Pienso, luego digo – 07 de marzo de 2019.
Dejo libertad a cada cual, para que añada el adjetivo que primero venga a su mente y complete la frase, porque si lo hago yo, se me están ocurriendo tantos, que al final llenarían todo el espacio.
Creo que todos los zamoranos de bien, nos sentimos felices y también por qué no, muy orgullosos porque en estas navidades, uno de nuestros pueblos más hermosos y representativos, fuera elegido por la marca Ferrero Rocher como la imagen que estaban buscando para su campaña navideña. Bueno lo de todos es un decir, porque siempre hay alguien que le gusta dar la nota y en este caso no iba a ser menos.
Reconozco que fue una decisión acertada porque Puebla de Sanabria se encuentra especialmente bonita durante todo el año, pero las navidades, con esas esporádicas nevadas que a veces se precipitan sobre el terreno, le confiere un aspecto si cabe todavía más hermoso.
Además de reconocer a este pueblo como una de esas imágenes de postal navideña, la importancia que representó esta elección, fue que una comarca cada vez más degradada y vacía, contaba con la oportunidad de darse a conocer no solo a los zamoranos, la imagen de Puebla iba a ser vista por toda España y seguramente también, llegó a muchos rincones del mundo.
Representaba una extraordinaria promoción, que de otra forma era muy difícil haber podido realizar y de ella se benefició no solo el pueblo seleccionado, los miles de visitantes además de contemplar como resplandecía Puebla en Navidades, el efecto llamada permitió que muchos de los pueblos de los alrededores, también se beneficiaran de esta afluencia de visitantes, algo que en unos tiempos no muy buenos, cualquier inyección económica extra, es bien recibida.
Pero siempre hay alguien que le gusta ir a contracorriente y en esta ocasión no podía ser menos, porque no se sabe cuál realmente fue el impulso que lo motivó, pero resurgió ese del adjetivo del comienzo de esta historia y no se le ocurrió otra cosa que presentar una denuncia ante patrimonio por esta instalación, que lo único que ha reportado es beneficio para toda la comarca.
Eso si, fue un valiente al dar la cara por denunciar la injustita o ilegalidad que se había cometido y para ello se fue hasta Galicia para presentar su denuncia y por descontado lo hizo guardando su anonimato, al menos ha demostrado que sabe dar la cara.
En sí, este hecho resulta indignante, porque hace falta ser imbécil para ir en detrimento de los que son débiles y en este caso, esta comarca, está necesitada de todo el apoyo que podamos ofrecerle, porque de lo contrario, como ocurre con muchas zonas de la provincia, se acabará quedando vacía.
Lo que todavía resulta si cabe un poco más indignante, es que Patrimonio haya admitido a trámite esta denuncia, cuando deberían ser conscientes de la precaria situación que estamos atravesando y seguro que los técnicos y responsables de cuidar defender y proteger nuestro Patrimonio cuentan con muchos casos en los que deberían actuar y desgraciadamente parece que no lo estamos percibiendo.
Creo que resultaría procedente establecer anualmente unos premios a la incompetencia y a la imbecilidad y seguro que para esta edición ya podemos contar con más de un candidato.
Parece que el Ayuntamiento de la localidad denunciada, ha decidido contraatacar presentando una denuncia ante patrimonio, no se si será posible que esta denuncia vaya apoyada por la ciudadanía y si es así, le sugiero al Sr. Alcalde que lo haga y seguramente veremos como la gran mayoría de los zamoranos le secunda en la demanda, con el objetivo de poner a cada uno en su sitio. Al que hace la tontería y a aquellos que la admiten, porque hay momentos en los que es necesario que cada palo tiene que aguantar su vela y asumir la irresponsabilidad de los actos que cometemos.