Raquel Herrera – 1 de abril de 2015.

“ …  Fue Tere la que reaccionó desde el primer momento para ayudarlo por todos los medios existentes a superar en lo posible ese problema del cromosoma de más…”.

 “… A ti, desde el momento de su nacimiento, la noticia del infortunio te golpeó con fuerza, porque de repente descubrías que, de todas las desdichas posibles, esa era una de la que jamás habías previsto ser víctima. De niño y muchacho estuviste cerca de otros coetáneos que tenían esa misma carencia que tu hijo en diversas formas, y siempre los contemplaste con extrañeza, como si no fuesen congéneres, como si perteneciesen a una especie no completamente humana…”

“Silvio absorbía la atención de ella de forma desmesurada, era como si parte de la energía que antes consumía en vuestros ardorosos abrazos la hubiese transferido a la atención permanente de quien a tus ojos era solamente el pobre bobo, una expresión que nunca te atreviste a decir en voz alta…”

(“El Río del Edén”. José María Merino.)

Premio Nacional de Narrativa 2013.

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