Isaías Santos Gullón – 12 de septiembre de 2017.
La casualidad –el destino, o esas gavelas, que ya le hacía andariego, nómada- le nace en Tábara, pueblo zamorano, en la fecha del 11 de abril de 1884, es inscrito en el Registro Civil el día 13 y bautizado durante la jornada del quince. El vecindario ignora el lugar exacto, pese a que lo supone,
donde los desmayos, soponcios y berreos. ¿La calle de Escribanos? Tan idealista poeta dejó Tábara –“lugar circunstancial en su vida”, según escribe Guillermo de Torre en “Antología rota”- contando dos años. Y nunca volvió, que se sepa, el poeta de las cuerdas bucales roncas, que no rotas, a él.
(La patria de L. F. importa en cuanto peripecia biográfica, pues, Felipe –el boticario- era afectivamente montañés)
“¡Qué lastima
que no tenga comarca,
patria chica, tierra provinciana!
Debí nacer en la entraña
de la estepa castellana
y fui a nacer en un pueblo del que no recuerdo nada…”
El hijo del notario –farmacéutico, con influencias de Quevedo, Walt Whitman y la Biblia, matrimoniado con Berta Gamboa, agregado cultural de Embajada, exiliado, hacedor
de versos que le dictaba el viento…- “nació en la casa paterna el día once del actual y hora de las siete de la noche”. Casa de tejas bajas, que no solariega o blasonada. Vástago de don Higinio Camino de la Rosa, notario, y de su mujer doña Valeriana Galicia, “dedicada a las ocupaciones propias de su sexo”. Se desconoce la duración de la estancia –del matrimonio Camino-Galicia en Tábara. Pero, además del poeta, le nace una hija en la villa.
“Ser en la vida romero,
sin más oficio, sin otro nombre
y sin pueblo”.
No tuvo un abuelo que ganara una batalla; sí un padrino coronel retirado que, a saber, en cuántas trifulcas estaría implicado. Hay contradicción, por otra parte, en el nombre del el del padrinazgo. Mientras en el Registro Civil se le denomina Dionisio Velasco y Alonso, en el
Registro Religioso figura como Dionisio Martín Velasco.
¿Desde cuándo el poeta antecede a su filiación de Felipe Camino Galicia el nombre de León?… En su libro primero “Versos y oraciones de caminante” (Madrid 1920), ya firma así. Es curioso que silencie sus apellidos y, por el contrario, anteponga un nombre al suyo del Registro. Los
biógrafos y estudiosos de su obra lo afilian como León Felipe Camino Galicia. Y no es tal, sino Felipe Camino Galicia. El cura, don Joaquín de la Torre, escribe: ”Le puse por nombre Felipe”. Y don Manuel Moráis Calvo, juez Municipal de Tábara, y don Francisco Probanza, secretario, dicen que “al Expresado niño le habían puesto el nombre de Felipe”. No hay documento, pues, donde figure tan leónida palabra. ¿Cuándo, entonces, el poeta concretó el uso de tan solemne sustantivo anteponiéndole al propio?
Dirá más claramente quién es: “Soy la sombra, / el habitante de la sombra”.
León Felipe se auto-retrata en muchos de los poemas. Lo épico, la parábola, el salmo, la elipsis, los puntos suspensivos y el lenguaje sencillo le sitúan poéticamente. (La guerra civil española fue su gran asunto y obstinación). Su vehemente y desgarrado decir…
Gritaba tanto como si una ronquera se le hubiera grapado a su grito y a su verso. Contó las estrellas, sin embargo. Sabía todos los cuentos, todos los sueños, todos los vientos, todas las preguntas, todos los dioses, todas las Españas. Es de los pocos poetas que, en cada verso,
pone su conciencia. Protesta y se compromete.
“Yo digo: lloro, grito,
blasfemo …luego existo”.
L. F. Poeta prometeico considera que Don Quijote y Cristo son los grandes poetas. Poesía de fuego la suya. Él, español del éxodo y del llanto, que venía de la sombra y de los sueños, dio testimonio de la luz.
Poeta romero con bordón solo y estrella romera, en busca de destino, de espíritu heterodoxamente religioso. Siempre los poemas llenos de dolor y el dolor pleno del
exilio. Siempre el canto presto para la España lejana.
L. F., enraizado en la concepción trágica de la vida, había dicho: “El español habla desde el nivel exacto del hombre”.
Los varios L. F. que coexistían en el uno –español de una España-, fue arrebatada por quienes viven de la sangre y de la carne del gran poeta, se interrogaban –sincera e impulsivamente-: “¿No puedo yo afirmar?” Su desgarramiento no es fanático. Resulta, como digo, sincero. Y contradictorio, cual todo buen poeta.
El poema “Oferta” es el último que L. F. escribe antes de desterrarse. Lleva fecha –en Barcelona- de 18 de marzo de 1938.
ARCHIVO DEL JUZGADO
-Registro Civil-
Archivo del Juzgado –tomo 10, folio 44, núm. 20-, partidas de nacimiento del Registro Civil de Tábara. Hay un acta en la que textualmente, se lee:
“Felipe Camino Galicia” (margen izquierdo).
“En la Villa de Tábara, a las tres de la tarde del día trece de abril de mil ochocientos ochenta y cuatro, ante D. Manuel Moráis, Juez Municipal de la misma y D. Francisco Probanza, Secretario, compareció con su cédula personal, número 8, expedida en Tábara, don Dionisio
Velasco y Alonso, natural de Poza, término municipal de ídem. provincia de Burgos, mayor de edad, de oficio coronel retirado, domiciliado en Tábara, Plaza Mayor, núm. 6, presentando como objeto de que se inscriba en el Registro Civil un niño; y al efecto como vecino del mismo
declaro:
Que dicho niño nació en la casa paterna el día once del actual y hora de las siete de la noche.
Que es hijo legítimo de D. Higinio Camino de la Rosa, natural de Herrín de Campos, provincia de Valladolid, mayor de edad, casado, Notario, y domiciliado en esta Villa; y de su mujer Doña Valeriana Galicia, natural de Valdenebro, prov. de Valladolid, mayor de edad, dedicada a las ocupaciones propias de su sexo y domiciliada en el de su marido.
Que es nieto por línea paterna de D. Mariano Camino del Rey, natural de Herrín de Campos, mayor de edad, casado, labrador y domiciliado en el mismo, y de Doña Vicenta de la Rosa, natural de referido Herrín, difunta, y por la línea materna de D. Julián Galicia, natural de Fuentes de Nava, mayor de edad, casado, Veterinario y domiciliado en Valladolid y de Doña Salustiana Ayala, natural de Valdenebro, mayor de edad y domiciliada en el de su marido. Y que al expresado niño se le había puesto el nombre de Felipe.
Todo lo cual presenciaron como testigos Domingo Ferrero, natural de esta Villa, mayor de edad, casado, propietario y domiciliado en la misma, y Anastasio Vara Villalón, natural de Burganes, mayor de edad, casado, labrador, y domiciliado en esta referida Villa.
Leída íntegramente esta acta, é invitados á leerla por sí los que la han de suscribir, se estampó en ella el sello del Juzgado municipal, y la firmaron el señor Juez, el declarante y los testigos, y de todo ello como Secretario certifico”. (Firmas legibles y sello).
ARCHIVO PARROQUIAL
Certificación que, transcrita literalmente, dice:
“Felipe Camino (margen izquierdo).
“En la Iglesia parroquial de N.ª S.ª de la Asunción de esta Villa de Távara, obispado de Astorga, en quince de abril de mil ochocientos ochenta y cuatro, yo D. Joaquín de la Torre, cura propio de la mencionada Iglesia, bauticé solemnemente un niño que nació el día once de dicho mes y año, á las siete de la noche, hijo legítimo de Don Higinio Camino, natural de Herrín de Campos,
obispado de Palencia, y D.ª Valeriana Galicia, natural de Valdenebro, en dicho obispado, ambos mis feligreses, casados en Valladolid, parroquia de San Miguel. Abuelos paternos Dn. Mariano y D.ª Vicenta de la Rosa, su mujer, naturales y vecinos del espresado Herrín, en el que la D.ª Vicenta falleció. Maternos D. Julián y D.ª Salustiana Ayala, natural el primero de Fuentes de Naba, y la segunda del referido Valdenebro en el citado obispado de Palencia. Le puse por nombre Felipe. Que su padrino D. Dionisio Martín Velasco, á quien adbertí el parentesco
espiritual y obligaciones que contrajo. Y para que conste lo firmo”. (Firmado y rubricado por Joaquín de la Torre).
Por Jesús Hernández R.
Publicado en la página seis en El Correo de Zamora de 17/7/1973.