almeida – 28 de febrero de 2018.
Hacía mucho, seguramente demasiado tiempo, que Tábara no amanecía tan blanco como hoy. Algunos echando mano de los recuerdos, les venía a la mente esa imagen de diez años atrás, cuando el pueblo amaneció con un manto blanco, pero no tanto como en esta ocasión, que el espesor de la nieve ha llegado a alcanzar en algunas zonas los 30 cm.
Ya lo dice el refrán; “año de nieves, año de bienes” y el manto blanco que ha caído durante toda la noche va a servir para aliviar y sobre todo para humedecer la sequedad acumulada del terreno que se encontraba completamente árido después de casi dos años sin tener unas precipitaciones normales.
Ha sido una nevada de las que se recordarán durante algunos años, porque lo que antes era normal, llevaba demasiado tiempo siendo anormal y la escasez de las precipitaciones estaban haciendo que la climatología resultara demasiado anormal.
Muchos vecinos han salido a las calles para disfrutar de la nevada y algunos con sus cámaras de fotos la han inmortalizado para compartirla con los que se encuentran lejos y para recordarla cuando pase otra temporada con una climatología que no es propia de estas tierras ni de la época del año en la que nos encontramos.
Mientras unos, los mas jóvenes disfrutaban lanzándose bolas de nieve, otros se afanaban por dejar limpias las aceras que se encuentran delante de sus casas y los más imaginativos, confeccionaban algún muñeco de nieve que resaltaba en la mitad de la calle.
Ha resultado una bendición para el campo, porque cuando se vaya derritiendo la nieve, empapara la tierra que ya estaba con mucha falta de humedad y los manantiales y los pantanos se irán abasteciendo del líquido vital que ya estaba escaseando.
La imagen de Tábara ha cambiado, hasta la estatua del poeta del pueblo agradecía la nieve caída que se ha ido acumulando sobre sus hombros, que a modo de una gran bufanda blanca parecía que le protegía de las temperaturas tan frías que hacía en la plaza del pueblo.
Un día para recordar, para disfrutar de él, al calor de las chimeneas, contemplando desde las ventanas como todo se ha ido tiñendo de blanco ofreciéndonos un paisaje muy hermoso y sobre todo diferente.
Sin duda también los peregrinos que se encuentran recorriendo el camino disfrutarán de una jornada diferente. Para ellos representará un contratiempo por la dificultad que van a encontrar en su avance, pero con el paso del tiempo, recordarán esta etapa como una de esas que resultan especiales en su camino.
Las predicciones son optimistas y según las agencias metereológicas, durante toda la semana, tendremos una climatología adversa, aunque mirándolo desde el punto de vista de quienes dependen de ella, será estupenda, porque por fin, las estaciones se vuelvan a ajustar a lo que siempre nos habían ofrecido y esta es una época, en la que la lluvia y la nieve representan esos elementos tan necesarios para que el campo y la naturaleza sigan ese ritmo vital, tan necesario para que todo vuelva a la normalidad.
