Redacción – 12 de mayo de 2015.

José Almeida, hospitalero del Albergue de peregrinos de Tábara, ha publicado una nueva obra que bajo el título de “Lucía” comenzará próximamente a distribuirse.

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En esta ocasión se trata de una novela ambientada en la segunda mitad del siglo XX y como tema de fondo se recurre de nuevo al Camino de Santiago donde la protagonista, espera encontrar la respuesta o por lo menos comprender los reveses que le ha dado una vida en la que la dedicación a su hija ha sido lo más importante para ella hasta que considera que la ha perdido y no encuentra ese consuelo tan necesario para una madre.

Como en las últimas publicaciones de almeida, ha contado con la colaboración de Santiago Andrés que ha realizado todo el diseño gráfico de la obra y también hay una aportación muy importante de José Luís Antón, hospitalero del Hospital de peregrinos de Tosantos y una referencia en la acogida tradicional que tienen los peregrinos que recorren el Camino de Santiago.

PROLOGO

No podría recordar exactamente el día, pero sí recuerdo el paso de José Almeida hace algunos años por el hospital de Tosantos.

Recuerdo su entrada como un peregrino más, que a los pocos instantes de su estancia en nuestra humilde casa, denotaba que poseía algo especial…

No sabría si decir que su presencia en el camino lo hacía especial, o sí él hacía especial el camino.

Recuerdo su atracción por nuestra filosofía y por nuestra forma de entender y acoger a los peregrinos de Santiago. Atracción a este, nuestro carisma, que nos unió desde nuestro primer contacto, compartiendo largas sobremesas, y también ésta y muchas formas de ver y entender la peregrinación, que como he podido degustar personalmente en esta lectura, de caminos que empiezan en la persona y acaba en Dios.

Cuando de primeras mi gran amigo José Almeida me notificó su idea de que fuese yo quien escribiera el prólogo de este, su libro, al instante me sentí con una mezcla de sentimientos encontrados, que comprendían entre el asombro y el halago, la duda y la sorpresa, y hasta la responsabilidad que para mí esto conlleva. Valoro enormemente que se acordarse de mí para este menester y ofrecer mi humilde punto de vista sobre estas bellas páginas ante las cuales no tengo más currículum que ser un simple hospitalero, que tan solo pueda conocer algo los corazones de aquellos que peregrinan a Santiago y que, paso a paso, llegan a encontrar su paz, llegando incluso a adentrarse en lo más íntimo de su alma, sin más vehículo que la fuerza del amor. Amor que en este caso, será ingrediente principal del camino de una peregrinación y que concretamente en estos personajes, será el detonante y vehículo para cruzar el desierto de su interior.

Y para, con y por el Amor, llegar a entender, distinguir y separar, lo esencial de lo superfluo, e imponer el amor a la ley.

Aun pudiendo salir de la mente de nuestro amigo escritor, se deja al descubierto, que no hay nada de ficción en sus líneas. Los protagonistas toman esta gran realidad que se adquiere al recorrer esta Sacra Ruta, bendecida por el paso de millones de peregrinos que nos han precedido, dejando aquí sus subidas y sus bajadas, sus cruces y sus glorias…

Todo eso ayudando en estos procesos interiores que ocurren en el camino a Santiago.

Muchas gracias amigo José Almeida por habernos regalado esta bella historia que nos relata un inmenso caudal de nuevas oportunidades que sigue dando este maravilloso camino hacia Santiago y su caudal de bendiciones, siendo éstas una gran fuente de riqueza que nunca acaba.

Tu amigo José Luís Antón,

SINOPSIS DE LA NOVELA

La historia de Lucía, es una más de las que mantienen ese espíritu que alimenta constantemente el Camino.

Peregrinas anónimas que llevan una pesada carga porque cuando llegan a ver como se escapa de sus manos lo más importante que han tenido en sus vidas, buscan lo imposible para recuperarlo y es esa fe la que les va haciendo avanzar cada paso, la que alimenta la ilusión de poder ver al final cumplidos sus sueños.

Mujeres desesperadas en busca de una respuesta que no saben dónde ni cuándo van a encontrar, pero en todas ellas hay una luz, ese brillo en la mirada que nos permite comprobar que nos encontramos ante una persona diferente a las que transitan por el Camino.

Es la historia del Camino, preñada de historias como la del personaje de esta novela, que pasan inadvertidas para aquellos que van caminando a su lado, pero no para el Camino, que se apodera de ellas y las va convirtiendo en mágicas y cuando alguno las escucha y después las transmite, hasta pueden llegar a convertirse en una de esas leyendas que van haciendo que este sendero sea algo único y diferente.

Al final, el Camino siempre es generoso y nos va mostrando esas respuestas que pueden llegar a parecer imposibles para la mayoría, pero los peregrinos, saben leer entre líneas y se dan cuenta que quien las buscaba, se encontraba en el único lugar donde podía encontrarlas.

           

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