«Muchos fracasos ocurren en personas que no se dieron cuenta lo cerca del éxito que estuvieron.»
(Thomas Edison)
Como cada sábado en familia paseamos, compramos alimentos para la semana y repasamos la historia del país que nos acogió, hoy visitamos la Bayer de Wuppertal
Félix Hoffman. Químico alemán, nace en Ludwigshafen, Alemania en 1868. Estudió Farmacia en la Universidad de Munich.
A la edad de 29 años, trabajaba en un laboratorio público antes de entrar en la Bayer donde consiguió la síntesis en estado puro del ácido acetil salicílico.
Ayudando a su padre, debilitado por un reumatismo crónico, le había solicitado que descubriera un medicamento que, a diferencia del salicilato de sodio, aliviara sus dolores sin destrozarle el estómago.
Hoffman estaba motivado por encontrar un remedio para aliviar los dolores reumáticos que sufría su padre, de tal forma que el 10 de agosto de 1897, el talentoso hijo tuvo éxito: anotó en su cuaderno de laboratorio que había logrado producir ácido acetilsalicílico (ASA) puro, una sustancia que poco después se haría famosa mundialmente con el nombre de aspirina.
La píldora mágica