almeida – 14 de mayo de 2014.

Recibía hace un par de días la llamada de un veterano peregrino y hospitalero al que personalmente no conozco, pero después de la conversación que tuvimos,

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sé que pronto tendremos la oportunidad de darnos un abrazo.

Este hospitalero llamaba para felicitarme por la labor hospitalaria que se está haciendo en el albergue de Tábara. Ha ido siguiendo por los foros lo que los peregrinos cuentan y para él representaba una satisfacción que se recupere esa hospitalidad a la vieja usanza que se está perdiendo en el Camino.

Después de casi tres décadas recorriendo el Camino, había decidido establecerse en un lugar fijo y acoger a peregrinos, pero según me decía, no había establecido un albergue, la denominación que había a la puerta de su lugar de acogida, era “Hospital de Peregrinos”

Reivindicaba esta palabra que ha caído en desuso con el paso de los años, cuando debería estar más presente y con más fuerza que nunca, porque en estos momentos la peregrinación se encuentra en uno de sus momentos de apogeo de la historia.

Cuando en la edad media fueron proliferando los lugares de acogida a los peregrinos que recorrían el Camino, se denominó a estos lugares hospitales, porque en ellos se daba hospitalidad y quienes se encuentran en ellos atendiendo las instalaciones y a los peregrinos, son hospitaleros, no como algunos dicen con más frecuencia albergueros, que hasta suena mal y para los hospitaleros casi nos resulta ofensiva.

En esos momentos estuve pensando en lo que este veterano me decía y creo que la llamada no pudo venir en mejor momento porque realmente hay albergueros y hospitaleros y desgraciadamente, los primeros son mucho más numerosos que los segundos.

Es preciso reivindicar lo que la palabra significa y llegar al fondo de su contenido. La hospitalidad, es lo que ha caracterizado este Camino y ha permitido que con el paso de los siglos, esta vía de peregrinación no desaparezca y mientras hospitaleros como el que me llamó, que tienen muy claro su significado y tratan de aplicarlo en cada una de las cosas que hacen en su hospital, siempre habrá algún peregrino necesitado de esa hospitalidad y el Camino no se detendrá nunca, por mas albergueros que vayamos encontrando en los diferentes lugares de acogida que proliferan por cada uno de los Caminos.

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