almeida  de abril de 2017.

 williamsytorre

Visions of the end in Medieval Spain: La última obra de John Williams por su discípula

PUBLICIDAD

 Therese Martín, además de ser miembro del Consejo Superior de Investigaciones científicas, fue la última y distinguida alumna que el profesor Williams tuvo y por eso, hubo un especial empeño de la organización para que el profesor estuviera presente en estas jornadas y la mejor forma era estar representado por quien trabajó a su lado y colaboró en algunos de los trabajos que nos legó.

Para Therese, el profesor Williams fue el mayor experto mundial sobre las copias del Beato de Liébana y en el año 1993 obtuvo uno de los mayores reconocimientos de su carrera siendo distinguido por la universidad de Pittsburg.

Therese observaba mientras el profesor explicaba y cuando la alumna presentó su tesis sobre San Isidoro de León y la influencia de las dominas en la vida monástica, el profesor afirmó que su última discípula le había salido rana y posteriormente le razonó este comentario.

Fue a partir de ese momento cuando comenzaron a trabajar estrechamente sobre todo en los Beatos y ha colaborado en la realización de un rodaje que se hizo antes de su muerte y ahora está trabajando en Visions of the end Medieval Spain, obra póstuma que analiza los 29 beatos de los que se tiene constancia y verá la luz después de Semana Santa.

De todo lo que ha estudiado sobre los beatos, una de las imágenes que más le gusta es la torre del Scriptorium que aparece por primera vez en el Beato de Tábara y es reproducida posteriormente en el Beato de las Huelgas.

Magius fue sin lugar a dudas el genio de la época en la que vivió, ese Picasso de la edad media que transformó el concepto del arte  cuando tuvo la osadía de ampliar las imágenes al folio completo, incluso a los dos folios dando más importancia a lo que la imagen expresaba que a lo que se decía con palabras.

Pero hay otras imágenes de los beatos que son las favoritas de Therese entre las que destacó:

– Folio 18 del Beato del Escorial que representa a Adán y Eva y esa mirada de culpabilidad que intercambian siendo la posición de la serpiente la encargada de acusar.

– El folio nº 15 del Beato Rylands que muestra el arca de Noe con un colorido especial y en el que se aprecia además de la comida y la pareja de animales de cada especie una letrina y unos cuerpos flotando en el agua.

– El Beato de las Huelgas donde se puede ver a monjes y monjas, reyes y reinas y presenta una escasa utilización de oro y de plata.

– Del Beato Morgan destaca las dobles páginas y las escenas de la mujer revestida del sol y el dragón que la ataca, los folios 33 y 34 que representan la salvación de Dios y el folio 260 que representa a Daniel y los leones.

– Del Beato de Gerona, además de la firma de Emeterius, también la firma de una mujer (Ende), aunque Therese lo interpreta como En Depintrix (pintora).

            Sobre el Beato de Ginebra, seguramente del año 1050 aparecido en el sur de Italia, se puede observar que es diferente a los demás porque se sale un poco de la tradición y se fue creando a través de imágenes a las que posteriormente se le añadió texto y presenta algunas imágenes poco corrientes en este tipo de obras como el diablo, la bestia y el profeta en el lago de fuego, la imagen de una mujer monje o los pechos desnudos de una mujer.

            Pero hay una imagen de la Jerusalén Celestial con una decoración excesiva de láminas de oro que ha sido la elegida para la portada del nuevo libro del profesor Williams.

 

 

            De “beatos” jóvenes y” pergamino viejo”

 

Ana Isabel Suárez González, es doctora por la Universidad de León y especialista en libros y en bibliotecas de cultura Medieval y catedrática en la Universidad de Santiago de Compostela.

            Para Ana Isabel, Tábara se ha convertido en una población que siempre permanecerá vinculada a la memoria del profesor Williams.

            La elección del título de su ponencia ha estado inspirado en el viaje que Antonio de Moráis realizó en el año 1572 por encargo de Felipe II para visitar los reinos de Castilla y León y hacer un informe sobre los documentos valiosos que se conservaban en los centros monásticos y en diversos lugares que se custodiaban las manifestaciones artísticas y en su informe manifestó:

            “Libros han tenido muchos y hanlos dado para pergamino viejo, todavía quedan estos”

            El tiempo, el uso y la conservación han dado lugar a que muchos de estos valioso documentos se acabaran desmembrando y el deterioro y otros usos van haciendo que se pierda parte de la valiosa información que llegaron a contener.

            También había libros viejos y de poca comprensión y la mejor solución para ellos fue que se acabaron convirtiendo en pergaminos viejos excepto los protegidos con material anterior que se conservan, pero a algunos se les fue dando un segundo uso y fueron escritos por dentro y por fuera.

            Fue una pragmática de Isabel la Católica en el año 1503 la que mandaba proteger los protocolos y desde entonces se fueron aprovisionando de este material de forma un tanto excesiva y sobre él se establecían estos protocolos.

            Los pergaminos de San Martín de Castañeda son un ejemplo de ello y se ha conocido que uno de ellos fue un beato milenario de la segunda mitad del siglo X en el que aparecían textos del libro de Ezequiel. Pudo ser un códice que compartía escritura con el beato tabarés, aunque era 40 años más joven que el de Tábara.

            De los 26 Beatos catalogados, no todos llevan ilustraciones como son los casos del de Alcobasa y el de Poblet y los tardíos del siglo XVI que no estaban iluminados.

            El último que se ha incorporado a esta lista es el de Génova aparecido en el sur de Italia que muestra unas diferencias significativas con los anteriores.

            El beato conservado en Zamora, es un beato de pergamino viejo y se cree que hay más y todavía pueden aparecer más porque generalmente son material de archivo y no de biblioteca.

            El más antiguo del que se tiene conocimiento es el de Silos, que es un beato iluminado realizado sobre pergamino viejo. Pero pueden aparecer más sobre todo en Italia en donde se están encontrando muchos folios y fragmentos sueltos que pudieron haber pertenecido a diez beatos creados entre los siglos X y XIII.

            Generalmente están escritos en escritura visigótica de todos los periodos aunque también hay algunos híbridos en escritura visigótica y carolina. También hay fragmentos que pueden pertenecer a códices no iluminados aunque algunos presentan restos de la iluminación que en su día se plasmó.

            Otros tienen espacios en blanco y no se llegaron nunca a iluminar, aunque por pequeños fragmentos se puede llegar a imaginar cómo era el beato para el que fue concebido, incluso el tamaño que pudo llegar a tener y a través de la firma, la forma de la escritura puede revelarnos la fecha de la que procede.

            Corsini, Osma,…, son fragmentos que proceden de los beatos que un día se llegaron a producir en Sahagún porque cada uno de los fragmentos encierra mucho contenido en su interior y también es mucho lo que nos puede llegar a decir.

            Afortunadamente, siempre ha habido personas que han sabido valorar y sobre todo han sabido conservar antigüedades muy venerables que han llegado hasta nosotros.

            Cada vez los estudiosos se encuentran con nuevas sorpresas y entre fragmentos que pueden parecer insignificantes, se va formando ese puzzle que nos va revelando cada vez más conocimiento  y seguro que entre fragmentos de pergaminos viejos acabarán apareciendo restos de beatos nuevos.

 

SAF 170331 0106   SAF 170331 0110
SAF 170331 0114 2   SAF 170331 0115 2
SAF 170331 0118 2   SAF 170331 0119 2
SAF 170331 0120   SAF 170331 0122
SAF 170331 0124   SAF 170331 0128 2400
Distintos momento de las conferencias – Fotos: Javier Andrés Miranda
Publicidad Dos sliders centrados