Cada noche, en el brindis que suelo hacer con los peregrinos antes de la cena comunitaria, por el Camino que se encuentran recorriendo, siempre les digo que sea cual sea la motivación que lleva a cada uno a estar allí, para ellos seguro que es la que más vale, porque es la más importante.

Son palabras que repito a diario y cada uno de los peregrinos le otorga el significado que para ellos tiene sentido y me imagino que Bernardo y Francisco, también le dieron ese sentido especial que para ellos tenía este camino tan especial que estaban recorriendo.

No era la primera vez que se encontraban en el Camino, ya lo habían recorrido en más ocasiones, pero esta vez era muy especial para los dos, porque cada pedalada que daban, en su mente estaba el motivo por el que se encontraban allí, realizando aquel esfuerzo tan importante.

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Hace cuatro años que a Bernardo le detectaron un cáncer de Colón, la noticia fue un mazazo, porque los antecedentes que había en su familia, con su padre y un sobrino fallecidos por esa lacra que es el cáncer, no le hacía concebir muchas esperanzas de que en su caso, no volviera a ocurrir lo mismo.

Pero Bernardo se sometió a una intervención y se fue recuperando y en la última revisión que le hicieron en el mes de Junio, le confirmaron que estaba todo controlado y que a partir de ahora, únicamente tenía que hacer revisiones cada dos años, más que nada para prevenir y controlar cualquier problema.

Bernardo, como peregrino que era, en todo este proceso le fue dando muchas vueltas al cambio que se había producido en su vida desde que le dieron la fatal noticia y como buen peregrino que era, buscó refugio en el Apóstol al que le prometió que si conseguía recuperarse, iría a verlo desde su Nerja natal, saliendo desde la puerta de su casa, porque para él la recuperación era un renacer, una nueva oportunidad y quería agradecer al santo de los peregrinos la intercesión que había podido tener en aquel desenlace.

Fue poniendo en marcha su proyecto de recorrer en bicicleta la distancia que separa Nerja de Compostela y su amigo Francisco, que también es peregrino y había pasado por una situación parecida, su mujer sufrió un cáncer de mama del que se había recuperado felizmente y cuando conoció el proyecto de Bernardo, le pidió que le aceptara como compañero de camino y los dos fueron pensando la forma de convertirlo en un camino especial.

Desde que los dos peregrinos habían sentido tan cerca el drama del cáncer, se fueron implicando en la asociación que coordina todas las acciones y es el refugio de aquellos que sienten esa espada de Damocles sobre ellos y buscan el refugio en quienes ya tienen la experiencia de haber pasado por lo que  cada uno debe de pasar antes de que su problema se resuelva y pensaron que podían utilizar su camino con el fin de recaudar fondos para esta asociación y de paso concienciar sobre el problema que representa el cáncer y como una prevención o un diagnostico temprano, como el que se hace con las pruebas que en muchas comunidades y en Andalucía desde el último año también, se realizan para detectar el problema y darle una solución a tiempo que siempre resulta más efectiva que cuando se detecta en un estado más avanzado.

Su idea era vender cada uno de los kilómetros que iban a recorrer y el objetivo consistía en recaudar unos tres o cuatro mil euros para destinarlos al fin por el que ahora iban a recorrer su camino, la ayuda y defensa de la lacra que representa el cáncer.

Pero toda idea tiene la facultad de según se va madurando ir siendo modificada y eso fue lo que les ocurrió a estos dos peregrinos. Francisco tiene una pequeña empresa relacionada con la publicidad y pensaron hacer unas camisetas de las cuales la tirada inicial que realizaron ya se encuentra agotada, también pensaron hacer dos maillots con la publicidad de algunos patrocinadores y fueron surgiendo tantos, que para dar cabida a todos debieron hacer cuatro para no dejar a ninguna marca fuera.

Además del apoyo del Ayuntamiento de Nerja y de la comarca de la Axarquia, cuentan con el respaldo de 155 establecimientos de la provincia de Málaga y con numerosos colaboradores anónimos que apoyan esta causa por la que se encuentran haciendo el camino.

Por algunos ayuntamientos por los que pasan son recibidos por las autoridades y de todos reciben ese ánimo a veces tan necesario para seguir adelante en su noble causa por la que recorren el camino.

Es importante resaltar que todo lo que estos dos peregrinos van a recaudar está destinado íntegramente para la asociación de Ayuda contra el cáncer de Málaga y los gastos que representa recorrer su camino, corren por cuenta de cada uno de los peregrinos.

También desde el albergue municipal de Tábara quisimos sumarnos a esta iniciativa y les propusimos que lo que fueran a dejar como donativo por su estancia en el albergue, lo destinaran a la noble causa por la que están realizando su esfuerzo.

Todos los que deseen sumarse a la causa por la que estos peregrinos están recorriendo su camino, pueden hacerlo con aportaciones a UNICAJA en la cuenta de la Asociación de Málaga de la Lucha contra el cáncer indicando que la aportación es para el Reto Nerja 2019.

Siempre en el camino, se presenta ese día en el que te preguntas qué es lo que estás haciendo en aquel lugar, pasando incomodidades a las que no estás obligado y estos peregrinos también han tenido esos momentos de flaqueza. Los primeros días por el excesivo calor que hacía en Andalucía y Extremadura y más adelante, por el viento que en ocasiones les mermaba el ánimo de seguir, pero para ellos, su reto es lo que les hace fuertes y esa promesa que se hicieron, es lo que ayuda a que el ánimo no decaiga en los momentos en los que crees que no puedes seguir adelante.

Y mientras tanto, en cada pedalada que van dando, en la mente de los dos peregrinos se va haciendo cada vez más real ese momento en el que por fin podrán acceder a la plaza del Obradorio que para Francisco, representará un momento de grandeza y de emoción, se desbordarán todas las lágrimas contenidas por haber conseguido lo que más de mil kilómetros antes parecía imposible de poder lograr.

Bernardo dará gracias al apóstol por haberse recuperado y sentirse con fuerza y sobre todo, tendrá la satisfacción de ver que su promesa se ha cumplido y su logro va a servir para que los demás, los que todavía sufren el calvario de saber si su problema cuenta con alguna solución, van a disponer de unos pocos más de medios para seguir avanzando en la lucha contra esta plaga de nuestra sociedad. Puede que sea un granito de arena, pero es ese granito que ayuda a hacer el gran desierto.

Ha sido un placer acoger a estos dos peregrinos en el Albergue Municipal de Tábara y poder compartir con ellos una parte de esa aventura, que estoy convencido que se convertirá un recuerdo imborrable para toda su vida, porque cuando se llevan tantas cosas al camino en la mochila invisible, es difícil que éste se pueda llegar a olvidar.

Buen Camino peregrinos y Ultreia et Suseia

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