almeida – 20 de febrero de 2016.
Lucas y Mateo hablan de esta cita en sus Evangelios como una de esas enseñanzas con las que el Maestro trataba siempre de que sus discípulos comprendieran mejor lo que trataba de explicarles, de esa filosofía en forma de doctrina que trataba de inculcarles.
Seguramente, el Hijo del Trueno también fue partícipe de estas palabras por lo que estoy convencido que cuando observe como el camino que conduce a los peregrinos a donde él se encuentra, está lleno de esos niños que son la esperanza de un mundo mejor, se alegrará de una manera muy especial.
A lo largo de esta semana, se ha puesto en marcha en el Albergue de Peregrinos de Tábara, un proyecto que trata de acercar a los más pequeños a que puedan comprobar directamente esa filosofía que encierra la peregrinación que muchos realizan.
Seguramente, siempre que han visto pasar por su pueblo a uno de esos peregrinos que van cargados con una mochila que lleva todas sus pertenencias, alguno de ellos se haya preguntado qué es lo que les mueve a estar fuera de sus hogares caminando en ocasiones en condiciones un tanto adversas, o seguramente la mayoría no se lo hayan preguntado nunca, pero desde que han podido ver como es la acogida de los peregrinos en un albergue tradicional, estoy convencido que cada vez que vean a uno por las calles de su pueblo se lo van a preguntar y quién sabe, es posible que también venzan esa timidez inicial y se detengan a hablar con ellos y de paso se enriquezcan con las cosas que éste puede aportarles lo mismo que el peregrino se enriquece de todo aquello que el camino va poniendo a su alcance.
Es un proyecto que nació con la esperanza de que esa semilla que se pone en un campo abonado, germina enseguida y eso es algo que saben los buenos labradores, solo es preciso que las condiciones acompañen un poco para que el fruto no tarde en verse aparecer.
También el hospitalero, consciente que los peregrinos van envejeciendo y son pocos los jóvenes que toman el relevo, un día se propuso acercar a los niños al camino, algo parecido a lo que hace medio siglo debió pensar el cura Valiña cuando fue en busca de los peregrinos y les fue marcando el camino que debían seguir.
El proyecto es muy sencillo, que los más pequeños conozcan el camino a través de la hospitalidad que se hace en algunos albergues del Camino, tan sencillo y tan importante porque no debemos olvidar que esta peregrinación sigue viva por algo tan sencillo como esa hospitalidad que se ofrece a los que van caminando.
Hace siglos, otras rutas de peregrinación eran tanto o más importantes que el Camino de Santiago (Roma, Jerusalén), pero han ido decayendo mientras que la hospitalidad del camino le hace mantenerse vivo, con pequeños altibajos, pero como el Ave Fénix, siempre acaba resurgiendo de sus cenizas.
La experiencia piloto de este proyecto se ha llevado a cabo con los niños del Colegio de Tábara, se han formado dos grupos para que a lo largo de una mañana, se sintieran un poco peregrinos y algunos de ellos satisficieron esas dudas que alguna vez han rondado por su cabeza.
El miércoles día 17 docena y media de niños de secundaria de 13 y 14 años, se acercaron hasta el albergue de Tábara en compañía de dos profesores y el viernes día 19 lo hicieron los más pequeños de 11 y 12 años.
José Ramos, alcalde de Tábara, se encontraba antes de las diez a la puerta del albergue esperando la llegada de los niños, muchos de los cuales no habían entrado nunca en un albergue de peregrinos, ni tan siquiera en el de su pueblo y curioseaban viendo las cosas que decoran las paredes y sobre todo mirando la sala en la que se encuentran las literas en las que descansan los peregrinos.
Mientras tomaban un cola cao con unas galletas, se les fue hablando de la relevancia que el camino había tenido a lo largo de los siglos fomentando y desarrollando aquellos lugares por los que los peregrinos caminaban, no solo en el aspecto económico sino también culturalmente, las influencias habían sido muy importantes haciendo que muchos pueblos prosperaran como nunca lo habían hecho.
Varios pequeños fueron leyendo uno de esos cuentos que nacen en el Camino, “La Semilla”, que encierra esa moraleja que el autor quiere que llegue a quienes lo leen y se den cuenta que las cosas más hermosas de la vida; paz, amor, felicidad, fortuna,…., las llevamos dentro de cada uno y solo hay que cultivarlas para que vayan germinando y den el fruto esperado.
También se les habló de la filosofía de la acogida tradicional que es lo que ha permitido que esta ruta de peregrinación prevalezca sobre otras que en su época eran más concurridas que la visita a Compostela.
Después se les llevó al Salón de Actos del Edificio del Reloj donde se les proyectó un documental sobre uno de los caminos que conducen a Santiago y tras la proyección los más decididos realizaron algunas preguntas sobre lo que habían visto.
La siguiente visita estaba prevista al Centro de Interpretación de los Beatos de Tábara, donde les esperaba don José Manuel Ramos, el párroco de la localidad y uno de los mayores conocedores de lo que en Tábara se creó hace mil cien años por los monjes del Monasterio de San Salvador que iluminaron algunos de los códices más importantes que la historia nos ha legado.
Regresaron de nuevo hasta el albergue donde se les ofreció la comida que los peregrinos comparten cada noche (sopa y arroz) y de nuevo se les fue hablando de todo lo que el camino puede aportar a los peregrinos que repiten una y otra vez porque sienten que el Camino les ha transformado.
Antes que se marcharan, se les hicieron algunos regalos que los pequeños agradecieron:
-Un colgante de madera o de concha con símbolos jacobeos que se entrega a todos los peregrinos que pasan por el albergue.
-Una credencial de peregrino de la Diputación de Zamora con el sello de Tábara para que tuvieran ya su pasaporte para cuando quisieran adentrarse por el camino.
-Un plano, unos marca páginas y un juego de la oca que el Xacobeo ha ofrecido para este programa.
-Una mano mágica de “Mocho” que sin duda fue lo que más aceptación tuvo porque todos buscaban que cambiara de naranja a amarillo y algunos tardaron en conseguirlo, es ese símbolo que tan bien identifica a los peregrinos cuando se saludan entregándose un abrazo en el que llegan a transmitir muchas cosas.
Para el colegio se les entregó un libro sobre el Camino de Santiago para que las dudas que pudieran tener algunos, contaran con la información necesaria para aclarársela y que sea uno de los libros de consulta que utilicen en varias ocasiones.
El viernes 19 se repitió la visita con los más pequeños del colegio estableciendo el mismo programa que se había ofrecido para los mayores y observando el mismo interés y curiosidad que los mayores habían mostrado dos días antes.
La semilla ya se encuentra sembrada y ahora solo es necesario que el tiempo permita que germine y vaya produciendo el fruto que se espera que vaya naciendo.
Este programa pretendemos que llegue a todos los colegios de la provincia de Zamora y aquellos que lo estimen interesante, puedan ofrecerlo a sus alumnos como una de las actividades extraescolares que planifican a lo largo del año.
Para poder realizar este programa que el albergue ofrece de forma desinteresada y por supuesto sin coste alguno como todo lo que se hace en el albergue, lo que deben hacer los responsables de cada colegio es ponerse en contacto con el Albergue de Peregrinos de Tábara y buscar la fecha que sea más idónea para realizarla, estableciendo de esta forma un programa de visitas.
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