Se celebraban en Zamora las segundas jornadas que bajo el título “Razones para quedarnos II”, trataban de ofrecer argumentos por los cuales había que permanecer en una provincia que en los últimos años ofrece los peores índices demográficos, que prácticamente la convierten en un desierto demográfico.

Cualquiera habríamos pensado, que al tratarse de las segundas jornadas que se celebraban sobre este tema, se ofrecerían los resultados de las propuestas que hubo en la jornada anterior, pero ya estamos tan acostumbrados a incumplimientos y a falta de compromiso, que me imagino que todos íbamos convencidos que se volvería a contar más de lo mismo, o sea nada.

Cuando las palabras y las promesas no se ven avaladas por gestos, todo lo que hasta el momento se ha dicho, carece de valor, porque en la situación en la que esta provincia se encuentra, las palabras ya sobran y lo que se necesita imperiosamente, son esos gestos que demuestren que se está haciendo algo para ir avanzando.

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Como aseguraba el presidente de Caja Rural la entidad financiera que promocionaba este encuentro, el tiempo se está acabando y la percepción que la mayoría estamos teniendo, esa ciudadanía a la que siempre aluden nuestros dirigentes políticos, porque ellos son nuestros representantes ciudadanos, ni están, ni se les espera.

Duras palabras de alguien que siempre es prudente y muy comedido en cada una de sus aseveraciones, sabedor del equilibrio que su cargo le obliga a mantener, pero ya se ha dado cuenta, que con buenas palabras y paños calientes se nos sigue sin tener en cuenta.

También el presidente de la Diputación creyó que era el momento de dejar de ser políticamente correctos, porque esa postura se ha demostrado sobradamente que no conduce a ningún sitio y el momento es ahora, quizá en la 10ª ó 20ª edición de estas jornadas, no quede aquí nadie para escuchar las nuevas recomendaciones que se seguirán haciendo.

Estamos demasiado acostumbrados a que nuestros representantes políticos, sepan emulando a los astros del balompié, regatear esas preguntas que muchas veces resultan incómodas y casi siempre se recurre al problema de las competencias, de si son de uno, o son de otro, pero nunca son asumidos cuando surge un tema escabroso y ellos son los que tiene la responsabilidad y la solución para encauzar los problemas y corregirlos.

Estoy convencido que hubiera representado un gesto importante, que algunos de los que se encontraban exponiendo los buenos proyectos que tenían para la provincia, hubiera hecho un gesto que nos hiciera creer en lo que prometían, con eso seguramente acabaríamos por creerles y no salir con la misma incertidumbre con la que entramos.

Si el señor vicepresidente de la junta de Castilla y León, que es a la vez el responsable del reto demográfico en nuestra comunidad, hubiera propuesto que la dirección competente en materia de despoblación, en lugar de estar en Valladolid se estudiaría ubicarla en la provincia de Zamora, hubiera sido un gesto muy valorado.

De la misma forma, si el secretario general para el reto demográfico, hubiera sugerido que asumiendo la descentralización de algunos servicios que se han propuesto desde la administración del Estado, como muestra de buena disposición, estudiarían que la dirección competente en este tema se trasladaría a Zamora o a otra provincia con graves problemas demográficos, también hubiera sido un gesto muy positivo.

En condiciones normales y lo que dicta el sentido común, nos lleva a preguntarnos que cómo se pueden articular soluciones para resolver un problema, si en el día a día, quienes deben tomarlas se encuentran tan alejados de donde se encuentra el problema, es necesario palpar a diario la problemática que padecen quienes se encuentren en estas comarcas abandonadas, para poder tomar las medidas correctoras que lo solucionen.

Al final, estos pensamientos, que he puesto por escrito, seguramente han surgido mientras me encontraba en brazos de Morfeo y ya sabemos que los sueños son sólo eso, la dura realidad, es la que nos toca sufrir a los que padecemos ciertas incompetencias.

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