de músicos completos y apasionados.
El programa de la noche presentó una selección de piezas musicales, abarcando desde los clásicos inmortales hasta composiciones contemporáneas. Los solistas, algunos de los cuales aún no han cruzado la mayoría de edad, conquistaron el escenario con una confianza y una destreza que emocionaron al público con sus notas. Desde los vívidos acordes de Haydn hasta las evocadoras notas de Wieniawski, cada interpretación resonó con un profundo compromiso y un entendimiento innato de la música.
Una de las actuaciones más destacadas de la noche fue la de Frida Moliner, una joven violinista de apenas 12 años que cautivó a la audiencia con su emotiva interpretación del «Concierto Adelaida en Re Mayor» de Mozart/Casadesus. El público no pudo evitar aplaudir de pie ante su dominio del instrumento y su capacidad para transmitir una gama de emociones a través de su música.
«Este concierto es un testimonio del arduo trabajo y la dedicación que nuestros estudiantes ponen en su música. Estamos increíblemente orgullosos de lo lejos que han llegado y de las conexiones emocionales que han establecido con sus instrumentos», dice Juan María Cué, director de la Academia.
La noche culminó en una ovación de pie unánime y prolongada, llena de gratitud y admiración por lo que los jóvenes músicos habían logrado en el escenario. El Concierto de Solistas de la Academia Internacional de Música de Tábara no solo fue un testimonio del talento individual, sino también una celebración del poder de la música para unir a las gentes y trascender las barreras lingüísticas y culturales.
Este evento quedará en la memoria de Tábara como un hito musical inolvidable. Los jóvenes solistas, guiados por su amor por la música, dejaron una impresión imborrable en el corazón de la audiencia y reafirmaron el lugar de la Academia Internacional de Música de Tábara como un faro de esperanza y creatividad en el mundo de la música clásica.