Ellos son

Carlos Carrasco  Parés, sobrino de Severiana y María del Carmen García Rubí, natural de Orce, Granada.

Lo comunicaron con una invitación de tono azulado y aire mariachi.  Y allí nos presentamos, a orillas del Mediterráneo para acompañar a los primeros valientes que decidieron dar el paso.

PUBLICIDAD

                La noche previa fue memorable, o eso creemos… algo de lo que bebimos debió perturbar nuestras entendederas. Pero eran otros tiempos y la resaca duraba lo que tardas en tomarte otra cerveza. A la mañana siguiente estábamos como rosas y claveles. Corbatas, rimel, tacones: todo en su sitio.

                Nervios y expectación… Por fin hace su entrada la novia luciendo unas comodísimas botas, eso sí, totalmente personalizadas para la ocasión, que fueron la envidia de muchas invitadas.

                Silencio absoluto, el novio comienza a pronunciar sus votos.

–              Yo Mary te tomo a ti Carlos…. (Cara de perplejidad en los presentes) Empiezo otra vez… Yo Mary te tomo a ti Carlos… (Se escuchan las primeras risas)

–              Oye que la Mary soy yo… (Carcajada general)

–              Yo Mary…

                Ahora son ellos nos que sufren el ataque y la ceremonia tiene que pararse unos minutos….

                En ese momento me di cuenta que encajabais a la perfección, que nuestro Cata había encontrado su alma gemela. Un alma de preciosos ojos de cálido hielo y sabor a tumaca y trina de manzana. Supe que lo vuestro maduraría como el buen vino, y que cada año, por agosto, compartiríais con nosotros una copita.  Y no viajabais solos. Hemos visto crecer al cariñoso deportista y a ese a ese sol con rayos de color cambiante.

                Hace ya 25 años que supe que el día de hoy llegaría.  Es verdadero placer estar a vuestro lado. Muchísimas gracias por querer compartir este momento con nosotros. Se os quiere.

Galería de fotos; Esther Cid

Publicidad Dos sliders centrados