En algunas ocasiones, los libros que adquirimos no sirven para nada, únicamente para llenar y decorar una estantería, pero si no leemos el mensaje que el autor ha plasmado en ellos, con el tiempo, únicamente solo sirven para acumular polvo.

Otros en cambio disponen de una larga vida, porque además de la persona que los lee, la historia que encierra entre sus páginas, sirve para que otros muchos puedan vivirla cientos de veces, dependiendo de todas las personas que se vayan introduciendo en el contenido de lo que nos describen.

Mari Cruz Hernández,” Macu” para los que la conocemos, es una ávida lectora, que disfruta con todos los libros que van ampliando su conocimiento y con el paso del tiempo, se van acumulando en la biblioteca que dispone.

Pero Macu, es de las que opinan que la cultura debe llegar y estar al alcance de la mayoría de la gente, por eso cuando asistió a la última entrega de los premios León Felipe, que anualmente se celebran en Tábara, le propuso a Antonio Juárez, alcalde de la villa Tabarense hacer una donación para la biblioteca municipal, de numerosos ejemplares, que para ella ya habían tenido su valor, que fue aportarle el conocimiento que encerraban.

El alcalde de Tábara, aceptó su propuesta porque también es de los que opinan que la cultura, cuanto más extendida se encuentre, más eficaz puede llegar a ser.

Macu, además es Secretaria de Organización de la Ejecutiva Provincial del PSOE y fue rebuscando en la biblioteca de esta organización todos aquellos ejemplares que pudieran servir para incrementar los fondos de la biblioteca de Tábara.

Novelas de misterio, de historia, importantes obras literarias y también una selección de películas clásicas, representan ese fondo importante que ha donado a la biblioteca de nuestro pueblo.

Esta aportación, no va a ser la única que realice, ya está pensando en ir recopilando nuevos volúmenes para ir ampliando los fondos de la biblioteca y que otros puedan enriquecerse con esta aportación.

Es una idea que además de alabarla, debe servir de ejemplo para que aquellos que únicamente tienen en sus manos los libros que disponen en sus estanterías y de vez en cuando, en lugar de, únicamente para quitar el polvo que en ellos se va acumulando, piensen en el servicio que pueden proporcionar estando en un lugar como la biblioteca para fomentar la cultura.

Agradecemos esta aportación de Mari Cruz Hernández y esperamos que pronto nos sorprenda con una segunda entrega.

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