No faltó de nada

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2 agosto, 2015

SAF –2 de agosto de 2015.

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Hay acontecimientos sociales que, de alguna forma, marcan hitos y la celebración de la boda de Alberto y Elena, desde luego que ha sido algo singular.

Hace una semana, en lo más íntimo y familiar, celebraron su unión matrimonial. Solo los más allegados pudieron asistir de este acto familiar para poder disfrutar en toda su dimensión de algo tan importante como la ceremonia que uniría sus vidas sellando oficialmente el amor que se procesan.

Sin embargo, querían hacer partícipes a sus innumerables amigos de la alegría que en estos momentos les invade y no se les ocurrió otra cosa, que reunirlos a todos en el Ágora para disfrutar todos juntos de una tarde inolvidable. Una forma muy peculiar de celebrar un acontecimiento que a todas luces resultó único y probablemente, como decíamos al principio, marque un antes y un después y sea una forma de celebración que más de uno intentará copiar.

Una ceremonia íntima para disfrutar plenamente de la misma y otra festiva donde caben todos los amigos y allegados de una forma mucho más distendida. En este caso pensaron en todos los comensales y empezando por los más pequeños que pudieron disfrutar de unos “Cuentacuentos” profesionales que les tuvieron entretenidos tres horas mientras los mayores disfrutaban de todo tipo de viandas y manjares de la tierra, con abundante bebida para acompañar y una variada dulcería que pondría fin al evento en cuanto a comida, porque luego no faltó lo más típico de esta tierra, dulzaina y tamboril para hacer las delicias de mayores y pequeños, que todos tenían cabida en esta fiesta particular.

Alberto y Elena, que seáis muy felices.