Ángel Ferrero –24 de agosto de 2016.
Con motivo del centenario de la Iglesia de Sesnández, D, Ángel Ferrero, ha publicado un folleto explicativo que recoge la historia de este templo.
Con su permiso, nos permitimos publicar íntegramente este trabajo porque nos parece muy interesante y digno de ser conocido.
Gracias Ángel.
HABLA LA IGLESIA DE SESNÁNDEZ
Un siglo llevo aquí. Vuestros abuelos
de sus frentes dejaron los sudores
aquí, en este lugar, hechos fervores
con alas de ilusiones y de anhelos.
En mi sombra de amor cuántos desvelos,
cuántas ansias y dudas y dolores
hallaron aquí paz. Cuántos amores
hallaron plenitud entre consuelos.
Bautizos, comuniones, funerales,
viacrucis, rosarios y novenas,
alegrías de cánticos nupciales .
Yo doy paz interior, rompo cadenas
que en el alma pudieran ser dogales.
¡ Es mi «cumple» y os pido enhorabuenas!
7 de marzo de 2016
¡CON LA IGLESIA HEMOS DADO, SANCHO!
Es esta una frase del Quijote, quizá una de las más usadas vulgarmente, que tuvo, no sé en qué momento de su existencia, la desgracia de toparse con alguien que la desgració para los restos. Ese alguien le vio un segundo significado que no tenía en su origen y para más inri le cambió una palabra, en vez de «hemos dado» puso «hemos topado», para añadirle violencia y hacerla más hiriente.
Así pasó al habla del pueblo adulterada y cargada de inquina que no ha dejado de usarla fuera de contexto y llena de odio hacia lo sagrado.
Pues bien, aquí pretendo usarla en el sentido primigenio, en el que le dio su autor cuando la escribió, sin pensar en qué se habría de convertir con el transcurso del tiempo.
Pero antes voy a copiar el párrafo del Quijote para que se vea lo que, en principio, quería decir.
«Guió don Quijote, y habiendo andado como doscientos pasos, dio con el bulto que hacía la sombra, y vio una gran torre, y luego conoció que el tal edificio no era alcázar, sino la iglesia principal del pueblo. Y dijo:
–Con la iglesia hemos dado, Sancho.
(Segunda parte del Quijote, capítulo IX)
Como puede verse, no hace falta explicación alguna para entenderla en su correcto significado.
Valga esta cita del Quijote para recordar a su autor que en este año cumple centenario de su fallecimiento.
Repasando la agenda privada de nuestro pueblo, me di o me topé, así de manos a boca, con que tiene anotado para el ario 2016, su primer cumplesiglos, bien poco para una iglesia, esa es la verdad. Pero no hay otra cosa.
Y ¿de dónde hemos sacado esa efeméride? Tenemos un documento que no admite vuelta de hoja, entre otras razones, porque es de mármol. Es una lápida con una inscripción en latín, pero voy a copiar lo que escribí hace unos años en mi libro titulado: «En un lugar de Zamora», en el capítulo IX, «La iglesia de Sesnández»:
«Cuando los pobres vecinos de la aldea que me vio nacer, edificaron a sus expensas la magnífica iglesia, que hoy tienen…»
Esto escribía el canónigo D. Tomás Blanco allá por los años treinta del pasado siglo. Esto quiere decir que poco antes de que él escribiera lo que antecede, había sido «reconstruida» la iglesia. He puesto entre comillas reconstruida, por lo que iremos viendo. Cuando se hizo la última reforma de la iglesia, que fue ayer, como quien dice, se quitaron de sus muros interiores dos inscripciones en sendas lápidas, que decían así: la de la izquierda mirando hacia el presbiterio:
«Sumptibus populi et cooperatione mirifice adiuvante Ilmo. D. Antonio Senso Lázaro, episcopo, reconstructum fuit et amplificatum hocce templum. Anno Dmini. MCMXVI.»
En la lápida de la derecha se leía lo que sigue:
Junta Administrativa para la reconstrucción de este templo.
M I. S. D. Tomás Blanco Lucas, Canónigo lector de Astorga
D. Natalio Furones, Párroco
D. Bartolomé Cifuentes, Coadjutor.
D. Miguel Blanco, Alcalde.
D. Ángel del Río
D. Ángel Mezquita
D. Bernardo Ferrero
D. Marcelino Rodríguez
D. Santiago Rodríguez
D. Tomás Blanco C.
Según lo que acabamos de leer parece ser que la actual iglesia está construida en el sitio que la anterior, pero nada más; es decir, no aprovecharon nada de la antigua, vamos, a lo mejor aprovecharon algún material, pero por lo demás mirando atentamente el edificio, no se ve que en ningún muro haya nada de antigua, todo es de la misma época y construcción. Esto quiere decir que podemos asegurar que nuestra actual iglesia fue construida en el año 1916, es decir, le quedan unos años para cumplir su primer centenario, concretamente once años.
Restauración Lápidas
Esto es lo que entonces escribí y ahora solamente añado que ya estamos en el año 2016, por tanto celebramos su cumpleaños.
En estos años no he descansado de mis investigaciones sobre nuestra historia local y puedo añadir más datos, que no figuran en el libro citado más arriba.
Empezaré diciendo que es obligatorio en las parroquias llevar varios libros: de bautismos, matrimonios, defunciones y uno llamado Libro de fábrica. En éste deben ir apuntadas las cuentas de las obras realizadas en el templo.
En las listas que figuran en internet de los archivos parroquiales existentes en el archivo diocesano de Astorga, aparece uno en Sesnández, de fábrica, se entiende, de 1933.
En la primera hoja dice lo siguiente:
En esa nota vemos que no hay libros anteriores a esa fecha, 1933, por tanto lo relativo a 1916 no existe. D. Jesús Cifuentes, que es el cura que firma ese escrito, era hermano del cura anterior, D. Bartolomé Cifuentes, vamos, que no era una persona ajena, y hablarían del asunto en alguna ocasión, pienso yo. D. Bartolomé, que murió en 1933, está enterrado en nuestro cementerio.
Después de mucho rastrear en los archivos, se me encendió una lucecita, tímida y vacilante. Como en aquel entonces nuestra iglesia no era parroquia ¿no podía ocurrir que las cuentas estuvieran en el libro de Ferreruela?
Comenté el asunto con el archivero de Astorga, D. José Manuel Sutil, y me dijo que cabía esa posibilidad pues solían darse casos de eso.
Solicité a nuestro párroco actual, D. José Manuel Ramos, el libro de Ferreruela y empecé a hojearlo con nervios y temor de que mi última esperanza se viera frustrada. Dicho libro comienza en 1910 y lo primero que trae es la reconstrucción de la iglesia de Ferreruela con todo lujo de detalles. Enseguida me fui a ver si en 1916 había algo así y ¡nada!
Empecé despacio y detalladamente a leer lo escrito por D. Natalio, que así se llamaba el cura de Ferreruela, los mayores lo recordamos, y vi que las cuentas eran de las dos iglesias, la de Ferreruela y la de Sesnández. Eso explicaba que no hubiera libro de Sesnández, sus cuentas estaban incluidas en las de Ferreruela.
En los dos primeros pliegos están todas las cuentas de la obra de la reconstrucción de la iglesia de Ferreruela, en el tercero vuelto, ya aparece lo siguiente: Sigue la data de la coadjutoría de Sesnández……
En las cuentas de 1914 aparece, en lo de Sesnández: dos pesetas de un jornal en recorrer el tejado de la sacristía de la iglesia.
Una peseta cincuenta céntimos de clavos para arreglar la escalera del campanario.
Por la segunda nota vemos que la escalera del campanario era de madera.
El caso es que en las cuentas relativas a los años que van del año 1910 a 1914 figura lo que ya hemos escrito más arriba: Sigue la data de la coadjutoría de Sesnández
En las cuentas de todos los años se ve que se refieren a las cuentas de ambas iglesias, pues figuran las expresiones: de dos iglesias, dos lámparas, etc.
Pero no en todas aparece la que hemos puesto más arriba: Sigue la data…
La verdad es que todo me resulta desconcertante y no sé cómo atar ciertos cabos. Después de mucho dar vueltas al asunto he llegado a alguna conclusión que no sé si será descabellada o estará dentro de lo razonable.
En primer lugar, pienso que para anotar las cuentas de la obra grande de 1916, era preciso estar a pie de obra y no desde Ferreruela, por tanto, pudo ocurrir que D. Natalio dijera al coadjutor, D. Bartolo, que él tomara nota de todo, pues estaba sobre la obra.
Suponemos que D. Bartolo la tomaría, pero, claro, no tenía «Libro de Obra» por tanto pudo hacerlo en hojas sueltas. A partir de ahí, pudo dejar las hojas en el archivo local o entregarlas a D. Natalio; lo suyo hubiera sido lo segundo para que D. Natalio las pasara al correspondiente «Libro de Fábrica». También pudo ocurrir que se las diera y D. Natalio, no las pasara al libro. ¿Estarán, si es que existieron alguna vez, en algún sitio esas supuestas hojas?
Continuaré buscando y buscando sin desanimarme hasta el final.
Como he dicho antes, todo me resulta desconcertante. ¿Cabe pensar que a D. Natalio no le cayera bien el que declararan en el obispado parroquia la iglesia de Sesnández?
Yo juzgo que el que ocurriera ese nombramiento fuera por el influjo de nuestro canónigo D. Tomás Blanco, que, como hemos visto en otros sitios, tenía mucha influencia en Astorga.