almeida –06 de enero de 2017.
La mascarada que se celebra en Sarracín de Aliste, es seguramente una de las más largas que hay en los pueblos en los que se celebra esta fiesta porque desde primeras horas de la mañana, los personajes ya se encuentran recorriendo el pueblo y es también una de las que finaliza más tarde.
Como ocurre en este tipo de actos, se trata de simbolizar el bien contra lo maligno que está representado por los diferentes personajes que van haciendo acto de presencia en los diferentes lugares del pueblo y que en los momentos álgidos se acaban reuniendo.
El fin de esta actuación en la que antiguamente solo participaban los mozos del pueblo era mantener una tradición en la que se pedía el aguinaldo y de paso hacer una crítica social que solo en representaciones de este tipo eran permitidas y quienes ejercían la crítica se veían siempre libres de toda culpa, porque en estas ocasiones se permitía todo o casi todo, ya que dependiendo de la época en la que se celebraran se iban introduciendo en las coplas comentarios más o menos atrevidos y en otras ocasiones hasta un tanto subidos de tono.
Seguramente los personajes que más actúan son el Ciego, que interpretó en esta ocasión Mario Fernández y el Molacillo representado por Adrián Arias, quienes a lo largo de su actuación van manteniendo un dialogo en el que las coplas resultan especialmente atrevidas así como el voraz apetito carnal que por las mujeres tiene el ciego que va saciándolo con las mozas del pueblo en los momentos en los que ya resulta casi irrefrenable.
El mal sigue representado como en las otras mascaradas por el Diablo Grande, Kevin Álvarez y el Diablo Chico, Javier Baladrón, que portan máscaras y van vestidos con pieles de animales y llevan la cara y parte del cuerpo pintados para atemorizar un poco más y si con su aspecto no lo consiguen, las pinzas de madera extensibles y una pica con cuernos son las que se encargan de hacerlo de una forma un tanto amenazante a los que presencian la representación.
La Filandorrra, Lorena Vara, suele estar acompañada por el Rollón, Christian Fernández que sonlos que llevan al niño y se encargan de protegerle y cuando no lo hacen, tiznan con ceniza a quienes se encuentran a su alcance.
La parte elegante de la representación corre a cargo de la Madama representada por Diego Ríos y el Galán que interpreta Jesús Matellán y gran parte de su actuación la pasan bailando por los diferentes lugares del pueblo.
El resto de los personajes están representados por los del Saco, Héctor Ríos, Marc Villar y Jonathan López, que son los encargados de ir recogiendo los aguinaldos que se van pidiendo en las casas del pueblo que se encuentran abiertas o en aquellas que abren sus puertas para que los personajes puedan acceder a su interior.
De nuevo el bien en constante lucha contra el mal que representado por los Diablos que hacen su aparición de forma espontánea, tratan de llevarse a lo siniestro a alguno del resto de personajes que van representando el bien, pero cuando consiguen alcanzar a alguno todos van en su defensa hasta que consiguen ahuyentar a los malos espíritus y son momentos en los que se producen fuertes peleas.
Durante casi toda la interpretación, los personajes van acompañados de una orquesta que con gaita, tambor y tamboril, van amenizando la actuación por las calles del pueblo y al son de la música, muchos de los personajes y quienes contemplan la representación bailan para integrarse un poco más en la fiesta.
La culminación de la representación se hace en la plaza del pueblo en la que se ha dispuesto un montículo de arena y hasta él van llegando todos los personajes que han ido apareciendo en la representación y también aparece el niño que en alguna ocasión llevaban la Filandorra y el Rollón que se convierte en el principal protagonista de esta parte de la mascarada.
El niño representado por un muñeco de madera, es situado encima del montón de arena y a pesar que los personajes que encarnan el bien tratan de protegerlo, las fuertes acometidas que van haciendo los diablos con los terroríficos artefactos que portan, acaban por arrebatarlo y después de lanzarlo en varias ocasiones, el niño acaba muriendo ante el desconsuelo de la Filandorra y el Rollón que lloran su perdida.
En ese momento se simboliza en este acto el entierro que se daba a los seres que pasaban a otra vida y mientras unos lamentan su perdida, el mal se alegra de haber arrebatado una vida inocente y cada uno de los personajes va lamentando la perdida que se ha producido ante el regocijo de los diablos que han conseguido su objetivo.
Todos los participantes se van despojando de sus máscaras y es el momento de congraciarse con algunas de las personas a las que han dirigido una parte de sus criticas disculpando las intervenciones que hayan podido resultar un poco más hirientes con personajes de todos conocidos de la población.
La cultura de los pueblos está basada en las tradiciones que se han ido manteniendo con el paso de los tiempos y estas mascaradas de invierno que se celebran en algunas poblaciones de la provincia de Zamora y en pueblos de la vecina Portugal, no dejan de ser una manifestación de los pueblos que las han ido generando y al conservarse siglo tras siglo llegan a formar parte de esa cultura tan excepcional de los pueblos que han sabido mantenerlas.
Todos debemos apoyar estas iniciativas, los participantes manteniendo la ilusión y la cantera que cada vez más se va observando en los lugares en las que se celebran y los demás, podemos hacerlo con nuestra presencia para que el esfuerzo y el ánimo de quienes dedican parte de su tiempo y su trabajo a conservarlas que viendo que son del agrado de una, cada vez mayor, parte de la población sigan con ese ánimo que les lleva a realizar los ensayos para que todo salga al final como se había previsto.
Desde las páginas de Tu voz digital, queremos felicitar a quienes cada año participan en mantener vigentes las tradiciones de nuestra tierra, porque si un día se llegan a perder, perderemos una parte muy importante de lo que nos diferencia como pueblo.
Distintos momentos de la representación – Fotos: almeida |