almeida – 27 de diciembre de 2015.
Si los que hace tiempo nos abandonaron para siempre, levantaran por unos instantes de nuevo la cabeza, difícilmente podrían imaginar que se encontraban en la fiesta más tradicional de su pueblo cuando vieran que los personajes más representativos habían cambiado de una forma tan drástica
y en lugar de ver danzando y corriendo por las calles de Pozuelo de Tábara a los mozos, vieran en su lugar a dos mozas que han sido las que han tomado el relevo para que la fiesta y la tradición no desaparezcan.
Pero son tiempos nuevos, tiempos de cambio, como también lo debió pensar don José Manuel que tuvo que retrasar la misa principal media hora porque los personajes de la fiesta no habían llegado hasta las puertas del templo y hacer esperar al sacerdote que oficiaba la eucaristía era algo que hace años resultaba inconcebible.
Pero los tiempos van cambiando y también las costumbres y en esta edición las calles de Pozuelo, a las doce de la mañana que siempre hervían en una multitud que se congregaba alrededor de la iglesia, en esta ocasión algunos vecinos, lentamente se iban dirigiendo hasta el templo para ver la llegada de los personajes que iban a amenizar las horas que tenían por delante.
Todo hay que achacarlo a estos cambios que hacen que no se lleguen a coordinar bien las cosas o como decía una señora que se encontraba esperando, “Cuando le tocó a mi hermano, mi padre se encargó que se fuera pronto a la cama” y en la actualidad la fiesta se prolonga hasta altas horas y los jóvenes disfrutan todo lo que pueden de ella, extrayendo cada instante que están disfrutando de la misma.
En esta edición el o mejor dicho, la tafarrona ha recaído sobre Paula Román y la Madama ha sido Yolanda Sánchez que con los alcaldes Eduardo Román, Martín Pose y los Mayordomos Víctor Marín, Patricia Fernández, Andrea Clemente y Nacho Román, eran los que se encargaban de encarnar los personajes que daban vida a la fiesta grande de Pozuelo de Tábara.
Junto con Sanzoles, marcan el inicio de las mascaradas que se celebran en la provincia, los próximos días podremos disfrutar de las de Riofrío, Abejera y Montamarta que con personajes similares, dan vida a unas mascaradas que se pierden en los tiempos y mantienen unas tradiciones características y representativas de esta provincia.
Una vez que los personajes fueron recogiendo por las calles del pueblo a toda la comitiva se fueron dirigiendo a la iglesia y mientras lo hacían se producía alguna que otra carrera en la que los que la provocaban, si eran cogidos, tenían que desembolsar el correspondiente aguinaldo para que la fiesta no decayera.
Como se trata de personajes un tanto demoníacos, la entrada en el templo les está vetada y mientras el pueblo asiste a la misa mayor en la que el coro canta las vigilias en la iglesia, ellos esperan a que de nuevo la comitiva salga a la calle y en medio de vítores comienza de nuevo el espectáculo en el que el Tafarrón y la Madama son los verdaderos protagonistas de la fiesta
A través de un amplio pasillo que se formó en el exterior de la iglesia, todos esperaban ansiosos la llegada del Tafarrón y la Madama que el día antes de la fiesta en honor del patrón de la localidad San Esteban, intercambian sus papeles y la persona elegida como Tafarrón hace de Madama y la Madama ejerce de Tafarrón.
Danzando y haciendo sonar las castañuelas y los cencerros se abalanzan sobre los otros personajes de la fiesta y las autoridades del pueblo que les esperan inmóviles a pesar de la velocidad que llegan a adquirir amagando en ocasiones un encontronazo que a veces da la sensación que se puede producir.
Esta acción se realiza repetidas veces hasta que se da por finalizada ante los vítores y los aplausos de los asistentes por el énfasis que se ha puesto en este imaginario encontronazo y la gracia y agilidad con la que van desplazándose los dos personajes principales de la fiesta.
Finalmente, toda la comitiva, a los sones de la música y alguna escaramuza del Tafarrón que golpea con la bola que lleva en una de sus manos a quienes se le acercan, todos se dirigen hacia la casa del alcalde donde el Tafarrón lanza los vivas establecidos en el acto (a los mayordomos, a los alcaldes, al cura, al alcalde, a las autoridades, a San Esteban, al Tafarrón y al pueblo de Pozuelo), dando de esa forma por finalizado este primer acto de la fiesta tras el cual el alcalde del pueblo agasaja en su casa a todos los asistentes con vino, pinchos y dulces.
La fiesta continua y las escaramuzas son constantes haciendo que los personajes lleguen a acusar un considerable cansancio por las carreras que se ven obligados a realizar casi sin un momento de resuello porque lo importante para el Tafarrón es que nadie se escape sin que le haya puesto las manos encima y suelte el aguinaldo para incorporarlo a los gastos de la fiesta que los jóvenes tienen.
También se realiza la elección de los entrantes que en esta ocasión ha recaído en Alejandro Menéndez y Adrián García que se incorporarán como Mayordomos el año próximo y mañana en la fiesta se hará el sorteo por el que, entre los Mayordomos de este año, se elige a los principales protagonistas de la fiesta para la siguiente edición.
Tiempos de cambio necesarios para que la tradición no se llegue a perder y quienes sienten esta fiesta como algo que han vivido toda su vida, puedan seguir sintiendo ese gusanillo que se retuerce en sus estómagos mientras disfrutan viendo a los personajes de la fiesta que persiguen a cualquiera que se atreve a desafiarles.
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