Esther Cid Romero – 22 nov 2013.

«Te conozco de siempre. Más que tu silueta es tu voz la que tengo clavada
en el alma. Eres recuerdo pero no sólo eso. Sigues siendo presente y serás
futuro de muchos momentos. En ocasiones ansío oírte otras clamo porque
te mantengas callado.
Y antes que a mí acompañaste a mis paisanos en casa y en el campo
cuando el sol y tú marcabais los aconteceres diarios
Y perdona pero te odié cuando a hurtadillas subía la escalera y tu soniquete
confirmaba a mi madre la hora de llegada … tarde otra vez …
Y me acunas si en la noche más negra pregunto ¿qué hora es? … Entre
sueños susurras con solitaria campanada: «son y media» … y de tu mano
torno al mundo de Morfeo sin saber más …
Y aunque soy tranquila consigues acelerar mi paso al dar la una casi al
tiempo que tu socio toca la tercera. Hora de Misa … de vinos, de tíos y
primos, de amigos y …
Y contar y celebrar contigo las 12 de cada año … seguir el ritmo metálico
que nos hace mirar con ojos renovados sabiendo que si algo sale mal a la
primera siempre nos das otra oportunidad. Y reír y cantar llenando tu
plaza de espumoso, petardos y buenos deseos.
Sigue conmigo compañero, sigue como hasta hoy marcando las horas de mi vida».
Esther Cid Romero
Derrochando Nostalgia, con mayúscula. Gracias Esther, TVD.
