Aún no tenías un añito y ya disfrutabas de la magia de la Navidad.
Para la familia significaba alegría, jolgorio, juegos y diversión alrededor de una mesa repleta de comida ¡cuánta nostalgia!
Aprovecho estas líneas para pedir responsabilidad a todos, seguir las normas de seguridad impuestas por nuestro bien. Es duro estos días no tener contacto físico con nuestros familiares pero tenemos la posibilidad de estar con ellos a través de videollamadas, hablar y reír a través de una pantalla.
Aunque nos cueste un poquito merece la pena esperar, siempre nos queda tiempo para poder celebrar.
La Navidad viene y la Navidad se va… pero nuestros seres queridos que se van, nunca volverán.
Inmaculada Andrés