Hay personas que pasan por esta vida y en el momento que se van, dejan un vacío en su círculo más cercano y en sus familiares, sin embargo hay otras que además, van dejando una huella que se convierte en ese recuerdo, que tarda mucho tiempo en diluirse.

José Manuel con Jesús Calleja en el programa Volando Voy

José Manuel Ballesteros, Pascualín como a él le gustaba que le llamaran, porque era el apodo familiar que había heredado de generaciones anteriores, era una de esas personas que no pasaba indiferente y siempre tenía un comentario o un gesto, con el que tratar de agradar a los que se encontraban a su lado.

Su vida siempre se ha encontrado ligada a esta tierra, era un hombre conocedor de esos valores que esta tierra nos puede llegar a ofrecer y durante el tiempo que permaneció en ella, una vida muy intensa para un infatigable trabajador como él, que dedicaba la mayor parte de las horas del día a atender las obligaciones que diariamente tenía.

Su marcha, no ha dejado indiferente a una buena parte de la gente de esta tierra, que lo ha lamentado, porque era una persona ilustre y siempre querido por la mayoría.

Desde muy pequeño, Pascualín ha seguido la tradición familiar que siempre había estado ligada a los productos de la tierra y a lo que ésta nos proporciona. Sus abuelos, en la primera mitad del siglo pasado ofrecían acogida en Tábara a través de una posada de postas a los transeúntes que iban de norte a sur y su padre Manuel Ballesteros, fue el primero de la generación, que aprovechando las bondades de lo que esta tierra producía, en los años 50, estableció en Tábara, una carnicería desde la que poder dar salida al ganado que cuidaban y que representaba su medio de vida.

José Manuel con Jesús Calleja en el programa Volando Voy

Pascualín heredó el negocio paterno y siguió con la tradición familiar, aunque su buen hacer, pronto le hizo incrementar este patrimonio llegando a hacerse cargo de 350 ha, que le suministraban el forraje, los pastos y el cereal necesario para alimentar a las más de 2000 ovejas de raza castellana, que en un momento llegaron a estar en riesgo de extinción y él consiguió mantener ese producto autóctono de lechazo y el cordero de la Sierra de la Culebra.

La gente emprendedora siempre tiene amplios horizontes y Pascualín, era uno de esos emprendedores a los que se le quedaba pequeño su pueblo y buscó la forma y trabajó para expandir lo que producía. De esta forma fue abriendo canales de distribución en restaurantes de la provincia, donde les proveía con sus productos, en carnicerías de todos los pueblos de la provincia y finalmente a través de distribuidores, consiguió que su horizonte se ampliará de una forma importante.

Pero sus orígenes, estaban en Tábara, era el sitio donde había nacido y el lugar en el que se sentía feliz porque estaban sus raíces y también era de las personas que sentía los valores de esta tierra.

Su afán de expansión le llevó a abrir nuevos puntos de venta en Monfarracinos y en Zamora y con la ayuda de sus hijos José Manuel y Ricardo, que han continuado la tradición familiar, ha conseguido crear una empresa que en la actualidad da trabajo a más de una docena de personas.

Sus hijos son ahora la tercera generación, esa que los estudiosos del mercado aseguran que es la crítica para cualquier negocio familiar, pero han tenido un buen maestro del que han aprendido todo lo que un buen emprendedor necesita saber y seguro que sabrán mantener y ampliar el legado paterno.

Le hemos dicho adiós a Pascualín, es uno de esos momentos en los que los recuerdos de las personas se agolpan en nuestra mente y seguro que la mayoría de los que le hemos acompañado en este último viaje, hemos tenido más de uno y todos habrán resultado agradables, como generalmente era siempre amena y agradable la compañía de José Manuel.

Llega ese momento en el que las personas nos dejan, es ley de vida y más tarde o más pronto todos debemos pasar ese trance, pero personas como Pascualín, no se marchan del todo, porque nos dejan ese legado que permanece en el recuerdo y tarda mucho tiempo en diluirse.

Te recordaremos Pascualin y sobre todo agradecemos lo que has hecho por esta tierra a la cual has dedicado toda tu vida, dejando en ella esa buena semilla que tanto necesitamos.

Descansa En Paz, Pascualín

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