Tábara, 26 de Agosto 2013

Elvira Monteso, Alcaldesa de Faramontanos de Tábara
Ante todo, muchísimas gracias a todos por estar hoy aquí para celebrar el 50 aniversario de D. Diego.
Queridos vecinos, no os imagináis la enorme satisfacción que siento por dar cumplimiento a un compromiso de gratitud con D. Diego por su labor durante estos años en Faramontanos.
Gracias a todos vosotros por hacer posible que estemos hoy aquí y permitidme que os lo agradezca dedicándoos este aplauso.
Gracias también a los que día a día habéis colaborado con la Iglesia en su mejora continua. Y no sería justo olvidar a las personas anónimas que han hecho posible importantes reformas en la Iglesia, Gracias. Pero sobre todo gracias a D. Diego por su entrega en cuerpo y alma a su vocación cristiana y al esfuerzo realizado. Ese es el principal motivo que nos une hoy aquí. El reconocimiento al sacerdote, al amigo, al consejero, a una persona que lo ha dado todo por su pueblo. Él ha explicado a generaciones el sentido de la vida cristiana y la transmisión de valores. Por eso al principio decía que 50 años no son nada, cuando la vida, la entregas a los demás.
Atrás quedó la sagrada ordenación, aquel día soñado, aquella luna de miel, como atrás quedaron tantos y tantos vecinos que le hubiera gustado estar hoy aquí celebrando este día, pero desgraciadamente no podemos cortar el vuelo emprendido. Ojala algún día podamos todos
reencontrarnos y volver a recordar los momentos felices que todos vivimos en el pueblo.
Todo pasa y todo queda y lo nuestro es pasar, pasar haciendo caminos, caminos sobre la mar.
Hoy tenemos todos una mezcla de emociones difíciles que no podemos ocultar, porque la trayectoria de D. Diego en estos cincuenta años, todos la conocemos y no seré yo quien la comente, porque ahí está la Iglesia y sus feligreses. Pero lo que sí quiero decirle, aunque no creo tenga ninguna duda, de que en Faramontamos D. Diego es querido, respetado y admirado por todos.
Llegó a Faramontanos hace 50 años, se dice pronto. Es difícil no tener ningún problema durante tantos años.
Le recordaré:
- Primer bautizo.- MaribelBoya
- Primer matrimonio.- Hortensia y Juanito
- Primera defunción .- Gorgonio Monteso
Y así tantos y tantos. Por eso todos nosotros estamos en deuda con Vd. y hoy queremos agradecérselo personalmente.
Vd. nos llama cada mañana con ese toque de campana certero y puntual, y la gran mayoría no acudimos y Vd. insiste e insiste cada día, ruego sepa perdonamos en nombre del Señor.
Ahora, después de muchos años, es el momento para la reflexión que nos permita valorar con mayor objetividad
posible lo que hemos logrado en el pueblo y en la Iglesia en particular y lo que aún nos queda por hacer juntos.
Vd, siempre fue puntual, lo que indica que vive a fondo su propia identidad de sacerdote. Hoy a su edad muchos han abandonado o retirado y Vd. sigue y sigue y nosotros queremos que siga con ese fervor y entusiasmo tantas veces demostrado .Por eso D. Diego, ¡adelante! como Vd. tantas veces me ha dicho.
El acto que hoy realizamos, es indispensable que los pueblos se acostumbren a rendir sus homenajes a sus consagrados, en vida.
No podemos olvidar que todo pueblo se construye a partir de tradiciones y costumbres y en eso también Vd. ha sido incansable ( Rogativa, San Martín, Semana Santa, San Antonio, Santa Lucia, San Blas etc. etc. y no sigo porque si hay entre nosotros algún forastero, pensará que estoy leyendo la letanía.
Quisiera terminar dándole gracias a Dios por estos cincuenta años inolvidables y con una palabras de Machado.
» Todo pasa y todo queda
pero lo nuestro es pasar
Pasar, haciendo camino
Camino sobre la mar.
Y pobres de nosotros
Cuando el jilguero no pueda cantar
Cuando el poeta, es un peregrino
Cuando de nada no sirva rezar ….
Caminante no hay camino
Se hace camino al andar
Con muchísimo cariño D. Diego. Gracias, Gracias en nombre del pueblo y en el mío propio.
50 AÑOS NO SON NADA CUANDO LA VIDA LA ENTREGAS A LOS DEMÁS
Elvira Monteso