Cada vez estoy más convencido, de que las cosas nunca ocurren por casualidad, siempre existe una causa que las origina y así nos lo demuestra el análisis de cada una de ellas.
Zamora se encuentra en la situación que actualmente está, a causa del abandono que durante los últimos años ha tenido por parte de aquellos que se comprometieron a conseguirnos su desarrollo y por lo que estamos viendo en los últimos tiempos, han sido incapaces de poder cumplir todo aquello que prometían.
El hecho de que una sociedad tan sumisa y, yo diría que resignada como esta que tenemos, se haya movilizado en varias ocasiones durante los últimos tiempos, manifestando su cabreo ante las condiciones a las que irremisiblemente está siendo abocada, nos deben hacer pensar que todas las promesas que en estos años se han venido haciendo, ya van siendo percibidas como palabras vacías de contenido.
Este pueblo zamorano, al que todos ignoran y nadie se implica para que salga del ostracismo en el que se encuentra, está comenzando a darse cuenta de que todas las promesas que algunos vienen haciendo cada cuatro años, no son nada más, que palabras dichas por esos charlatanes de feria que saben cómo llevarnos al terreno que más les interesa.
Zamora está olvidada, contamos con los peores índices demográficos que nos llevan a la cola del desarrollo. En una sociedad envejecida, el relevo generacional brilla por su ausencia y va consiguiendo que los pueblos, poco a poco, se encuentren abandonados, porque en ellos no se percibe ningún futuro.
Este índice demográfico, que nos sitúa en riesgo de convertirnos en un desierto poblacional, va haciendo que los servicios también queden relegados a unos pocos lugares. Son contadas las poblaciones que pueden presumir de tener algo tan básico como una tienda en la que poder abastecerse, una farmacia en la que adquirir los medicamentos cada vez más necesarios, una escuela para llevar a los pocos niños que van naciendo, un banco en el que poder disponer de los ahorros que hemos tenido durante toda la vida y así podríamos enumerar cada uno de los servicios que para una sociedad resultan básicos.
También las comunicaciones brillan por su ausencia, no solo las terrestres, también las nuevas tecnologías resultan nefastas, lo que ha llevado a que las tierras, cada vez queden relegadas a un segundo plano, excepto para aquellos que perciben en esta despoblación una oportunidad para darles un fin diferente al que siempre han servido y de esa forma hasta la tierra, la están denigrando con intereses meramente especulativos.
Únicamente nos quedaba el patrimonio natural del que siempre hemos presumido, pero hasta este bien, estamos viendo cómo se diluye, porque todo el entorno paisajístico y natural, por la dejadez, la incapacidad y la incompetencia de muchos, ha sido pasto de las llamas y no ha sido por casualidad sino como consecuencia de no poner los medios necesarios para una tragedia que resultaba previsible, como así lo han manifestado aquellos que entienden de estos temas.
Pero la madre tierra, es siempre sabía y sabe regenerarse. Tendrá que transcurrir un tiempo para que el campo inerte que ahora tenemos a nuestro alrededor, vuelva a cobrar vida y todo lo que ahora vemos negro, vaya tiñéndose de color.
Esta sabiduría que siempre ha caracterizado a la madre tierra, es algo de lo que carece el ser humano, al menos, aquellos que nunca aprenden de los errores cometidos, por lo que estarán condenados a que se repitan las mismas situaciones.
Como charlatanes de feria, muchos de nuestros dirigentes nos están pregonando que serán ellos los que nos devolverán lo que el fuego se ha llevado. Comenzarán por cambiar muchas de las decisiones que en su día tomaron y se han visto ineficaces, porque el resultado así lo demuestra. Realizarán esas inversiones que siempre prometieron y nunca llevaron a efecto para dotar a esta tierra de los medios y recursos necesarios que la hagan reverdecer. Comenzarán a escuchar a los que saben y formarán comisiones, esas que siempre eternizan la solución a los problemas, con el objetivo de justificar sus fracasos cuando lleguen, asegurando que se tuvo en cuenta el criterio de todos y hasta nos agasajarán con un bolígrafo y un caramelo para que veamos lo generosos que pueden llegar a ser.
Son muy listos, son plenamente conscientes de que la memoria del pueblo, la mayoría de las veces, resulta demasiado frágil, así se ha venido demostrando a lo largo de los últimos años y de la mayoría de incumplimientos que han llevado a cabo, porque a pesar de ello, siempre siguen donde están, o mejor dicho, donde nosotros los colocamos.
Nos asegurarán que disponen de la varita mágica para revertir esta situación y encontrar el modo de conseguir ese futuro del que nos han privado, aunque omitirán el hecho de no haber aplicado estas fórmulas cuando han tenido durante mucho tiempo la posibilidad de hacerlo y no lo han hecho.
Es necesario, si queremos revertir esta situación, que se produzca esa catarsis tan necesaria que pueda cambiar las cosas, porque si dejamos la solución en manos de aquellos que han creado el problema, es como si pusiéramos al zorro al cargo del gallinero, porque al final acabaremos quedándonos sin el gallinero.