almeida – 26 de noviembre de 2017.
Los investigadores y estudiosos de la historia, en muchas ocasiones, a través de un pequeño detalle que puede parecer de escasa importancia, van tirando del hilo hasta llegar a donde se encuentra la madeja y encontrar esas respuestas que parecían perdidas en el olvido.
Hace ya unos años, a través de las páginas de la revista Brigecio que publica El Centro de Estudios Benaventanos Ledo del Pozo, se comenzaron a publicar una serie de trabajos que fueron sacando a la luz la importancia que el Scriptoriun Tabarés tuvo para el arte medieval, dando a conocer los trabajos que Magius y Emeterius fueron creando entre las piedras del desaparecido Monasterio de San Salvador de Tábara.
Ahora, una nueva publicación firmada por Miguel Ángel Marcos Villán conservador del Museo Nacional de Escultura de Valladolid, nos acerca a los orígenes de la Villa de Tábara y al sepulcro que pudo conservar los restos del fundador del Señorío de Tábara, Pedro Pimentel Vigil de Quiñones, hijo del III Conde de Benavente y primer Señor de Tábara.
Como suele ocurrir en estos casos, la casualidad, es la que se alía en ocasiones con quienes saben descifrar los hallazgos que van surgiendo y un estudio pormenorizado de lo encontrado, nos conduce a ir conformando el puzzle de la historia.
El hallazgo de los restos de cuatro esculturas de mármol del siglo XVI, en la casa que perteneció en su día a los marqueses, a pesar del deterioro que presentan con mutilaciones importantes y decapitadas, ha permitido identificar a los personajes a quienes estaban dedicadas, una de ellas pertenecía a San Juan Evangelista y las otras representan a tres de los cuatro padres de la Iglesia; San Jerónimo, San Agustín y San Ambrosio.
Se cree que las cuatro figuras formaban parte de un monumento funerario del posible sepulcro de Pedro Pimentel fallecido en el año 1504, porque en el inventario del testamento se hace constar que en el altar mayor de la Iglesia había un sepulcro grande erigido en memoria del primer señor de Tábara.
Sin duda es un hallazgo importante que permitirá ir conformando ese puzzle de la historia que a veces parece sencillo de poder ir escribiendo, pero solo se consigue a través de la minuciosidad y el estudio de pacientes investigadores que van conformando la historia con pequeños grandes hallazgos como este, que se recoge en las páginas de la revista Brigecio que recomendamos su detenida lectura, para conocer un poco más de esa historia que nunca se olvida del todo y de vez en cuando resurge al desempolvar una parte de ella, con hallazgos como el que les ofrecemos a continuación gracias a la gentileza de Enrique López Fernández, propietario de las tallas y a los responsables de la publicación.
Pincha aquí para ver el estudio