SAF- 29 de mayo de 2018.
Gracias a todos por acompañarnos en este momento.
Este apoyo es a la gran indignación que nos hace revelarnos y que se ha manifestado a través de vuestra presencia en este acto y con las miles de firmas, que se llevan recogiendo en diferentes pueblos de la provincia y también es el que queremos que pueda remover conciencias y quienes tienen la facultad de modificar los errores y las injusticias que llegan a crear en ocasiones las leyes, tengan el sentido común de poder modificarlas, antes que lleguen a causar situaciones irreversibles como la que se ha producido recientemente en nuestra provincia.
Gracias a todos por acompañarnos en este momento.
Por lo que podemos ver, somos muchos los que nos vamos concienciando del problema que estamos padeciendo y que nos ha convocado aquí. Aunque no estamos todos, porque siempre vamos a echar de menos a alguien y en nombre de esas personas que ya no están, para que podamos oír su voz, y en este caso en nombre de Leticia, os damos las gracias por el apoyo que con vuestra presencia sentimos y recibimos.
Este apoyo es a la gran indignación que nos hace revelarnos y que se ha manifestado a través de vuestra presencia en este acto y con las miles de firmas, que se llevan recogiendo en diferentes pueblos de la provincia y también es el que queremos que pueda remover conciencias y quienes tienen la facultad de modificar los errores y las injusticias que llegan a crear en ocasiones las leyes, tengan el sentido común de poder modificarlas, antes que lleguen a causar situaciones irreversibles como la que se ha producido recientemente en nuestra provincia.
La ley del menor no puede ni debe amparar a quienes disponen de la facultad de poder hacer daño, a unas penas que a todos nos parecen insignificantes y que no guardan ninguna proporcionalidad con el daño cometido. Cercenar para siempre una vida es algo muy duro e irreparable como también lo son las vidas de los familiares que ven como una parte de ellos se van con esa vida arrebatada.
Por eso debemos convertirnos en el grito de aquellos que ya no pueden gritar y tenemos que decir muy alto para que todos puedan escucharlo, que la justicia es algo que no se puede negar al pueblo y cuando la aplicación de las leyes consigue crear indignación, es porque la ley no es ni justa ni buena y es necesario modificarla para que al menos llegue a ser justa.
Señores políticos representantes de los ciudadanos, deben ser conscientes de que el pueblo se siente indignado y son ustedes los que ahora deben ponerse a la altura de las circunstancias y legislar, pero haciéndolo desde el sentido común y que el precio de una vida, no dependa de la edad de quien tiene la facultad de quitarla.