Pienso, luego digo – 13 de febrero de 2019.

pueblos de espania

                No hay nada más negativo para el ser humano, que sentir que se encuentra aislado de su mundo y sin la posibilidad de cubrir una de las necesidades vitales que tiene el ser humano, poder comunicarse con aquellos que forman parte de tu vida.

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                Muchas veces, vamos buscando esa soledad que nos permite poder pensar en silencio y con pausa, sin que el exterior invalide cada uno de los pensamientos que nos van surgiendo, pero siempre, llega ese momento en el que sentimos la necesidad de relacionarnos, de compartir las sensaciones que estamos teniendo con aquellos que más nos importan.

                Cuando buscamos ese aislamiento, llega a resultar una delicia haberlo encontrado y disfrutamos plenamente de esa soledad tan deseada, pero cuando el aislamiento viene por una imposición, resulta algo que puede llegar a hacerse insoportable.

                En el momento que vamos conociendo el ambiente que nos rodea, para algunos, llega ese momento que en lugar de la masificación de los grandes pueblos y las ciudades, buscamos esa calidad de vida que representa despertar cada mañana rodeados de una exuberante vegetación y respirar un aire que es lo más parecido a la pureza que nos podemos encontrar y eso solo se consigue en los pequeños y aislados pueblos en los que la vida parece que va transcurriendo a cámara lenta, porque se sabe disfrutar de cada uno de los momentos que hay a lo largo del día.

                Uno de los problemas que suele acompañar a este tipo de vida, es que en muchas ocasiones los pueblos cuentan con escasos servicios para poder cubrir las necesidades que tenemos cada día y también nos encontramos un poco aislados de lo que conocemos como la civilización.

                Es un aislamiento que se puede superar con las nuevas tecnologías de las que nos hemos dotado para que a través de ellas, seamos capaces de llegar a cada rincón del mundo o disponer de la información que podamos necesitar, tan solo con una conexión a internet a través del móvil o de un ordenador.

                Pero muchas veces, esto no resulta tan sencillo porque unos servicios que deberían ser universales para todos, en muchos de estos pueblos se carece de ellos, la señal de la televisión no llega con nitidez y las redes que permiten el acceso a internet, en la mayoría de los casos llega muy lenta y en otras ocasiones lo hace de forma intermitente o se corta.

                Cuando la comunicación resulta vital para poder disponer de la información que necesitamos, parece incomprensible que no se priorice este servicio para evitar que una parte de la sociedad, se encuentre con muchos problemas para acceder a esta información que nos permite estar siempre informados.

                Esa carencia, hace que siga habiendo en la sociedad ciudadanos de primera y de segunda clase y estos que reclaman ser tratados como los demás, ven constantemente el olvido al que se encuentran sometidos.

                Los que dirigen la comunidad, deberían ser conscientes de las prioridades de sus administrados, no resulta muy difícil saber lo que éstos esperan de sus dirigentes, porque haciendo una sencilla encuesta, nos ofrecería un amplio abanico de todos los problemas que hay en la sociedad y ellos son los que tienen que solucionarlos porque para eso, los demás les han elegido.

                Quizá es que no hemos sabido elegir a los mejores, a los que nuestro problema lo hacen suyo y como también lo padecen, se esfuerzan en buscar una solución, pero es un error que puede corregirse porque cada cuatro años, tenemos que elegir a los más competentes y cuando vemos que eso no es así, tenemos la fuerza de revertir esta situación.

                Para no seguir sintiéndonos marginados, es necesario que esta incomunicación que muchas veces padecemos se corrija, es sencillo hacerlo, porque la inversión que se necesita, es mínima teniendo en cuenta los beneficios que va a generar ya que cuando abandonamos el aislamiento, podemos compartir con los demás y esa es una forma de evolucionar.

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