almeida – 14 de abril de 2014.
Corría veloz aquel galgo
iba detrás de una liebre
que al sentir su aliento
comenzó a zigzaguear
tratando de librarse
de esa amenaza tan seria
que la quería cazar
Por los angostos barbechos
no corría, casi volaba
cuando veía más cerca
que su vida peligraba
Dejó de pensar en ella
y en su terrible destino
solo pensaba en las crías
que esperaban su regreso
en la oscura madriguera
en aquel bosque contiguo
Conocedora del sitio
y de todas las guaridas
si recorría cien metros
sin que fuera detenida
tendría una posibilidad
de poder salvar su vida
Y recorrió los cien metros
metiéndose en una sima
oscura como la noche
donde el galgo no veía
Con el rabo entre las piernas
y la cabeza mohína
iba regresando el galgo
y pensaba en esa pieza
tan segura que tenía
pero era una liebre vieja
que demostró ser muy lista