SAF – 21 de septiembre de 2014.
Puntualmente a las 5 de la tarde, comenzó el pasacalles, que partiendo del polideportivo, recorrió el itinerario previsto bajo un sol de justicia, a pesar de los agoreros “partes metereológicos, que auguraban durante toda la semana agua y mal tiempo.
Tras dejar atrás la avenida Brillat Galicia VII, Capitán Cortés y calle Puebla, llegó la comitiva a la Plaza del Reloj, donde cada grupo calentó motores deleitándonos con unos cortos “lazos” que ya dejaban entrever la grandiosidad que nos reservaban para la actuación central.
Los nefastos pronósticos emitidos a lo largo de la semana anterior, obligaron a Carlos Fresno, organizador del evento, a tomar la decisión, para evitar males mayores, a preparar el IV Encuentro de Paloteo en el Polideportivo, en lugar de en la Plaza Mayor, que habría sido mucho más vistoso y sobretodo más amplio para acoger al numeroso público que se dio cita para saborear tamaño acontecimiento.
Por tanto, el pasacalles regresó de nuevo al lugar de partida y a las 6 de la tarde, como estaba previsto, comenzó la parte fuerte y esperada del encuentro.
Los benjamines de la Escuela de Folklore Tierras de Tábara, dignos recogedores del testigo histórico, abrieron el festival danzando acompasados y batiendo sus minúsculos palos cual grandiosos paloteros. Tras largos aplausos y más de una lágrima por parte de sus progenitores que entusiasmados vitoreaban a los pequeños cual grandes gladiadores en Coliseo Romano, continuó el evento con los danzantes de paloteo de Almaráz de Duero, que hicieron alarde de sus danzas de origen desconocido pero afincadas desde tiempos inmemoriales en su terruño.
Siguieron, por orden de guion, los danzantes de Fuentes de Nava (Palencia), con su más que afincada tradición en esto de la danza del paloteo en Tierra de Campos.
A continuación, hizo su entrada el grupo portugués, Pauliteiros Mirandeses de Povoa, de tras os montes, zona de Miranda do Douro, donde el arte pauliteiro goza de enorme prestigio, llegando a hacer de la danza su propio emblema. Estas danzas son de origen marcadamente guerrero y, al igual que las nuestras, son siempre interpretadas por ocho pauliteiros, que en este caso, sigue la tradición y aun no son bailadas por mujeres, o en todo caso no se mezclan como en el caso de Castilla y León, que por falta de hombres hoy danzan indistintamente hombres y mujeres y por supuesto mezclados.
Éstos dieron paso a los Danzantes de Paloteo de Villanubla (Valladolid), que con indumentaria blanca comenzaron su actuación con un vistoso “tiroriro” a modo de entradilla para entrar luego en harina con temas un tanto más picarescos como “Las bragas del Cura”, los frailes, o “el sofoco”.
Siguiendo el turno, hizo su aparición el grupo de Danza de Paloteo de Muelas del Pan (Zamora). La tradición danzante de esta localidad data nada menos que del siglo XVI, y están a punto de conseguir que la danza con su amplio abanico de 32 lazos, sea declarada BIC (Bien de Interés Cultural), y esta tradición se dejó notar en su buen hacer, deleitándonos con unos lazos, que el público supo apreciar y agradecer con numerosos aplausos.
Siguiendo el recorrido por la geografía Castellano Leonesa, le tocó el turno a los danzantes de Ampudia (Palencia), otra localidad cuyos ancestros en esto de la danza se remonta a varios siglos y tras varios parones y nuevos intentos a lo largo de la historia, hoy vienen con fuerza.
El momento álgido de la velada, llegó con los Pauliteiros de Sendim, del otro lado de la Raya, también de la zona de Miranda do Douro. Estos pauliteiros, sin duda, son los mejores del otro lado de la raya, y a juzgar por la fuerza con que pisaron el escenario, el nervio puesto en cada uno de sus lazos, incluso el riesgo demostrado en ese “Asalto al Castillo”, me atrevería a decir que no solo allende la raya, también a este lado, dejan un listón muy alto que el público supo agradecer con la fuerza de sus aplausos, gritos, vítores y todo tipo de agradecimiento.
Y, como no podía ser de otro modo, si los diminutos danzantes de Tábara abrieron el Encuentro, los mayores daban por finalizado el evento con cuatro lazos de nuestra danza guerrera, animados por “El Birria”, que ataviado con su máscara de auténtica piel de zorro, como manda la tradición, ponían punto y final a un evento, que espera conseguir perpetuidad en sucesivas ediciones.
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