Eugenio Rosado Garrido – 4 de Enero de 2016.
……CONTINUACION
NARRADOR:
Los reyes abandonan el castillo y van camino de la Iglesia en busca del recién nacido.
ESCENA V
dentro de la Iglesia
EL ANGEL: ¡Adelante, no turbarse!
Vayan siguiendo la estrella
si vienen buscando al Niño
que es la cosa más bella.
Angel soy de las alturas,
soy quien reside en el cielo,
vivo inmediato al Señor
y yo soy su mensajero.
Soy el que anunció a María
este humilde nacimiento,
soy el arcángel Gabriel,
soy el que a deciros vengo,
¡Oh, reyes, real familia,
Melchor, Gaspar, Baltasar,
que habéis sabido dejar
vuestro trono, vuestra silla,
por venir a visitar
a esta esencia divina,
al que será rey de reyes,
de providencia sagrada,
de majestades servida!
¡Adelante! vos repito
y reparad este centro:
Veréis la grande hermosura
del divino nacimiento.
Miradle qué hermoso está
en medio del resplandor,
que a sus pies tiene la luna
y a su cabecera el sol.
Aunque en un pobre pesebre
veis al niño reclinado,
de la corte celestial
está bien acompañado.
Los magnates de Belén
que os han interrogado
os quisieron perseguir…
pero, no tengáis cuidado.
Vosotros seguid la estrella,
no la dejéis de la mano,
que os llevará hasta el cielo
y a que seáis buenos cristianos.
Llegad, llegad sin tardanza
hasta el que vais a adorar:
Al Niño recién nacido
de esta Virgen singular.
NARRADOR:
Los reyes con su comitiva entran en la Iglesia, y precedidos de una estrella se dirigen hacia el altar.
PAJE 1º: ¡Ah!, pues según las señas es el portal.
La estrella que nos guía aquí vino a parar,
al niño que buscamos ahí está.
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VIRGEN MARIA: ¿Qué buscan ustedes en este humilde portal?
PAJE 2º: Señora, venimos desde lejanas tierras en busca del
recién nacido, Rey de los Judíos.
VIRGEN MARIA: Preguntad en la ciudad a los sabios, a ellos incumbe saberlo
PAJE 3º: ¡Oh!, ¡Válgame el cielo!, los sabios de la ciudad lo ignoran, la señora nos lo niega, pero la estrella, que ahora se ha apagado, nos indica que aquí es.
PAJE 1º: Hermosa Señora, venimos de remotas tierras pasando calamidades mil, en busca de un rey recién nacido.
VIRGEN MARIA: Solo un hijo tengo, que no lo puedo negar, y se llama Jesús.
PAJES 1º, 2º y 3º: ¡Jesús!
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PAJE 2º: Mirad, niño ciernecito
y vos también madre bella,
aquí se acercan tres reyes
guiados por una estrella,
lo dispuso para ello
la sabiduría eterna.
PAJE 3º: Postrados a vuestros pies
con sus almas y potencias
incienso, oro y mirra
ofrecen a su Majestad excelsa.
REY 1º: ¡Oh admirable portento!
¡Qué alegría!
¡Qué placer!
Ya llegó el feliz día,
en que mi pecho,
amante enamorado,
en un pobre portal desaliñado
encuentra, señor, a quien buscaba.
REY 2º: ¡Oh Dios y mi Señor!
¡Cuánto tarda el plazo de llegar a lustras plantas!
Pues eran la penas tantas, los ayes y los torrentes,
que se me hacían siglos los momentos.
REY 3º: Señor, supuesto que ha llegado la hora
de veros en los brazos de la aurora,
bien está que entre pobreza y baldones
admitáis, dios amante, nuestros dones.
REY 1º: ¿Cómo es posible cielos,
que pueda mi pecho amante
al ver al tierno infante
dejar de suspirar?
REY 2º: ¿Cómo es posible cielos
que vea al dueño mío
temblar entre hielo y frío
y no pueda respirar?
REY 3º: Me pasmo, me confundo
¡Oh Dios y mi Señor!
¡Qué grande es tu bondad por todo el mundo!
REY 1º: Óyeme, dueño mío.
REY 2º: Ámame, niño hermoso.
REY 3º: Mírame, rey glorioso.
REY 1º: Pues sois mi Dios inmenso.
REY 2º: Rey habéis nacido.
REY 3º: Y de hombre revestido.
REY 1º: Yo os atributo el suave incienso.
REY 2º: Yo el oro más preciado.
REY 3º: Yo la mirra, pues lloroso que así os veo penar.
REY 1º: Así os confesamos que sois ¡Dios!
REY 2º: ¡Rey!
REY 3º: ¡Inmortal!
REY 1º: Aquí este incienso oloroso
os ofrezco salvador,
declarando en gran misterio
que sois mi Dios y Señor.
REY 2º: La suprema majestad yo en el oro os declaro
pues sois el rey de los reyes,
el máximo soberano.
REY 3º: Yo la mirra os ofrezco
contra corrupción remedio,
la muerte doy a entender
al hijo de Dios Eterno.
PAJE 1º: Ahora faltamos nosotros
que con gran devoción
os ofrecemos rendidos
alma, vida y corazón.
PAJE 2º: Aquí junto con vosotros,
Jesús, María y José,
celebramos hoy la misa,
en el portal de Belén.
PAJE 3º: Adiós divino José
de las almas que te sirvan,
adiós divino José
adiós madre siempre virgen.
ANGEL 2º: Reyes Magos del oriente,
soy mensajero real,
estoy con Dios en los cielos
y en la corte celestial.
Seguid luego de mañana,
la estrella os guiará.
No vayáis a ver a Herodes,
que, si no, os matará.
El, impaciente os espera,
del todo sediento está,
quiere beber vuestra sangre
y es el premio que os da.
Seguid, seguid esa estrella,
os lo vuelvo a repetir.
Cada uno por su lado,
sin ninguna detención,
ya os debéis de partir.
REY MELCHOR: ¡Gaspar!
REY GASPAR: ¿Qué quieres?
REY MELCHOR: ¿No has oído la voz del ángel, que dice que marchemos a nuestra patria por un camino diverso, porque Herodes nos quiere degollar.
REY GASPAR: Sí, la he oído.
REY MELCHOR: Bueno, pues llama a Baltasar.
REY GASPAR: ¡Baltasar!
REY BALTASAR: ¿Qué quieres?
REY GASPAR: ¡Qué quieres! ¿No has oído la voz del ángel que dice que Herodes nos quiere degollar?
REY BALTASAR: Sí, la he oído.
REY GASPAR: Ea!, levántate y vamos de camino.
PAJE 1º: ¡Adiós, gentes de Belén!
Bien os podéis alegrar,
que ha nacido vuestro bien
en medio de vuestro hogar.
Es el salvador del mundo,
el que ha de remediar
a todo el género humano
por el pecado de Adán.
PAJE 2º: ¡Adiós!, que ya nos marchamos.
Pedid con grande humildad
a ese niño que ha de ser
el que nos ha de llevar,
si cumplimos su precepto,
a la patria celestial.
PAJE 3º: ¡Adiós, pueblo de Belén!
Os encargo que a este niño,
que es nuestro Dios y Señor,
no lo dejéis pasare frío.
Porque tiene poca ropa
pa que le sirva de abrigo,
y, si así no lo hiciereis,
El os mandará el castigo
REY 1º: Adiós, Virgen de Belén.
Adiós, José venturoso.
Que nos llevéis al edén
de vuestro hijo piadoso.
REY 2º: Sacerdote esclarecido,
hermano de Simeón,
te tenemos por ungido,
échanos la bendición.
REY 3º: ¡Adiós Virgen de Belén!
Ya los reyes concluimos
con la misión cariñosa
que hemos, Señora ofrecido.
ANGEL 2º: San José, María
mi consejo acoged,
y al igual que los tres reyes
de Belén desaparecer.
Evitad al rey Herodes
y a su guardia real.
Os acompañaran los ángeles
con su magia celestial.
ESCENA VI
NARRADOR:
Los tres reyes acompañados de sus pajes y criados salen de la Iglesia, y sin visitar a Herodes abandonan Belén. La gente se reúne frente al palacio de Herodes, este desde el balcón dice:
HERODES: ¡Cielos! ¿Qué es lo que imagino?
Pues mi pecho delirante
me hace algo sospechar,
por donde se habrán marchado
aquellos tres caminantes,
aquellos pérfidos reyes
pues habrán partido ya …
acaso ya han visitado
al Niño recién nacido.
Y, al volverse a sus tierras,
fueron por otro camino.
Han despreciado mis órdenes
mandándoles que vinieran
haber donde había nacido
ese rey de Judea.
Así que voy a llamar
a mi paje y a mis criados
mandándoles a buscar
por todos esos caminos.
Y, si los llegan a hallar,
los traigan a mi presencia,
pues los he de castigar,
¡Ah de mi guardia!
¡Ah de mi guardia!
¡Ah de mi guardia!
SOLDADO: Gran señor, ¿por qué te alteras?
¿Qué noticias han traído?
HERODES: ¿Noticias, dices? Ninguna.
Así, por lo tanto quiero
que salgáis luego al instante
a buscar a esos tres reyes,
a esos tres mensajeros.
Si los llegáis a encontrar
a mi presencia traedlos,
pues los he de castigar.
SOLDADO: Vuestro mandato, señor
todos obedecemos.
Vase
NARRADOR:
Herodes leyendo un libro, en ademán furioso se pasea por el balcón. El soldado, tras una búsqueda de los Reyes sin resultado, regresa al palacio.
SOLDADO: ¡Señor, mi rey, mi monarca!
No he podido encontrar
a esos tres reyes piratas.
HERODES: ¡Cielos!, pues ya mi sospecha
en todo se ha realizado.
¿Cómo podré yo encontrar
a esos tres reyes falsos?
Pero eso no me atormenta.
lo que a mí me hace temer
es, sí acaso es cierto
que ha nacido en Belén
ese Rey de los Judíos
que según las escrituras
lo mantienen tan claro,
los doctores de la ley…
Se detiene pensativo
¡Ah de mi guardia!
¡Alabarderos!
Nadie responde, sin vida
estoy al ver el suceso.
Esto es una rebelión
que mis vasallos me han hecho.
¡ Adiós, riquezas del mando!
¡Fuera joyas y dinero!
Ya mi pecho se entristece
mi sangre hierve en mis venas,
todo el cuerpo se estremece,
de cólera estoy rabiando,
mi corazón se me parte
¡venga la muerte al momento!
Venga la espada de Marte
venga la villana acción
de la corte despiadada
y caiga horrible baldón
sobre mi frente pesada,
vengan rayos y centellas
y caigan sobre este Niño
que me sucede en el trono.
Cae y muere
SOLDADO: ¡Señores a rey muerto rey puesto!
No tengan ustedes miedo
a la bravura de Herodes,
solo les pido un aplauso
si somos merecedores.
Fotos realizadas por el autor