Ángel Ferrero –de septiembre de 2016.

SAF 160830 0106

LA TORRE DE MI PUEBLO
La torre de mi pueblo 
no la puedo olvidar…

(Canción popular)

 ¡Qué torres más hermosas

hay en mi vida!

Pero es la de Sesnández

la más querida.

Dulces los sones

son cuando tu campana

toca a oraciones.

Cuando en el horizonte

ríe la aurora,

dice al alma que rece

tu voz sonora.

Y el alma reza

mientras el cuerpo lucha

con la pereza.

Cuando cae la noche,

tu toque manso

dice al pueblo que rece

para el descanso.

Y una paz suave

los hogares cobija

con alas de ave.

Se estremece de amores

la sierra toda,

cuando tu voz repica

para una boda.

Y, en forma bella,

tu voz dice con guasa:

tal él, tal ella.

Los aires se estremecen

con dulce hechizo

cuando tocas, alegre,

para un bautizo.

Mientras repites

tus ecos, los rapaces

cogen confites.

De pena y de esperanza

dais un concierto

cuando hermanadamente

tocáis a muerto.

Vuestros sonidos

dejan los corazones

estremecidos.

En los pechos alegres

se os contesta

cuando por manos sabias

tocáis a fiesta.

¡Qué algarabía

derramando a raudales

tanta alegría!

Lanzáis a los espacios

premioso ruego

cuando, impensadamente,

tocáis a fuego.

Y, mano a mano,

amigo y enemigo

son como hermanos.

El oído, impaciente,

tu campanada

espera, cuando tocas

a la vacada.

Ladran los perros

por las calles, que, llenas

van de cencerros.

Hacia el Cantón, el joven

va con el viejo

cuando tu voz aguda

llama a concejo.

Cesan tus sones

y los aires se llenan

de discusiones.

Hace ya muchos años,

-¡el tiempo vuela!-

también nos convocabas

para la escuela.

Con tu badajo

seis golpes, nos decías:

¡hala, al trabajo!

Por todo, torre mía,

con tus campanas,

tocas en mis recuerdos

muchas mañanas.

El alma vuela

libre, mientras el cuerpo

corre a la escuela.

 

LA VELETA

Los vientos de Sesnández

torreveletaEn puro y libre errar de sierra a sierra
andaban despistados

y no hallaban respuesta

a los interrogantes

que al igual que las setas

brotaban por doquier, ya entre las jaras

entre pinos o urces o quiruelas.

Para ocupar sus ocios

les pusieron molinos en la sierra

para que sean útiles

a vez que sus furias atemperan.

Con los nuevos juguetes,

De luz de amanecer devanaderas,

en los primeros días

gozaron a placer días de fiesta.

Pero algo les faltaba

y ninguno sabía lo que era.

En su loco vagar, ligera brisa,

ebria de ocasos de sin par belleza,

giró sin ton ni son por las aristas

de la espadaña esbelta.

Entró por las ventanas

donde broncíneas lenguas

convocan a los fieles

si un día es al dolor, al otro, a fiesta.
Subió, bajó, giró por la espadaña
y una falta notó pero ¿qué era?
Un momento en el ápice se para
y se enciende una luz ¡es la veleta!
Se corrió la noticia

con singular presteza

entre todos los vientos.

SAF 160712 0038¡A Sesnández le falta la veleta!
Y Sesnández estaba como triste,
gallo y hombre se fueron por veredas
de dificil retorno, todo el pueblo
ha notado la ausencia.

Se supo la verdad, un viento fuerte,
un ventarrón sin alma ni conciencia,
tal vez un aquilón, un austro acaso,
fue un viento malo que llegó de fuera
y con sus brazos de gigante airado
arrancó la veleta.

La torre, mutilada,

reclinó su cabeza

en un cojín de sedas invisibles
relleno de paciencia.

Llegó septiembre presagiando otoños
y pregonando fiestas.

En el taller de Julio, hacía meses,
soñaba otra veleta;

soñaba con alturas

donde soplan los aires de la sierra.
Y septiembre llegó, tenso el ambiente,
¡a ver si ya colocan la veleta!

Todo llega, resuena en el espacio.
Arriba el corazón y las cabezas.
El hombre, que domina las alturas,
frente a frente mirando a la veleta.
El cielo, más azul que de ordinario,
los vientos, son ausencia,
hasta las brisas finas de lo alto
están como suspensas.

Ángel y Miguel Ángel,- siempre alas‑
por alturas ilesas,

con denuedo y tesón, en vuelo quieto,
con manos muy expertas
coronan la espadaña

con la nueva veleta.

Se corrió la noticia

por las altas esferas

y una bandada de curiosas nubes
hizo acto de presencia.

Ángel y Miguel Ángel

se codean con ellas.

Sonríela espadaña

con las primeras brisas mañaneras,
en baranda de alturas acodada
mirando al bosque en la larga espera.

Sesnández 13 de septiembre de 2009

 

NUESTRA ESPADAÑA

SAF 160712 0049Melena han estrenado

nuestras campanas

porque el viento en las otras

peinaba canas.

Divinos sones

nos llenen de alegría

los corazones.

A melenas vetustas

nueva madera

para que suene el bronce

de otra manera.

Nuestra espadaña

se cree la más linda

de toda España.

Se ve tan remozada

la muy coqueta

que sueña ser la novia

de algún poeta.

¡Olé el salero!

Se cree la más guapa

del mundo entero.

Sesnández, Septiembre de 2011

 

ORACIÓN AL CRISTO DE LA VERA CRUZ

SAF 160830 0152Cristo de la Vera Cruz

que con tus brazos abiertos

acoges a nuestros muertos

y los llevas a tu luz,

Tú, que en tiempos en la ermita

escuchabas sus plegarias

hechas de sus penas dianas

en una amorosa cita,

Tú les llenabas de paz

sus humildes corazones

y le bastaban razones

para hacer tu voluntad.

Sigue dándonos tu luz,

sigue dándonos tu trigo,

sigue siendo nuestro amigo,

Cristo de la Vera Cruz.

4 de noviembre de 2015

 

ROMANCE DE LA MAGDALENA.

 

SAF 160830 0134La bendita Magdalena

llega verano a verano,

para decirle a mis gentes

que Cristo ha resucitado.

Y para que nadie dude

de que es Él quien la ha mandado

Éste se lanza a las calles

hecho pan sacramentado.

El pueblo barre sus calles

con esa fe que ha heredado,

y a través de cinco siglos

aún tiene su llama en alto.

Para que el sol riguroso

no dañe el pan consagrado

la devoción popular

lo protege con un palio.

El pueblo, para agradar,

le pide ayuda a sus campos

que presten sus muchas gracias

para un servicio tan alto.

El monte viene a las calles

de tomillo disfrazado

para llenar de perfumes

el aire tan limpio y cálido.

Y más se entrega el tomillo

cuanto es más pisoteado

y es el aire, aunque caliente,

un festival del olfato.

Mensajes de chopo y fresno

han enviado los prados

como un homenaje póstumo

en sacrificados ramos.

Y los huertos, generosos,

sus productos floreados

entregan a manos llenas

para que Dios sea honrado.

Y sigue la procesión

entre incienso y entre cantos

que ha dicho la Magdalena

que Cristo ha resucitado.

Sesnández 23 de julio 2006

EN LA IGLESIA DE MI PUEBLO

SAF 160830 0112Pisando escombros de infancia

con pies ungidos de ocaso

voy marchando, paso a paso,

conmigo y mi circunstancia.

Mi niñez, ya tan lejana,

en este templo cercano

como que pasa su mano

sobre mi cabeza cana.

Y es una llovizna suave

con rumor de lejanía

que en esta tierra baldía

ensaya una nota grave.

San Fabián y Sebastián,

sois iconos de mi infancia,

de una dura circunstancia

como de escasez de pan.

San Antonio y san Antón,

San Miguel, la Magdalena,

sois una brisa serena

que sopla en mi corazón.

San José humilde, san Roque,

con su perro y calabaza

soñando con una hogaza

y con que nadie la toque.

SAF 160830 0114San Isidro labrador

con su yunta y con su arado,

herramientas que ha guardado

por vergüenza ante el tractor.

El Sagrado Corazón

la Inmaculada cercana,

cada cual en su ventana

como manda la razón.

Mis Vírgenes del Rosario

y del Carmen, sed propicias

y llenadme de caricias

este vivir rutinario.

Santos de la iglesia mía

que en constante resonancia

los recuerdos de mi infancia

me los ungís de alegría.

Mis retablos interiores

adorna vuestra presencia

y yo dejo a mi conciencia

os ponga ramos de flores.

Ramos, ramos, muchos ramos

de flores abastecidos

que nuestros huertos floridos

no necesitan reclamos.

Tal abundancia, ordenada,

cómo alegra mi camino

y mi pie de peregrino

sueña con una alborada.

GRACIAS, DON MIGUEL.

(A la memoria de D. Miguel Morán, que fue el que restauró la iglesia y le dio la forma interior que ahora vemos.)

Ya has llegado al descanso merecido,

de la viña de Dios buen jornalero.

Ciento dos años ya, largo el sendero,

y no siempre con paz y agradecido.

Sesnández está en deuda, ¿dio al olvido

las obras de la iglesia? Pregonero

es a veces el tiempo y, tesonero

grita calladamente en nuestro oído.

Perdone, D. Miguel, no es pueblo ingrato

es, a veces, quizás, olvidadizo,

y acaso, alguna vez, algo cegato.

Pero aquí está tu obra, con su hechizo

sirviendo al corazón corno alegato,

en favor de aquel hombre que la hizo.

20 febrero de 2016

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