almeida – 14 de junio de 2015.
Recientemente, los días 4, 5 y 6 de Junio, se ha celebrado en Santiago de Compostela el I Encuentro Internacional de Asociaciones del Camino de Santiago.
Uno de esos congresos a los que se asiste porque parece importante pero en los que no tienes mucha confianza de los resultados que puedan producirse porque cuando miras el programa te das cuenta que está lo suficientemente encorsetado para que algunos temas, que siempre son escabrosos, no lleguen a debatirse con la profundidad que algunos consideramos que debe hacerse.
Pero el Camino, es algo vivo que transciende a quienes tratan de adueñarse de él. Sí, a los que quieren erigirse y ser los protagonistas de cuanto pueda repercutir de este fenómeno y por supuesto a sacar pingües beneficios de cuanto rodea a esta ruta milenaria de peregrinación.
Los recientes acontecimientos que están vulnerando este patrimonio que no es de nadie en particular sino de todos los peregrinos, presagian una amenaza latente y resulta lacerante que nadie de los que aseguran tener responsabilidades sobre el Camino tome cartas en el asunto, pegue ese puñetazo en la mesa, para decir basta.
Por eso creo que se ha perdido una excelente oportunidad para que estos temas fueran debatidos por quienes representan al Camino, porque en el encuentro había peregrinos de casi treinta países y de muchas asociaciones que son la referencia de los verdaderos representantes del Camino, los peregrinos.
Personalmente creo que los logros muy loables de cada asociación están ahí, cualquiera que desee conocerlos puede hacerlo solo buscándolos a través de las redes sociales y entrando en las páginas que cada asociación tiene para quien desee conocerlos. Pero muchos echamos en falta que en lugar de saber lo que hace una asociación o como es un camino, se hubiera analizado con más profundidad cuáles son los problemas de esa asociación o las amenazas de ese Camino.
El encuentro no tuvo un buen comienzo porque en las primeras intervenciones no escuché palabras como hospitalidad, espíritu, acogida, filosofía, etc. que fueron reemplazadas por evolución, turismo de peregrinación y otras palabras con las que no estoy muy de acuerdo.
Para colmo, en esta primera jornada en la que se trataba de la recuperación y conservación de ese patrimonio que es el Camino y que está siendo adulterado en numerosas partes de su trazado (O Porriño, AVE, Autovías, desvíos interesados por negocios,…), se echó en falta ese turno de preguntas para los que teníamos algo que aportar porque así los peregrinos con los que tenemos un trato diario nos lo demandan.
Afortunadamente, siempre hay quien sabe por qué se encuentra allí y pone el dedo en la llaga y los representantes de algunas asociaciones, no todos los que hubiéramos deseado la mayoría, se atrevieron a poner al descubierto los problemas que en estos momentos afectan seriamente al Camino y se habló de alteraciones, intereses y sobre todo de esos riesgos que sufre el Camino que considero que han quedado recogidos en las conclusiones que el Gerente del Xacobeo recogió al finalizar el encuentro y que se exponen en este articulo. Espero que también ese deseo que este foro se repita más pronto que tarde y en el formato que se le de, tengan cabida las opiniones de los que somos un poco más díscolos, pero que lo hacemos por el bien del Camino y se analicen los problemas que todos somos conscientes que hay y sobre todo se sienten en las mesas quienes tienen la facultad y capacidad de ir cambiando las normas establecidas para mejorar los aspectos que más nos preocupan.
Para el último día se dejaron dos de los momentos más especiales del encuentro. El primero fue seguramente el más emotivo para todos los que allí nos encontrábamos cuando se recordó a los peregrinos en un sencillo homenaje en el antiguo cementerio que acogía los restos de los que a lo largo de la historia se quedaron allí para siempre. Alberto Solana viajó expresamente desde Madrid para interpretar a capela una hermosa canción en su recuerdo.
Faltaba el acto quizá más representativo para los peregrinos, su misa en la Catedral y he de confesar que a muchos de los asistentes, este acto nos resultó, cuando menos, desafortunado con el peor cierre que se podía haber puesto a este encuentro.
El Dean de la Catedral fue el encargado de oficiar la misa en la que estuvo ayudado por varios sacerdotes, entre ellos Manuel, un sacerdote peregrino y presidente de la asociación de Filipinas.
Entre los asistentes fue la presidenta de Amigos del Camino de Santiago en Japón quien habló en nombre de los que nos encontrábamos allí y expuso algunas de las conclusiones que se recogen en el documento y con las cuales estemos más o menos de acuerdo, son las reflexiones que se han hecho durante los tres días que los asistentes estuvimos en Santiago.
La respuesta por parte del Dean, a algunos nos dejó perplejos, no recuerdo sus palabras exactas, pero la conclusión con la que me quedé era que a la iglesia nadie tenía que decirle lo que debía hacer y que ellos eran los custodios del patrimonio que tenían encomendado.
Confieso que me quedé un tanto enojado escuchando a este hombre de Dios que no rezumaba con sus palabras ni un ápice de humildad, de esa humildad que tanto abunda en este camino y de la que se impregnan los peregrinos.
Las palabras de la presidenta de la Asociación de Japón, como peregrina que es, las hice mías y por lo tanto la respuesta que dio el Dean hace que me sienta aludido y con el derecho de decir lo que pienso.
Efectivamente, la iglesia es custodia de las reliquias que allí se conservan, faltaría más que no fuera así, pero hasta ahí, nada más. Han sido los custodios de esas reliquias durante muchos siglos, también lo eran hace sesenta años cuando el Camino se encontraba en uno de los momentos más bajos de su historia.
Son los peregrinos, los hospitaleros, las asociaciones quienes han avivado la llama de este Camino para situarlo en el lugar en el que se encuentra en estos momentos y lo mismo que mantienen esa llama pueden llegar a apagarla y algunos deberían aprender de esa humildad que el camino nos proporciona para evolucionar y avanzar como nos enseña el camino cada jornada.
Sr. Dean, creo que se equivocó al decir lo que entendí que dijo y si no es una equivocación, que personas de su cultura difícilmente lo hacen, entonces le confieso que me preocupa su meditada reflexión porque no está para nada en consonancia con lo que muchos manifestamos en ese foro y créame, somos personas que nos importa y nos preocupa este Camino que es patrimonio de la Humanidad no solo de algunos humanos.
Ultreia para los que queremos que las cosas vayan cambiando y mejoren y también para quienes abogan por que sigan como están.