almeida 5 de abril de 2017.
Conferencia final: Sentir o silencio de um antiguo claustro: escutar a voz que vibra dentro da alma
Aires A. Nascimento de la Academia das Ciencias de Lisboa e Centro de Estudios Classicos da Universidade de Lisboa fue el encargado de cerrar estas jornadas con una conferencia sobre los silencios en los antiguos claustros.
Por diferencia idiomática es posible que no pudiéramos captar toda la esencia de lo que el profesor trató de decirnos, pero a grandes rasgos, creo que la parte esencial fue comprendida por la mayoría de los que estábamos presentes.
En el territorio de sus recuerdos quiso extraer aquel momento del año 1.974 cuando conoció al profesor Williams en Madrid, todavía tendría que descubrir al Beato de San Miguel de Escalada, al que más tarde siempre se refirió como San Miguel de Moreruela y al Beato de Tábara creado por el genial Magius.
Sobre lo que para él significa el silencio, cada vez que piensa en ello le viene esa frase famosa en la que se dice: El que tenga algo que decir que lo diga ahora o que calle para siempre”, él ha decidido callar para siempre y es por ese motivo, por el que quiere hablar del silencio.
Se puede vivir de otra manera en el mundo, pero hay muchas personas que eligen el silencio. Y contemplando la torre erguida de Tábara podemos deleitarnos cuando vemos en los aires que es atravesada por un haz de luz que surge en medio de las nubes, en ese mismo lugar en el que Magius y Emeterius dejaron su recuerdo mientras se afanaban en la confección del códice que les convirtió en inmortales.
Tábara tuvo un monasterio importante, aunque para el ponente la cifra que se maneja de que acogió a 600 monjes, le resulta un tanto exagerada porque es imposible que pudieran caber tantos entre aquellas piedras.
Pero allí nació un libro de la vida, ese que va marcando el camino que solo se pudo concebir en el silencio que existió en aquellos claustros que ahora se encuentran vacíos.
Los silencios que se perdían entre los muros de los monasterios, solo eran concebibles en la armonía con la que eran frecuentemente acompañados por los rezos de los monjes.
Resultaba un lenguaje común en los horizontes de los claustros en donde se podía concebir un destino común y la vida claustral era el lugar en el que se encontraba ese silencio existencial tan necesario para poder vivir en comunidad.
Entre los muros de los monasterios, un monje recibía un libro a principios de la Cuaresma y esos libros representaban con su lectura la transmisión del conocimiento porque, los libros tienen la virtud de liberarnos de las palabras y en la contemplación y en la lectura es donde podían encontrar lo que buscaban en sus silencios.
Solo en el silencio se pueden buscar esos momentos en los que se produce la creatividad y a veces solo es preciso entrar en el interior de una iglesia para encontrar el silencio que vamos buscando
También en la soledad de la peregrinación conseguimos esos momentos de silencio en los que podemos llegar a encontrarnos y conocernos un poco mejor a nosotros mismos.
La palabra del perdón y la presencia de Dios es algo que se nos ha transmitido a través de los profetas y generalmente se ha realizado en silencio.
Por eso, generalmente es importante cada una de las palabras que conseguimos cuando más se necesita escuchar en el silencio que se produce en el interior de los claustros.
Clausura
José Ramos, aseguró que recogía el guante que se había lanzado y continuaría con esta labor que ha venido haciendo desde hace más de veinte años y si contaba con la transcripción de cada una de las ponencias que se habían expuesto, buscaría la forma de publicarlas para que quienes no han podido asistir a las mismas puedan conocer todo lo que se ha expuesto a lo largo de estos dos días.
Quiso agradecer a todos los que se han volcado con su trabajo para que estas jornadas hayan tenido la aceptación y el reconocimiento que se percibe en los asistentes y como no, a los ilustres invitados por compartir con nosotros una buena parte de sus conocimientos y de su inteligencia y sobre todo la dedicación que nos han dispensado.
Cada uno de los ponentes en la materia que ha abordado nos han iluminado sobre todo lo concerniente a la vida monástica y a saber un poco más sobre el arte medieval tan presente en el lugar en el que hace más de mil años tuvo tanta relevancia.
También quería tener un especial recuerdo para alguien que no se encuentra con nosotros pero estará siempre presente en Tábara, el profesor Williams, siempre será ese referente que todos recordaremos cada vez que se hable de los beatos que se crearon en el Monasterio de San Salvador.
Finalmente, todo lo que hemos escuchado y vivido durante estos dos días ha sido posible gracias a una serie de empresas que han colaborado para que el resultado de las jornadas sea el que todos deseábamos y que son las siguientes:
Fernando Regueras, aseguró que desde ahora no solo en Tábara se pensará en una persona cuando se escuche la palabra beato como ocurría hace veinte años a partir de ahora en Tábara y en muchos sitios más, sabremos que se está hablando de unas obras que son únicas.
Después de más de veinte años bregando por poner en su sitio a este importante lugar por su aportación a la cultura hispánica y europea, se siente satisfecho por el colofón que se ha puesto a tanto tiempo de trabajo.
En su recuerdo estaba ese primer momento en el año 1.994 cuando a través de la revista Brigecium, se ofrecía el primer artículo sobre el Scriptorium de Tábara.
Seis años después, en el 2.001 fue una satisfacción comprobar que más de 13.000 personas estaban interesadas por los Beatos de Tábara y asistieron a la explosión que se realizó en el pueblo
También representó un hito cuando en el año 2015 se creó con mucho esfuerzo, pero también con mucha ilusión el Centro de Interpretación de los Beatos de Tábara.
Ahora nos encontramos en el año 2.017 que representa el comienzo de algo que puede llegar a ser más serio y sobre todo distinto. Por ello lanzó un toque de atención para que quienes sepan escuchar lo que deben oír, que lo entiendan.
Lo más importante para Fernando es que detrás de todas las instituciones que se implican en un proyecto entusiasta hay personas y esas personas con nombre y apellidos son los que hacen posible que los proyectos sigan adelante.
Y un especial recuerdo para aquellas personas que sin desánimo han trabajado durante este tiempo por un sueño en el que creían y han conseguido que ese sueño se haya contagiado a muchas más personas y ahora se viva como una realidad.
Severiano Hernández, aseguró que lo que hemos vivido y disfrutado estos dos días en Tábara ha sido posible gracias a la implicación y al entusiasmo que en todo momento han tenido sus compañeros.
También quiso agradecer la disponibilidad de los ponentes que nos han ilustrado con su conocimiento en cada uno de los temas que han abordado.
Y finalmente una mención especial para María Teresa Lizaranzu por su dedicación y trabajo para que el reconocimiento que la UNESCO ha dado a los Beatos, y nos permita que en la memoria colectiva sigamos recordando ese pasado del que sentirnos orgullosos y sobre todo lo conservemos para los que nos preceden.