SAF – 06 de junio de 2017.

El Edificio “El Reloj” de Tábara acogerá el próximo sábado 10 de junio, a las 19:00 horas, la presentación del libro «Cuentos de Tabararía», obra de José María Fincias en colaboración con el Centro de Estudios Literarios de Castilla y León – CELYA -que dirige Joan Gonper.

FOTO AUTOR TABARARIAJOSÉ Mª FÍNCIAS es natural de la población zamorana de Manzanal del Barco y tabarés por residencia.

Siempre que se lo permite la profesión de comerciante, dedica su tiempo libre a recorrer las pequeñas poblaciones de la comarca de Aliste, Tábara y Alba rescatando las viejas rutinas y leyendas tradicionales dialogadas en la fabla antigua.

Entusiasta de la Historia y de la literatura antigua, se ha entretenido en escribir esta ficción, con la que pretende acercar al lector al enigmático don Bernardino Pimentel, marqués de Tábara, en la casa-palacio donde se desarrolló parte de su vida.

La narración, no exenta de ironía tabaresa, en buena parte es autobiográfica. Adrede, el autor ha buscado que los cuentos y fabulaciones sean un sosegado repertorio de acontecimientos donde los avatares ordinarios de los personajes pasen con la premura de la brisa del poniente zamorano.

CUENTOS DE TABARARIA

La villa de Tábara ha ligado su devenir a una sucesión de personajes que, inscribiendo su nombre en la Historia, la gobernaron con mano de hierro.

En este territorio de fronteras, y en el primer tercio del siglo XVI, dos quijotescos sanabreses llegan al palacio de Tabararia, donde vegeta el marqués don Bernardino Pimentel, un justiciero sabueso abrumado por el pasado de la Cabeza Parlante. Vienen a sacarlo del marasmo existencial entre los enredos de un barbero romancista, un sacerdote descaminado y un bobalicón sastre.

En un caldo de dogmas y enseñanzas morales se enraízan los litigios de la reforma protestante, el Santo Oficio, la Orden de Santiago, los monjes de scriptorium, maragatos trashumantes o el éxodo del Sefarad a través de esta fabulada y reflexiva crónica.

Sugestionado por jugar en el tablero de las palabras, para poner de relieve ciertos episodios como el de la Cabeza Parlante, reparo en el frontispicio de la casa solariega de la plaza de Tábara en una época confusa, poniendo la leyenda en boca de nuestro noble tabarés Bernardino Pimentel. Percibámoslo, recalcada su barbuda fisonomía por el cuello de una camisa blanca de encaje ondulante y embutido en un jubón negro enriquecido de piel con mangas acuchilladas, a la moda imperial de 1530…

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