almeida – 22 de abril de 2014.
Cuando hace más de ochocientos años, Aymeric Picaud redactó el Liber Sancti Jacobi, más conocido como Codex Calixtinus, advertía a los futuros peregrinos sobre la picaresca que se estaba imponiendo en muchos lugares del Camino.
Los picaros han existido siempre y donde más cómodos se encuentran es en los lugares en los que se concentran grandes masas de gente porque allí, se sienten protegidos por la multitud y pueden cometer sus tropelías pasando inadvertidos.
Son muchos los autores que a lo largo de la historia de la peregrinación se han prodigado hablando de este fenómeno, pero a pesar de que es de sobra conocido, los incautos siempre acaban por ceder ante la picaresca.
En los caminos en los que se concentra la mayor parte de la peregrinación, cíclicamente, estos indignos personajes, acaban siempre emergiendo, son como las setas que solo necesitan esa lluvia de verano para volver a germinar.
Los caminos emergentes, no es tan frecuente que se den estas situaciones, pero poco a poco van surgiendo cada vez con mayor impunidad y normalmente, siempre encuentran algún incauto que es foco de las malas artes de estas personas.
Cobros excesivos, los productos en peor estado, ofrecer una cosa en una publicidad llamativa y dar otra que nada tiene que ver con lo ofrecido, son algunos de los comportamientos que los peregrinos se van encontrando a lo largo de su peregrinación y aunque saben que están siendo engañados, en muchas ocasiones la barrera del idioma y sentirse en un lugar extraño, les impide ejercer sus derechos y protestar.
Afortunadamente la mayoría de la gente que se van encontrando en su Camino, es uno de los valores de esta vía de peregrinación y enseguida hacen que se olviden esos malos momentos que en ocasiones han pasado, porque la amabilidad de las buenas personas consigue taparlo todo.
Pero siempre queda esa mala sensación por haber sido engañado y a veces es difícil que se pase con el tiempo y es uno de los peores
sabores que a muchos peregrinos les quedan de su camino, pero en estos tiempos, las nuevas tecnologías hacen que cualquiera de estas situaciones se pueda dar a conocer a los demás peregrinos y enseguida es conocida por quienes van a hacer su camino y estos picaros modernos quedaran ubicados en el lugar que les corresponde porque sus malas acciones no habrán caído en saco roto.