Hay pequeños detalles en esta vida, que aunque no supiéramos el día del calendario en el que nos encontramos, casi sin pensarlo nos trasladan a esa época del año, en el que muchas veces parece que son imprescindibles y sobre todo no se conciben, sin percibir su presencia.
La iluminación de las calles más concurridas de los pueblos, el sonido de los villancicos o el tarareo de los niños de San Ildefonso repartiendo la suerte, representan algunos de estos elementos, que ya son clásicos para anunciarnos que nos encontramos en épocas navideñas.
Pero no solo en las calles, también en los hogares, se respira ese ambiente navideño colocando el pino o el abeto en el salón de la casa o instalando en un sitio visible para todas las visitas, el tradicional nacimiento que ha ido cayendo un poco en desuso, pero que en los hogares más tradicionales se sigue manteniendo.
Tábara, también cuenta con su nacimiento desde hace mas de 20 años, que algunos tabareses, quisieron ambientar estas fechas con este tradicional montaje que a los más pequeños les traslada a ese Belén de hace dos milenios.
Fue Juanjo el que inició esta tradición, cuando la parroquia del pueblo adquirió un misterio que fue montándolo para el deleite de todos los vecinos de su pueblo y poco a poco se fueron incorporando algunas de las figuras tradicionales de este montaje navideño (el niño, los reyes, animales,…) y así un importante número de figuras que se iban adquiriendo cada año para hacer mas completo el montaje.
Pera Juanjo, según iba creciendo la elaboración del nacimiento, fue buscando ayuda para montarlo y recurrió a Carlos Fresno que en esos momentos se encontraba centrado con el equipo de fútbol del pueblo y no podía comprometerse, pero cuando dejó sus compromisos con el balompié, ya no tenía excusas y comenzó a ayudarle hasta que se quedó solo y también tuvo que recurrir a la ayuda de Félix, para que en los ratos que tenia libres le echara una mano.
Pero con el paso del tiempo, Carlos se fue quedando solo y no quiso perder esta tradición que más que una afición, ya es un vicio del que no puede ni quiere abstraerse.
Los últimos años, es Carlos el que mantiene esta tradición, que además le gusta por su afición a los belenes y cada año, cuando recoge después de reyes el montaje, su cabeza ya no deja de darle vueltas a cómo va a ser la próxima composición y cuales van a ser las novedades que quiere implantar.
Cuando realmente comienza el trabajo es el día después de la celebración de la Virgen del Carmen que se pone manos a la obra y comienza a desarrollar lo que ya se encuentra programado en el interior de su cabeza, en la que además de buscar la estética de todo el montaje, debe ir pensando en los elementos que lo van formando (Pesebre, palacios, casas,….), son cientos de figuras que van formando conjuntos coherentes, en los que cada una se encuentra en el orden que debe corresponderle, para que no llegue a desentonar en el conjunto.
Antes, toda la elaboración se hacía con corcho, pero se ha ido sustituyendo por sollispan, que requiere una técnica diferente, no solo de elaboración sino también de montaje y después de muchos días trabajando y muchas horas empleadas, queda únicamente el remate final, que es el montaje para que todo el pueblo y los que nos visitan puedan contemplarlo y admirarlo.
El montaje del Belén de este año, se encuentra expuesto en la Torre, en el Centro de Interpretación de los Beatos, allí donde Magius y Emeterius reflejaron en sus códices cómo sería el fin del mundo, ahora se puede contemplar como es el renacer, ese que con Jesús llegó para todo el orbe cristiano.
Una visita obligada para admirar el trabajo de este tabarés y para contemplar un precioso homenaje que Carlos hace cada año a la Navidad y a su pueblo.
Galería de Fotos: Belén de Tábara, autor: Carlos Fresno Gago