Luis García Pedrero, propietario y responsable de la Panadería “El Carbajalino” deseo manifestar públicamente mi enorme gratitud hacia todos los CLIENTES, que ante todo son amigos y amigas, por su actitud de comprensión y apoyo que han demostrado conmigo, con mi familia y con la Panadería en esta situación tan complicada que me ha tocado vivir y en la que me he visto obligado voluntariamente a cerrar la puerta, algo impensable para mi, con un único objetivo, salvaguardar la salud de todos.

Quiero mencionar al respecto que sólo he cerrado la puerta más de un día cuando tuve mi pequeña aventura con el corazón y no cerré incluso ni cuando se casó mi hija, regalando a todos mis clientes mi trabajo en ese día para mi tan especial y tengo que confesar que nunca me arrepentiré de ambas cosas.
Como profesional y tabarés os tengo mucho que agradecer.
He procurado desde el principio de la pandemia hacer lo mejor posible las cosas a nivel personal, familiar y laboral. Algo que creo que he transmitido durante todo este tiempo y lo he hecho con todo mi empeño y responsabilidad sabiendo que la salud de todos nosotros está en juego y hay que hacer lo que sea necesario para conservarla.
En esta ocasión y debido a una serie de factores como han sido el propio virus, mi situación personal y el cumplimiento de los protocolos establecidos, la realidad me ha superado día tras día hasta hacerla insostenible y como consecuencia de todo esto tomé la determinación más dolorosa para mi, cerrar la Panadería.
Por lo tanto quiero dejar muy claro mi más profundo agradecimiento a todos y todas por vuestras palabras y demostraciones de apoyo y cariño que he recibido durante estos difíciles días y si las cosas no cambian de rumbo, pronto estaremos detrás del mostrador diciéndoos “buenos días, gracias” y como dice mi hijo José Luis, protagonista voluntario e involuntario de esta historia que tanto le ha enseñado.
VAMOS, PALANTE.
Y nada más, un abrazo para todos y todas y pronto, muy pronto estaremos con vosotros y vosotras.
GRACIAS
LUIS GARCÍA PEDRERO Y FAMILIA