Los acordes de la música clásica resonaron con pasión y maestría en el evento de clausura del Festival-Academia Internacional de Música de Tábara, un acontecimiento que dejó una marca imborrable en los corazones de los asistentes. El escenario fue el Salón de Actos del Edificio del Reloj, perfecto para una noche donde la música fue el centro de atención, presentada por los jóvenes talentos de la Orquesta de Cámara de la Academia Internacional de Música de Tábara y sus distinguidos directores.

El evento, que tuvo lugar en el Salón de Actos del Edificio del Reloj, reunió a amantes de la música y curiosos de Tábara y sus alrededores. El ambiente estaba cargado de expectación, ya que los asistentes sabían que estarían presenciando una muestra excepcional de virtuosismo musical.

El concierto se dividió en varias partes, cada una resaltando diferentes compositores y estilos. Los jóvenes alumnos de la academia demostraron su destreza como solistas, mostrando sus habilidades y dedicación. La Orquesta de Cámara Junior, bajo la batuta de Juan María Cué, brilló en cada interpretación, llevando a la audiencia a través de un viaje emocional y sonoro.

La velada también contó con la destacada participación de la Orquesta de la Academia Internacional de Música de Tábara, dirigida por el talentoso Sergei Teslya. Bajo su dirección experta, la orquesta interpretó con precisión y pasión obras que abarcaban una amplia gama de estilos y épocas. Desde los encantadores fragmentos de J. Quantz, hasta los emotivos pasajes de las Danzas Rumanas de B. Bartok, la audiencia fue transportada a través de las emociones y los matices de cada composición.

El programa presentó una cuidadosa selección de piezas de compositores renombrados como FJ Haydn, R. Glière, M. Delalande, J. Quantz, B. Barok y J. Sibelius. Cada compositor aportó su propio sabor al concierto, mostrando la versatilidad y el talento de los músicos involucrados.

Para aquellos que no pudieron asistir, en este vídeo pueden ver una pequeña muestra para hacerse una idea de la calidad y virtuosismo de este concierto.

En resumen, el concierto de clausura del Festival-Academia Internacional de Música de Tábara fue un tributo a la pasión, el talento y la dedicación de los jóvenes músicos y sus directores. El evento dejó claro que la música clásica sigue siendo una forma de arte poderosa y conmovedora que puede unir a las personas a través de las generaciones. Los asistentes se fueron con los corazones llenos y una apreciación renovada por la belleza intemporal de la música clásica.

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