almeida – 28 de mayo de 2014.
Allí en el viejo escaño
suele sentarse el abuelo
mantiene fijos los ojos
en la chimenea y el fuego
nunca nos habla de nada
casi siempre está en silencio
ahora se pasa los días
dedicado a sus recuerdos
y allí espera ese día
que abran las puertas del cielo
se marchara silencioso
como siempre lo recuerdo.
Sé que cuando llegue al cielo
tendrá reservado ese sitio
que tienen los hombres buenos,
porque jamás presencie
ni una palabra ni un gesto
que pudiera dañar a nadie
porque, así era el abuelo