

Los malos augurios del “hombre del tiempo” no han podido con el esplendor de la Virgen del Carmen, que un año más, lució florida y hermosa por las calles de Tábara. Un año más las devotas de la Virgen del Carmen, han preparado a su Virgen del Carmelo con tanto gusto y elegancia que ha vuelto a lucir su mejor ornamenta floral que cada año va superando al anterior, con destreza y buen hacer.
La iglesia a rebosar para acompañar a la Virgen en su día, su día especial para nuestro pueblo, que por tradición viene celebrando “EL CARMEN” el tercer domingo de Septiembre y no el 16 de Julio que es el día que la Iglesia celebra esta fiesta.
Como ya viene siendo tradicional, el Coro de Coreses, una vez más amenizó la Liturgia con una “Misa Castellana” que dio a la ceremonia ese aire especial de nuestra tierra para disfrute de todos los feligreses.
A pesar del mal tiempo anunciado, las nubes hicieron un hueco para que la procesión pudiera recorrer las calles de la Villa por el recorrido de costumbre, y los danzantes de Tábara alegraran con su danza esta procesión, dando un aire especial de color y alegría que todo el mundo agradece con sus aplausos al final de cada Lazo.
El momento grande de esta ceremonia termina con la subasta de los brazos para introducir a la Virgen de nuevo a su trono, que Manolo hace como nadie. D. Carlos bendice los objetos religiosos y escapularios que los devotos han adquirido en la cofradía y ya al final la pelea por conseguir un ramo de los que lucía la Virgen en sus andas y así poder lucirlo en cada casa para seguir recordando este momento durante la semana porque hay para todo el mundo.
No faltó el tradicional refresco del Mayordomo, este año D. Domingo García Fincias, para todos los vecinos, hinchables para los pequeños y música para los mayores en la Plaza del Reloj.
La guinda la puso el tren, que como ya viene siendo costumbre, la cofradía trae para que niños y mayores disfruten paseando por todo el pueblo.